Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

5 de septiembre de 2012

Sobreviví al disturbio [Parte III]

Por nerviosismo al leer y luego unos celos incontenibles, me comporté del modo egoísta, ni mirando a mis conocidos, ni preocupada por lo que hacían, ni lo que decían. Me sentía triste, las personas que conocía hablaban con la famosa mujer, ella parecía ¿molesta? ¿incómoda?, no lo sé, uh. Debo decir que mis funciones motoras no estaban coordinadas, había bebido demás, tenía miedo al principio porque estaba muy resfriada, temía ahogarme, toser más de lo que podía controlar, luego mi miedo era desaparecer entre los desconocidos, que las personas dejaran de notar que estaba allí. Conversé con cuanta persona se me cruzó en el camino, repartiendo revistas que encontré en una bolsa amarilla -bolsa que estaba en el piso, me dio mucha rabia, me las apropié-, tomé vino (a pesar de que me sienta fatal con cerveza) y seguí conversando con desconocidos. Conocí a dos personas que me gustaría volver a ver, simpáticos y extrovertidos muchachos [risas]. Cuando uno desconecta el cerebro de la pelvis, es fácil desviar atenciones propias de "calentones".

1 comentario:

Daniel Cortés Ramos dijo...

Texto divertido. En especial la parte: "observaba la mesa desde la barra, intentando inmiscuirse en nuestros pensamientos para luego escribir algún texto jactándose de alguna aventura medio inventada."
Pero también es un poco aburrido cuando expresas cosas como: "Por un motivo en particular -perfectamente identificado- me sentía triste". El comienzo de un personaje identificable.
Aunque eres sincera y eso le otorga puntos a tu vida ¿o no? Puntos quirúrgicos.