Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

3 de septiembre de 2012

Sobreviví al disturbio [Parte I]

Viajé a Santiago, todo se vino encima muy rápido, no supe cuando compré mi pasaje ni cuando viajé; recuerdo que había lluvia. Llegué a las seis de mañana, todo estaba cerrado, compré un té, me demoré mucho en tomarlo, me gusta muy cargado, en taza grande, sin azúcar y tibio "tirando a caliente". En el terminal -el mismo al que llegamos hace dos años, con motivo del viaje de la "Nave Pentágono" a Rancagua- no podía verse nada a más de diez metros de distancia, no pude ver la iglesia, ni nada más por la niebla densa y la lluvia que a esa hora comenzaba a tomar fuerza.
Por un motivo en particular -perfectamente identificado- me sentía triste. A pesar del paraguas, me mojé. Caminé por Santiago, recorrí las librerías, los lugares que conocía, vi más cines porno de los que recordaba (me encantó el nombre "Nilo-Mayo"). Me perdí también, dos o tres veces. Me comí un completo en el centro, me comí una sopa china en el Mall chino y me comí un queque de miel con dulces blancos en el subterráneo de una galería.
Llegué caminando desde el centro a Quinta Normal, lugar de reunión -íbamos al Chancho Seis-, por primera vez entré a la Biblioteca de Santiago, me dio envidia que tuvieran tres copias de un libro que no pude comprar... ¡estaban tan maltrechos!.

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