Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

24 de octubre de 2013

Réquiem [A quien corresponda]

   Le conocí de día, estábamos sentados ambos en la misma aula, sin embargo, ninguno de los dos había reparado en el otro. La profesora nos confundía con monólogos antiguos. Sin la menor provocación, me miró y, para ello, tuvo que doblar su espalda y con ello su cabeza quedó frente a la mía. Parecía un lobo, una animal salvaje y como tal, se sentía incómodo encerrado. Me extendió una invitación impresa en cartulina blanca, similar a una invitación que imaginé en el proyecto de mi primera novela. La invitación que narré intentaba, de modo elegante, provocar a un oscuro encuentro; la que ahora recibía, no difería mucho, me pareció sobria, parca e increíblemente atractiva. Durante un par de días la ansiedad me carcomía, deseaba encaminarme hacia la “grieta” que significó Escarnio. Puede sonar perverso llamar “grieta” a una revista literaria, sin embargo, eso representaba para mí; el misterio que jamás llegué a aprehender. Aquella tarde, mientras esperaba que comenzara el evento, conversé con el animalito que me había dado la invitación, charlamos brevemente sobre Bukowski. Tiempo después me dijo que, probablemente, éramos los únicos que habíamos leído más de cinco libros del autor; asentí cuando lo dijo. La presentación no me pareció particularmente interesante, pero estuve atenta todo el tiempo, aprendiendo de él, observándolo. Aquel primer encuentro no marcó nada, fue una presentación de muchas, de hecho, no la mejor de todas. Mientras regresaba a mi rutina, no pensé en la posibilidad de volver a reunirme con el animalito, hasta que en verano, le vi presentar (eran tres presentando) la revista con máscaras que me parecieron de “jocker”: según creí entender, lo hacían para que la revista no fuera asociada a ningún rostro, querían que se sostuviera por sí misma. La publicación sorpresiva de uno de mis textos me dejó perpleja, luego pensé que la iniciativa de publicar uno de mis textos correspondía a un reconocimiento y gusto por lo que yo escribía, algo similar (pero muy lejano) a cuando un editor se presenta para comprarte algún texto. Tomé como personal el desafío de participar en la revista, por primera vez acepté la propuesta de un grupo de desconocidos; me habían devuelto mi curiosidad y las ganas de hacer algo. ¿Era porque el animalito parecía un chico perdido? ¿por qué era menor que yo? Hasta ese momento, sólo había recibido invitaciones de grupos de personas mayores (demasiado adultos), ninguno se había preocupado de leerme antes de invitarme, nadie había emitido jamás un comentario tan completo acerca de mis escritos. Era gratificante escuchar, todo el tiempo, críticas acerca de tus textos. Entonces no lo sabía, pero debí intuirlo, porque tenía la sensación de incomodidad cada vez que le veía. Disfruté como nunca antes la compañía de desconocidos, me nutrí escuchando historias, memorizando nombres de autores, intentando aportar con mis humildes experiencias literarias. Debo decir y, a la vez, confesar, que al desearlo, lo condené a la desdicha. Les provoqué a que se juntara conmigo, le obligué a leer mis textos, le conminé a que cada palabra leída pasara a conversarse conmigo. De a poco y sin darse cuenta, comenzó a envenenarse. Quizás fui impertinente al involucrarme, pero aquello significó un gran avance en mis textos, cada mes debía tener un cuento para entregar con puntualidad. En todo momento me lo tomé en serio, desde los textos más simples hasta las encuadernaciones, pasando por las editoriales que escribí, el cuidado en la edición y la diagramación de la revista; no fue de un día para otro que lo hice bien, esto ha sido un largo camino de errores y aciertos. Uno de los grandes logros que alcancé, fue conseguir seguridad al escribir, estar segura de que lo escrito eran buenos textos. Otro logro importante fue ganar experiencia encuadernando los números especiales de la revista, ahora guio y trabajo en mi propio taller de encuadernación y reparación de libros; esto sin la ayuda de nadie, todo el trabajo lo hago yo. El asunto es que la confianza que gané, sólo tenía lugar en la misma revista… al renunciar el animalito, rompió el pequeño círculo de humo que creía “seguro”. Asumiendo que yo seguiría en la revista, aún después de su renuncia, comprendí que él no confiaba en que yo era capaz de hacer algo sola, quizás pensaba que era tonta como las mujeres que había conocido; tarada para hacer cosas por sí misma. Creo que la tormenta se desató luego, provocó que el cariño que le tenía fuera menguando, la lucha de trincheras es estúpida. Me sentí como una doble espía, ayudando a las partes mutiladas, intentando llevar y traer información. Este año, me sentí preparada para llevar a cabo un proyecto sola, lo he logrado con éxito, aún no me he rendido y creo que vendrán tiempo mejores. Cuando tienes lo que has deseado, cuando lo haces con la regularidad que nadie puede permitirse, cuando inviertes todo tu tiempo en avanzar; es capaz cualquiera de sentirse muy bien. Cuando eres la única protagonista de algo que ideaste tú misma, es la ocupación más importante del mundo. No puede desaparecer algo que construí para mí, nadie lo puede fulminar con sus caprichos. El animalito se volvió pendenciero y malintencionado; me movía a su aire, jamás miraba sobre su hombro. Descubrí también que era terriblemente vulgar, bruto. Cuando fui premiada lo único que recuerdo es la insistente idea de que él debió ganar. Lo único que escuché cuando le pedí una lectura, fue media hora de comentarios livianísimos, como quien habla del clima, supongo que ese tiempo merecía mi libro, gracias. Hasta septiembre, el mes en que cumplí 26 años, pasé muchos momentos buenos con el animalito, pero cada vez me convenzo más, lo diré y lo volveré a pensar, él cree que ninguno de los que están a su alrededor es lo suficientemente bueno; eso explica el hecho de que desee marcharse a cualquier costo, eso también explica que insulte a todo aquel que se le cruce en el camino. A mí me ha ofendido de muchas formas. Me gritó desde la calle que cometía un error, respondiendo a un “gracias” que se me escapó un segundo antes. No me arrepiento de haber invertido una semana en mi libro, tus reclamos y jodiendas fueron pésimas formas de decir “me importa una wea lo que hagas”. Durante años -sí, años-, disfruté de aquello que parecía un caballero, un sujeto instruido y un excelso lector. Las cosas malas que le provoqué fueron innumerables fallos a su cariño, pero todo lo enmendé cuidadosamente, lo sané haciendo cosas que no quería, muchas otras visitando lugares que no me acomodaban, otras veces soporté el cansancio y el tedio que pude haber evitado. No digo que soy una chica perfecta, pero, dentro de lo posible, ha compensado lo que consideré errores, incluso me he sacrificado por reparar cosas que no consideré errores, sólo para complacer al animalito. Ironicamente, esa confianza que gané a lo largo del tiempo, me hizo tan fuerte que ayer no lloré, luché hasta el final y pude incluso burlarme de quien nos había hecho daño. Lo que hago está lejos de ser perfecto o un gran trabajo –como haces tú o crees hacerlo-, pero ser egoísta, para mí, no es un error. No voy a decir, cuando mueras, que eras una buena persona; me limitaré a agradecerte por lo que me diste sin esperar nada de vuelta, cosas que ahora creo, son pocas. Este Réquiem es para agradecerte el interés en mis escritos, tus buenos y malos comentarios. Agradecer que estuvieras pendiente de mí cuando, antes, tenía miedo de los “viejitos” que me molestaban a veces. Te reclamo lo vulgar que fuiste conmigo, siempre has sabido que no vengo del mismo lugar que tú; tus códigos y bromas no me parecen acertados ni graciosos. Ni estando enojado, se justifica la mierda que te diste el lujo de escribir. En los primeros años, todos nuestros encuentros fueron preciosos, ricos. Los últimos tiempos fueron desdichados encuentros tensos, enfados justificados y la preocupación de que ambos nos debíamos algo. Mis depresiones son estacionales, me permiten regular el ánimo y proponerme nuevos objetivos, saltar las barreras que antes me limitaban; casi he sobrepasado todas, por lo menos, las que conozco. Me dolió que olvidaras responder a mis cartas, supongo que sabes lo que significan para mí. No tiene sentido acabar esto sin desearte suerte: a donde decidas caminar, pisotea a quien se interponga. Muchas gracias por todo. Muchas gracias por todo. 

*Este texto posee una contraparte, un segundo texto que le complementa y se intercala con este: hasta el momento no tiene fecha de publicación.

11 de octubre de 2013

Pequeñas palabras que provocan carcajadas

Primer acto:

-¿Podría decirme el precio de este rastrillo?
-Para usted, barato.

Segundo acto:

-¿De qué sabor es la sustancia?
-Tiene sabor a sustancia
-Pero ¿qué sabor tiene la sustancia?
-Tiene sabor a sustancia ¿conoce la sustancia?
-Deme guagüitas

Tercer acto:

-Ayer nos ofrecieron detergente, hoy nos ofrecen desodorante ¿nos "verán" hediondos?
-[Risas] mañana nos ofrecerán shampoo.

27 de septiembre de 2013

Estrella fugaz

   Abro la ventana, enciendo un cigarro, levanto la vista. Hay un paraguas negro bloqueando mi ventana, "necesito calor, pero no sol directo", nadie lo entiende hasta que ve las plantas debajo. Un destello de luz cruzando un pequeño tramo de cielo, una estrella cayendo. Cuando era pequeña deseaba cosas para mí, dulces y tonteras; hasta que una amiga me miró mal "debes desear cosas grandes, la paz mundial estaría bien"... tiempo después deseé eso poco convencida, otra amiga me miró mal. Cuando perdí de vista la estrella pensé en tres nombres, intenté asociarlos a algún deseo para ellos; acabé pidiendo algo para mí, algo que de verdad quiero, algo sencillo que sucederá de todos modos. 

3 de septiembre de 2013

Historias de nulo interés

“Estos son mis sueños” 

03-11-97
Tuve un sueño muy extraño, lo dibujaré.
Una nube celeste, bien definida, alargada. Dentro un gusano largo, cilíndrico. “La espada es tuya, yo estoy muy viejo”. El que habla está quieto, con el cuerpo paralelo a la nube, parece que se arrastra, no lo sé. El que sostiene la espada está dentro de un capullo, aquel lugar tiene una extensión que sobresale por debajo de la nube.  La espada parece normal, tiene mango, pero el gusano no tiene manos para sostenerla. En el filo de la espalda sobresale un cuerno negro y otra espada soldada en la punta, en sentido contrario. Debajo de la nube, yace un pequeño capullo, confinado en otra nube pequeña; dentro descansa lo que parece un gusano muy pequeño. El gusano pequeño corresponde a un cuarto del gusano joven, el viejo es el doble del joven. La acción se desarrolla en la mitad derecha de la nube ¿por qué el resto está vacío?.

4-11-97
Un ventilador gigante, mucho más grande que un rascacielos, cinco aspas, reja protectora, base cuadrada. Al costado un sendero o un río. Camino con mi hermano, muy cerca del ventilador. Visitamos una repisa llena de peluches, tiene cuatro compartimentos, no veo bien las figuras, pero sé que esos son mis peluches. El ventilador funciona, pero no siento el viento. Todo está en un desierto, no se ven cerros ni nubes.

11-97
En una habitación rectangular. Piso café. Yo contra la pared, en una esquina de la habitación. Ahí no hay puertas ni ventanas. A mí me representa un círculo. En la esquina opuesta hay tres figuras, parecen cabezas con cuello, pero no están completas. La mirada es desde el techo de la habitación. Las tres figuras tienen la cabeza aplastada, óvalos horizontales. Me produce miedo.

11-97
Estoy en una selva, pero el aire no está saturado de humedad. A mi alrededor y hacia donde mire sólo hay estantes, tan altos que no alcanzo a ver en dónde terminan; todos están llenos de libros, ordenados y limpios, orientados hacia el mismo lado. Algo –una masa verde que ríe– diez veces más alto que yo, me persigue. Tengo miedo, corro, la masa se mueve rápido. Llego al borde de un precipicio, ahí acaba todo. Del miedo me dan ganas de mear. La masa sigue avanzando. No recuerdo haber saltado al vacío.

12-97
Mi nombre está escrito sobre un camino, me representa. Conozco todo, es el camino a Matilla –un pueblo al interior de Iquique–, desierto donde mires, sol, incomodidad. ¿Por qué voy caminando?. Hay cajas de madera al lado derecho del camino; si lo colocamos en un mapa, corresponde al sur. Mientras camino me fijo en que los cajones encierran cabezas, ellas me gritan mientras paso: Te arrepentirás de no habernos sacado. Tengo miedo. ¿Son cabezas cortadas, parlantes, encerradas? ¿son las cabezas parte de un cuerpo enterrado hasta el cuello? ¿por qué alguien las dejaría ahí?

12-97
Vuelo. Una túnica amarilla de cinco piezas me permite volar. Hay dos nubes sobre mi cabeza. Al parecer era importante resaltar el color amarillo. Sensación de vértigo.

12-97
Hay un camino. Hay una mansión. Todo se delimita en café y rojo, sólo espacios vacíos. Yo estoy parada afuera, en bikini –a pesar de que jamás los usé–. Me siento excitada, sobresaltada por algo maravilloso ¿qué cosa? No lo recuerdo.

19 de agosto de 2013

Taller de encuadernación y reparación de libros

*Quiero agradecer a los asistentes al Taller de encuadernación y reparación de libros, ya queda sólo una clase ¡ojalá aprovechen lo que aprendieron!
*Quiero avisar también el comienzo de un nuevo ciclo del taller, comenzamos el día lunes 2 de septiembre a las 18:00 horas. Centro Cultural Iglesia Santa Inés (calle Almagro con Matta) ¡les espero!
*Cualquier consulta, por favor escribir un mail a danae.saturnia@gmail.com

13 de agosto de 2013

Aficionada a los disfraces II


Nota: tenía toda la intención de escribir sobre esta fotografía y la experiencia, sin embargo, un saco´e wea saboteó el asunto, gracias conchetumare.

29 de julio de 2013

Aficionada a los disfraces I


Traición

P camina, debe entregar yerba. Llega cansada a la casa de una conocida, le expresa los motivos de su visita; no sirve de nada, el evento se cancela. Borrachos gritan en el patio, aún sin verlos, le parecen desagradables. P está triste, la conocida entiende, trata de remediarlo con un regalo, gracias. P arrastra los pies hasta su hogar. No hay personas a las cuales recurrir, algunos amigos se alejan con maricas y otros, menos calientes, se pierden en sus mundos oscuros. P no puede, no quiere. Le destrozan, le odian. 

30 de mayo de 2013

Mi culo contra el mundo

     Pía -me miró mientras formulaba la pregunta de siempre- ¿por qué no haces nada y no dices nada si sabes, como yo, que esto es una mierda?. ¿Para qué? -le preguntaba yo de vuelta, mientras soplaba el humo fuera de mi boca- es una pérdida de tiempo hacer algo en un lugar así, deja que crean en su castillo de nubes, deja que mantengan sus creencias, ya están viejos y están perdidos. Podrías aplaudir fuerte, incomodando a todos, hacer alguna pregunta que sabes ellos no responderán porque no entenderán la pregunta, podrías repartir tus plaquettes y hacer que les pique el culo mientras te lean; no lo sé, haz algo, tu silencio les otorga importancia, piensan "mira, una jodida jovencita viene a vernos, nos admira, bla bla bla". Deja ya de hablar, no escucho sus balbuceos de enfermo... ¿y la comida cuando?. Por extraño que parezca, debes ser agradable para que la gente te vea, si eres grosero y sincero, probablemente pasarán de ti como pasan de las cosas importantes. Salúdalos, pero míralos como si no los recordaras. Pregúntales cómo están, pero no les mires cuando te contestan. Cuando se decidan a hablar de algo, diles "permiso, tengo que hacer otra cosa importante". Jódelos sutilmente, creo que no entenderías cómo hacen las cosas las mujeres, no tienes paciencia ni eres constante, no eres mujer. Las mujeres son veneno, sonríen mientras te están estrangulando, siempre saben lo que hacen, aunque su aspecto no sea el que esperas. ¿Por qué mi culo contra el mundo? pues porque mi culo contoneándose es la única grosería que verán mientras camine en sentido contrario a su mal construido mundillo literario.

29 de mayo de 2013

Sobre las cartas, sobre y las cartas


               1.-Mi primer encuentro con las cartas:
Conversaba con un amigo y me aconsejó que incluyera en mi libro una dirección de correo electrónico, así tus lectores podrían escribirte. Me preguntaba además, cómo me sentiría si recibiera buenos comentarios acerca de mi trabajo, pero me advirtió que no dejara mi dirección real “ahí no te dejarían de molestar”. Me gustaría recibir cartas –carta, no mail, incluso me encantaría que vinieran lectores o curiosos a visitarme. Mi primer acercamiento al maravilloso mundo de la correspondencia, llegó con mis primeros años en el colegio; recuerdo que año a año, nos enseñaban cómo se “hacían” cartas y luego nos obligaban a escribir y enviarla. Durante mucho tiempo el único destinatario era mi abuelo, él vivía en La Serena y yo en Chuquicamata, jamás recibí respuesta. Cuando dejaron de repetirme el cómo “hacer” una carta, dejaba un colegio que odiaba, por otro que odiaba más. Le pedí a mis amigos que me escribieran, recibí algunas cartas de su parte, intenté responderlas en tanto pudiera, mi madre las llevaba al correo. Luego pasaron meses de silencio. Tiempo después, cuando pasaba mis últimos años en Chuquicamata, una amiga me enviaba misivas a través de un amigo en común, él era nuestro cartero. Cuando mi familia se fue a vivir a Calama, perdí todo contacto con los amigos que alguna vez me enviaron misivas. En mi primer año de universidad en La Serena, comencé a enviar cartas incesantemente a compañeras de curso, en seis meses no obtuve respuestas, creo que lo causó el carácter depresivo de mis mensajes, en septiembre recibí una tarjeta de “feliz cumpleaños”; dejé de escribir. Cuando me decidí a abandonar la universidad, llevaba una buena cantidad de cartas de parte de dos amigos a quienes prácticamente obligué a escribir misivas para mí, las respondo obsesivamente en tanto puedo.
2.-Sobre la formalidad:
Hace tiempo, un amigo me preguntó en donde vendían sobres grandes, yo llegué con uno, me miró muy extrañado, supongo que para él era raro que yo tuviera sobres tamaño carta en la pieza que arrendaba. Siempre tengo sobres, incluso compré una pequeña carpeta con divisiones para guardarlos, siempre estoy comprando sobres y esquelas, hojas de colores o libretas lineadas para escribir cartas. Se ha vuelto una costumbre tener siempre hojas y sobres. Este amigo del sobre grande, me preguntó si sabía qué colocar en el sobre, esta vez yo le miré perpleja ¿en serio no sabes qué colocar en el sobre?. En el anverso (al frente, la parte lisa)  se colocan los datos del destinatario, en el centro, en letras grandes y claras: el nombre, la dirección completa (mientras más datos se escriban sobre la dirección, más probabilidades hay de que la carta llegue correctamente a destino) y la ciudad, se debe también escribir el código postal (un número de identificación por sector en cada ciudad, son para que la carta no se pierda en caso de no encontrar la dirección especificada; por ejemplo, en Calama hay dos códigos postales, uno de la oficina de correos del centro de la ciudad y otro en oficinas de correo del mall, si la carta que yo envío no puede ser entregada, se guarda en el lugar que detalla el código postal, allí el destinatario puede ir a reclamarla antes de ser devuelta al remitente. Puedes consultar el código postal que corresponde a la dirección de tu casa o cualquier otra consultando aquí: http://www.correos.cl/SitePages/codigo_postal/codigo_postal.aspx). En la esquina superior derecha se pegan los sellos postales, estampas o estampillas; éstas figuritas se compran para pagar lo que cuesta enviar la carta, si la envías sin estampilla, debes pagar, por ejemplo $440. Si compras las estampillas, escoges $440 pesos en estampillas, a veces es una, dos o más. A modo de recomendación, escribe en el sobre los datos antes de pegar la estampilla, pues si te equivocas, puedes cambiar de sobre, pero si ya pegaste las estampas, no podrás sacarlas. En el envés del sobre (la parte en que se cierra el sobre), se escriben los datos del remitente, o sea, quien envía la carta. Muchas personas escriben “Remite:” para evitar confusiones. Los datos del remitente también deben ser detallados, pues si no se encuentra al destinatario o está errada la dirección, la carta llega de vuelta a la dirección del remitente. También puedes escribir la dirección del remitente en el anverso del sobre, en la esquina superior izquierda, intentando dejar espacio suficiente para las estampillas (así no se cubre información importante sobre el remitente con el matasellos).
3.- Correspondencia recibida:




26 de mayo de 2013

Matando las moscas del aburrimiento

    Hace mucho, mucho tiempo, fui a ciegas a Coquimbo, busqué la casa de la cultura y me senté a escuchar poesía femenina latinoamericana; así, sin saber nada del evento. Me costó encontrar el lugar, llegué hora y media antes, conversé mucho rato con el guardia. Cuando las mujeres subían y se preparaban, me embargó la emoción, se veía interesante, se notaba cierta preocupación y delicadeza ¡bien!. Subí y me topé con una mesa llena de chiches, sí, aquellas cosillas que pretendían ser libros y marcapáginas eran chiches sin valor literario, delicadas manualidades muy caras, ordenadas, visibles y limpias... reconozco no haber hojeado todos los libros expuestos, pero los que vi eran pésimos. Me senté entre pocos asistentes -habían de cuatro a siete personas-, nadie aplaudió lo suficiente, yo incluida. Llegado el final del evento, leyó una mujer rellena, brasileña, el título de su poema era muy largo -hablaba de un sujeto en un avión-. Al acabar de leer, yo abrí mis ojos perpleja, era la única lectura que había hecho eco en mi decepcionado cerebro. Aplaudí sinceramente, fuerte y rápido; un poco más adelante, un sujeto joven se levantó de su silla, aplaudía y gritaba ¡bueno! ¡bueno! ¡genial!. Creo que jamás he escuchado a alguna otra persona aplaudir de ese modo, levantarse y gritar, seguir aplaudiendo y ruborizar al autor. Tengo por norma, jamás aplaudir antes de oír o ver la "gracia" de la persona que ocupa el escenario; no tengo la natural disposición a recibir al artista con un aplauso ¡muéstrame antes lo que haces!, sin embargo, si ya conozco el trabajo de la persona, no tengo problemas en recibirlo batiendo mis manos. Cuando me preguntan les digo que aún no sé lo que hacen, si no me gusta la presentación o el texto -o no les he puesto atención- no aplaudo. Tengo un par de amigos que les encanta joder los emocionante minutos de los aplausos, los familiares del sujeto se levantan y aplauden, luego viene los alumnos invitados -jamás faltan-, luego amigos y, al final, los desconocidos y curiosos. Entre los aplausos masivos (que jamás me han parecido sinceros), destaca el golpeteo pausado e impactante de estos personajes burlescos, mis conocidos juntando sus manos para producir el sonido del trueno. El aludido jamás entiende que es una especie de insulto recibir "esos" aplausos, lo que es gracioso -para mí- y triste -para la gente que lo entiende-.

21 de mayo de 2013

Hoy me asusté bastante (sobre la eventual extinción de especies nativas)

   Hoy me asusté, hacía mucho que no me "tocaba" algún asunto de naturaleza social -paso de todo y de todos, me cuesta mucho ser empática con lo que a la gente común le preocupa, en serio-. Resumiendo, leí sobre el asunto Monsanto; todos nosotros le damos dinero y semillas, ellos investigan y las modifican geneticamente (semillas transgénicas), luego nos las venden a un precio estratosférico, también nos venden el plaguicida y anexos. Cuando se generan semillas transgénicas, "salen" homogéneas, son plantas iguales; así deja de existir la diversidad genética. En caso de ataque de insectos o algún fenómeno climático -los ejemplos más simples- todas son resistentes o vulnerables al evento, cuando pasa algo que no esperábamos (lo que está sucediendo con los cambios climáticos, las plagas), perecen todas porque son iguales. Cuando existe la diversidad genética, hay algunos ejemplares que sobreviven mientras otros perecen (lo que sucede naturalmente), la diversidad genética permite a las especies adaptarse, cambiar y tener éxito cuando el medio se transforma, si las semillas son geneticamente homogéneas están condenadas a extinguirse. Reconozco no saber con seguridad sobre el asunto de las cruzas (mezclas por medio de la polinización), aunque imagino dos casos: 1.-El asunto es que si permitimos grandes extensiones de plantaciones trangénicas, en lo que nos bebemos un café, estas plantas se cruzarán con las "no modificadas" y acabarán contaminando todo lo que conocemos; ninguna semilla, por más salvaje que sea, tendrá en su código una parte modificada, por lo tanto todas las semillas serían productos patentados que hay que pagar para tener. 2.-Si esto de las semillas es un negocio -cosa que sabemos-, no es propicio que produzcan semillas entre sí, pues compraríamos una vez y luego no tendríamos que hacerlo. También acabamos perdiendo, en los dos casos es devastador. Llegará un día en que no podremos tampoco cambiar semillas o sembrar lo que queramos porque será ilegal (sí, tan ilegal como jalar), todas las semillas serán patentadas. Eventualmente algunas especies nativas, valiosas y únicas, se extinguirán porque no soportarán los venenos que deben, sí o sí, administrarse a estas nuevas plantaciones. 
Nadie sabe qué clase de repercusiones traiga a la salud el consumo prolongado de transgénicos, pues se necesitan estudios prolongados sobre generaciones completas, aunque a todas luces es algo muy malo; en Monsanto no prepara sus propios productos para el consumo de sus ejecutivos. Sus venenos provocan abortos espontáneos en cualquier etapa del embarazo. 
Me asusté porque no basta con que todos nosotros asesinemos lo que se nos cruza en el camino, sino que ahora todos estamos pagando para extinguirlas. ¿Podré morir en un campo de amapolas?. 

8 de mayo de 2013

Mis lugares para leer

Hace mucho conocí a una mujer que dibujaba -temática gay-, de todas las personas que reconocían dibujar, los de ella eran los más hermosos que había visto (una saludín por si lees esto); ella dibujaba en una "tabla" (no recuerdo el nombre exacto, pero era un aparato conectado al computador a través de un puerto USB, sus dibujos aparecían en el computador a medida que ella lo iba haciendo). Conversando, me dijo que no era capaz de dibujar sobre una mesa, cosa curiosa pensé, pues la silla y la mesa están hechos para brindarte un apoyo correcto para este tipo de trabajos (se me vino a la mente el dibujo, la lectura y la escritura), ella me confesó que sólo podía dibujar sobre su cama... ¡oh! endemoniadamente incómodo. Me apesta hacer cosas sobre la cama, asuntos como leer o ver películas, escribir o intentar dibujar, comer o jugar [risas]; sin embargo, puedo perfectamente escribir en una mesa, aunque debe ser alta porque si me inclino mucho, me duele la espalda (me mata el dolor). Hoy acabé un libro de Bukowski que me prestó un muchacho, me encantó su gesto de prestarme el libro sin siquiera haberlo leído. Me costó bastante leer el artículo, en la casa en donde vivo hay un crío y una mujer con voz de hombre (parentesco escogido por mi hermano) y no saben que existe el silencio. No me había fijado bien (algo intuía), pero la música me impide leer, así, de cuajo me quita las ganas, la concentración. Salí primero al patio, la mujer con voz de hombre llevaba el celular con música pegado al culo, con un volumen molesto. Salí después al antejardín a través del patio, me senté y recién pude avanzar algo. Mientras me desayunaba un cigarrillo, pensé que el ruido no suele molestarme, lo identifiqué como ruido ambiental (digamos sonidos de autos, motos, pasos, hojas, lluvia, maullidos, etc.), el ruido que me molesta es de la música y la televisión. ¿Qué clase de persona anda todo el jodido día con el celular a todo volumen pegado al culo? [risas] ella podría preguntarme ¿cómo no te da asco andar olor a cenicero? ¿cómo es que no te molesta cargar con libros de más de doscientas páginas en la mano?. El asunto es que sólo en lugares muy particulares puedo leer a gusto (lo que no me impide hacerlo en otros lugares). Me encanta sentarme en la avenida, mirando al este, en las bancas en forma de "L", en los horarios más bulliciosos. Me gusta tirarme de guata en la cama king de dos plaza de mis padres (la cama que tienen en la casa de Calama y La Serena). Me gusta sentarme encima de la lavadora, con las piernas colgando o cruzadas, mientras se completa un ciclo de lavado -no es algo sexual, ojo con los pervertidos-. Me gusta estar en el patio, detrás de la puerta, en cuclillas, al lado de las bolsas de basura. El gato me maulla, exige que entremos a la casa, creo que cuando me ve fumando se desespera. Un cigarrillo siempre es bueno para comenzar el colocón de la lectura, quizás he condicionado mi cuerpo para disfrutarlo, da igual. Siempre recojo las colillas y barro las cenizas.   

6 de mayo de 2013

Venta de garage virtual (coopere para revertir mi desastre financiero)

Comic "Los Expedientes Secretos X"  $500 cada una.





Comic  "Héroes" 2 Tomos $1000 por los dos
 

 







 Revistas de comic "Caleuche" Pregunte el precio.









Comic "1/2 noche" 3 tomos en buen estado. $1000 por los 3 tomos.











Comic "Harry Potto de Botella" y "Hombre Cordillera", buen estado. $500 cada uno.











Guarda CD de sandwish de peluche, buen estado. $1500 










Comic recopilatorio "X-Men". Cubierta de cartón. Buen estado. $1500










VHS animé "Evangelion" $1000 c/u










Juego para computador "Driver Parallel Lines" $1000










 Película "The Chaser", buen estado, pirata. $500










Colección de Postales "Hunter X Hunter", 32 postales, ilustraciones originales y fanart, nuevo. $2000










VHS "Hunter X Hunter, OVA GREED Island N°1" $1500










Manga "Eatman" $500 c/u










 Colección de Stickers Hunter X Hunter $500 c/u










Bichos, colección enciclopedia, Tomo uno con tapa dura, números independientes (10 revistas). $2500










Mousepad "Hunter X Hunter" nuevos, $700 cada uno











Manga "Daydream" Saki Okuse - Sankishi Meguro, Editorial Ivréa. 10 tomos (serie finalizada), excelente estado, sobrecubierta, 100 páginas por tomo aproximadamente. $25.000












Bolso -estilo ecológico- de género. Varios diseños $1500 cada uno




 

 

 Bolso pequeño, estilo ecológico. 1000












Puzzle "Hunter X Hunter"  abierto $1500












Manga "Nana" Ai Yasawa, Editorial Ivréa. Tomos 1, 2 y 3; nuevos. $6000.










Manga "Dame más" Mayu Shinjo. Con sobrecubierta, buen estado $3000












Manga "Evangelion" Yoshiyuki Sadamoto - Gainax, Editorial Ivréa. 22 tomos, números 1y 2 segunda edición, los demás primera edición, tapa blanda, cada tomo corresponde a medio tomo del manga original japonés. Excelente estado. $35.000 



La defensa al envenenamiento

   A los niños se les llama "mocosos" porque se les caen los mocos -en mis tiempos, podías ver a niños en 6° básico con las líneas marcadas bajo las fosas nasales, llenas de tierra y de colores, ahora los chicos comparan penes y las chicas se maquillan-, los adultos sorben (tal cual) -según la R.A.E.: Atraer hacia dentro la mucosidad nasal- ¿por qué me la paso sorbiendo? pues porque soy fumadora ¡no soy una niña!  "...el carraspeo también es usual en los fumadores, ya que es un recurso utilizado para eliminar el nudo en la garganta; una llamada de socorro de las cuerdas vocales irritadas e invadidas de mucosas. En estas circunstancias, la glotis, situada entre las cuerdas vocales, no se abre ni cierra bien, lo que perjudica la fonación" (desde http://www.elaviso.com/conozcamos-nuestro-o/2064-carraspeo.html), a propósito de esto, un fumador frecuente, también lleva la nariz barnizada en alquitrán (nombre genérico usado para denominar a muchas sustancias presentes en el humo del cigarrillo incluidos el arsénico y el cianuro), lo que da la sensación de que está "sucia" y sorbes todo el tiempo, además, cuando te suenas tiñes de café los pañuelos y cuesta limpiarla bien (es incómodo limpiar tu nariz frente a un no fumador, no lo entiende). Una vez cierto personaje me dijo que en el baño de hombres habían "líneas", yo le miré incrédula y le pregunté si era cierto, además de preguntarle si él mismo había probado alguna vez. Escuché sus respuestas y le confesé jamás haber jalado; me dijo, en muy mal rollo, que debías inhalar fuerte, pero que debía sonarme los "moquitos" primero... de verdad me sentí ofendida, me invita a un local de adultos, me invita a beber algo de adultos, me invita a comer algo que comen los adultos, me habla de asuntos de adultos, me habla de weas que se meten los adultos -me vio fumar media cajetilla de ´20- ¡y luego me trata como si fuese una mocosa! jódete e infórmate sobre los fumadores.    

30 de abril de 2013

En la sien, algo que había olvidado

Me encontré con un sujeto gay, uno que no me había dado señales de serlo –aunque pude imaginarlo apenas le vi la primera vez, entre vaso y vaso con vino, llegué a su lado y le sugerí algunos temas. Youtube es una herramienta maravillosa, en segundos encontré música que hacía mucho tiempo no escuchaba. Bailé sin importar nada, las conversaciones, la seriedad, la casa ajena y la vecina “sapa”. Sonreí porque las cosas iban bien, había bebido, había conversado, le grité a un tipo que caminaba tambaleándose ¡enfermo! (aquel sujeto, meses antes, me había alborotado el cabello sin mi permiso). Conversé con esa persona, me enrolló su bufanda en mi cuello, bailé. Me gustó, disfruté como hacía tiempo, me reí, me moví (ni siquiera me preocupaba de bailar bien) ¡a la mierda la vergüenza! Me gustaría volver a salir y bailar, reír hasta ahogarme, gritar, recordar las canciones con las cuales crecí. [Sonrisa]

24 de abril de 2013

Confesión de derrochador

   Hoy, luego de contestar de mal modo una llamada telefónica, se me escaparon un par de lágrimas. Culpé a alguien más de mi pereza, sin la más mínima provocación ¡maldición! Me dijeron "no me importa la mala relación que tengas con tu hermano, me importa una wea". Bien. Abrí el libro prestado de Bukowski, no avancé más de media página. Nadie puede aceptar, frente a un padre que odia que fumes, que es para ti más importante comprar cigarrillos que un dentífrico y, además, culpar a alguien que tiene un vida triste porque su sueño es dedicarse a la música, sin embargo, no puede tocar un sólo tema sin equivocarse. Tampoco puedes decirle, al mismo padre que te regala dinero porque le das lástima, que pides más dinero prestado del que puedes devolver, no quiero admitir frente a todos que soy un desastre financiero. Ríanse, les odio a todos. 

20 de abril de 2013

Campanas de viento

   Me bajé en un lugar poco frecuente, a una cuadra y media de mi casa; el señor del colectivo manejaba rápido, quería irse a casa rápido, me preguntó dónde me bajaba... "Victor Salas con la Avenida, pero déjeme aquí". ¡Le da lo mismo! -me dijo-. "Gracias". Cerré la puerta detrás de mí, me había bajado en el extremo equivocado de la calle: el pasaje en que vivo es una gran "L" que cruza las tres calles importantes del sector Colina El Pino, de norte a este. Me bajé al este, cerca de donde terminan las casas, hacía mucho tiempo no caminaba por esa parte del pasaje, creo que años. El viento era agradable, aunque muy frío, como el viento que me molestaba en Chuquicamata. ¿Eran campanas de viento? oh, me encantaría pasear contigo de la mano por la calle de las campanas de viento. Regulé mi paso, eran pequeños y flojitos, tenía curiosidad por los nuevos sonidos que parecían venir de todos lados, sonreí como no lo había hecho en todo el día. Sobre un balcón colgaban barritas metálicas ordenadas por tamaño, las pequeñas relucían en medio, se movían en conjunto y cada una por su cuenta. Había otras casas bajas con campanas, éstas eran de coco y bambú, reproducían sonidos venidos desde alguna isla desierta. Las siguientes casas tenían campanillas metálicas, pequeñas. Otras de cerámica. Incluso había una en que colgaba una campana de viento de ágata. Vendré a pasear aquí con más frecuencia.

19 de abril de 2013

La señorita de los chocolates

   Decían "¿aló?" más allá del antejadín, en la calle. Una señorita con algunos kilitos de más seguía gritando "¿aló?" a las casas vecinas. Me asomé y estaba esperando afuera de la mía. Me puse una chaqueta, salí y ya no estaba, pero apenas me vio en la puerta, se acercó a la reja de mi casa. ¿Hay alguna mujer en esta casa que fume?, yo levanté la mano a la vez que decía "¡yo!"... me dio una caja de almendras confitadas y cubiertas de chocolate, no podía creerlo ¿en serio era en agradecimiento por ser mujer y fumar y abrirle la reja para que me hiciera unas cuantas preguntas? sonreí, encantada respondo su encuesta. ¿Cuántos cigarrillos se fuma diarios? pues **, más o menos. ¿En dónde los compra? en la avenida (un centro de llamados) y aquí cerca (en un almacén). ¿De cuales fuma? Lucky rojo, Dunhill rojo, ¿algún otro? Latino rojo. ¡Ah, tú le das con todo! -sonreí bobamente-. Me mostró una cartilla de los cigarrillos que venden aquí, pequeñas imágenes de cajetillas impresas a todo color, todas las marcas, todas variedades. ¿Conoces todas las marcas? sí, aunque este ya no existe, le apunté las imágenes de Viceroy. No importa, algunas personas aún lo piden así. ¿Con cual estás menos familiarizada? con los verdes, odio los mentolados. Ok, eso es todo, gracias por responder. Dime tu nombre, dame tu teléfono. Me dijo qué decir en caso de que alguien me llamara preguntando por la encuesta. Por esa caja de chocolates digo lo que quieras.

28 de marzo de 2013

Me quemé el culo en un disturbio

    Bajé en bicicleta a dejar a un amigo, desde la Colina al centro, en medio de la bajada nos detuvimos para pasar al lado de una línea de fuego en el piso, había gente prendiendo sillas y quebrando piedras, personas descontentas. Pasé con la bicicleta en mano, el amigo iba a mi lado. Dije algunas cosas a propósito del fuego, algo como "a todos les gusta el fuego" "esta gente está enojada" "wawawawa [sonidos ininteligibles]", mi amigo tenía miedo, supongo que le aterraba ser atacado por gente enfadada que prendía fuego al camino. En bajarlo sobre la bicicleta, desde la rotonda hasta la cárcel, hicimos minutos, luego caminamos al centro. Se subió a su colectivo, me subí a mi bicicleta. Tomé calle Pení hasta Cisternas, allí los carabineros desviaban el tráfico, comenzaba el "webeo". Pedaleé un par de cuadras, ni un auto ni peatones. Luego, me habló un carabinero desde la calle, en medio de cuatro o cinco más, "no avance, es peligroso". Me devolví, les saludé y pregunté si habían empezado los disturbios, me miraron con cara de no entender... supongo que, para ellos, el disturbio había comenzado hacía horas. Avancé curiosa, nunca había visto de cerca algo así. Más allá había un camarógrafo, lo saludé y pregunté por el asunto, me dijo que le lanzaron piedras por andar con cámara, también que era algo sobre el día del joven combatiente (aunque la fecha era otra). Esperé una hora parada, mirando. Escuché lo que gritaban detrás de las rejas, cinco o seis hombres tirando piedras desde dentro de la universidad. Pasó un camión tirando agua, los apedrearon y tiraron bombas molotov, los carabineros tiraron un par de lacrimógenas que chocaron con las rejas. De regreso insultos, "pacos aweonaos". En diez minutos volvieron a tirar lacrimógenas, esta vez cayeron dentro de la universidad. Un par de chicas estilo punk se acercaron, les dije que no pasaran más allá porque estaba la "embarrá", ellas se quedaron mirando conmigo; se acercó un carabinero "no pueden estar acá". Le dije que estaba esperando que todo acabara para subir a Colina, él me dijo que me fuera, que tenía para rato. ¿Un par de horas?... yo creo que más. ¡Demonios! Me subí a la bicicleta y tuve que ir lentísimo hasta el sushi (en calle El Santo), llevaba los frenos cortados. Me llamó la atención que aquellas personas iracundas no podían decir una frase sin decir "conchetumare" en medio, de hecho lo que mejor se les escuchaba eran las palabras malsonantes. Gritaban a los carabineros que eran unos cobardes ¿acaso era sensato que un carabinero sin protección se acercara a los disturbios? creo que lo matan a piedrazos. Además gritaban que tirar lacrimógenas era un gasto (de dinero) que todos pagábamos; si ellos se manifestaran sin violencia ¿serían necesarias las lacrimógenas? Mientras aquellos iracundos muchachos gritaban consignas, los carabineros en el frente esperaban órdenes en silencio, los que estaban detrás se reían, conversaban como si nada, nos les interesaba más que salir rápido de allí. Lo último que recuerdo haber escuchado, era algo así como "con piedras resistiremos hasta el final"... desde que bajé al sushi y volví a subir a la rotonda, pasaron un par de horas, ninguno de ellos resistió hasta el final, ni siquiera los curiosos. Tuve que respirar el aire viciado, aguantar mi nariz y ojos irritados, además de esquivar vidrios y pequeñas brasas. 

*Este texto no tiene por objetivo la defensa ni el reclamo por nada, no se fijen.

25 de marzo de 2013

Sólo sushi, sola

   Me pasé por "feisbuk", me saludó un amigo lejano. Conversamos un momento. Me preguntó cuántos libros había escrito, yo le respondí que ninguno, luego yo le pregunté cuántos había escrito él... no hubo respuesta. ¿Se enojó? no lo sé, no sé de sus ideas sobre el mundillo, no tuve muchas oportunidades de conversar con él. El asunto es que, en este día, siento que soy una jodida masita rosa, fumeta y vaga. Amigo lejano que me habló por "feisbuk", no me hiciste un favor.

19 de marzo de 2013

Hoteles, bares y libros

Me detuve a hojear una revista, esperaba por mi dentista. En las páginas centrales había un artículo sobre los bares de Manhattan, el sujeto que narraba era un escritor estadounidense. ¿Qué pasó con la bohemia literaria? ahí se decía que algunos escritores se habían desanimado por la prohibición de fumar dentro de los bares, también que los nuevos escritores habían cambiado el alcohol por los pasteles y el café. El sujeto esperaba encontrar algunos “colegas” en su recorrido, quizás vio algunos escritores (¿cómo saberlo?), pero dijo no conocer a ninguno, creo que se identificaba con una vieja, vieja escuela, algo que los novatos olvidaron en algún momento. Leyendo el artículo, recordé los bares de La Serena, el nulo espacio literario en nuestras calles; la incomodidad se apoderaba de mis pensamientos ¿por qué no existe aquí un bar, local o café, que ofrezca recitales literarios periodicamente? ¿qué tanto éxito tendría un local así, aquí? Seguí leyendo. Los esfuerzos del narrador se desviaron a los hoteles, pequeñas curiosidades, datos, mensajes literarios en las cabeceras de las camas (“los escritores jamás se van solos a la cama”), mensajes a las mucamas (“por favor, sacuda el polvo de mis libros”), pequeños carteles en las perillas de las puertas (“no molestar, en esta habitación se escribe una novela”) y carteles de bienvenida (“aquí se escribe la gran novela americana”). Todos sabemos que, en algunos de los hoteles de Manhattan, se han escrito novelas famosas, algunos escritores se han alojado exclusivamente para acabar sus novelas, ahí se alcoholizaron y jodieron, fumaron y corrigieron sus obras, algunos se suicidaron, otros simplemente murieron. Recuerdo los nombres de Anaïs Nin y F. Scott Fitzgerald, aunque habían muchos más vivos y del ámbito literario actual. Luego de los hoteles, aparecieron en el artículo las infaltables librerías. El sujeto recordaba sus andanzas y narraba sobre las librerías noventeras, antes de Kindle y las Tablets, tiempos en que el libro impreso era el rey de calles y calles de librerías. Me llamó la atención lo de “más de 3 kilómetros de libros”, esbocé una pequeña sonrisa. En una última vista al artículo, vi las fotografías, sí parecían imágenes tomadas en Manhattan, en la isla del desencanto. El autor finalizaba diciendo que cada uno de nosotros, los escritores, debíamos buscar un lugar para ir, algo que, a nuestros ojos se le pareciera a NuevaYork.   

  

18 de marzo de 2013

Explosiones misteriosas

            Mientras hablaba por teléfono celular, me encontré mirando un montón de ropa desperdigada por la acera y el borde de la calle; me emocioné tanto que le dije a mi interlocutor lo que había encontrado. Me acerqué curiosa, había muchos calcetines hermanados hechos bola, bufandas, pañuelos, pantalones, blusas, vestidos ¡oh! maravillosas cosas perdidas. Me quedé embelesada mirando, seleccionando, manoseando todo lo que llamaba mi atención. ¿Por qué estaba todo así? parecía que un automóvil había chocado haciendo estallar los sacos con ropa, dejándola esparcida en un perímetro circular. ¿Alguien había puesto una bomba de aire dentro del saco? ¿estalló desde dentro dejando todo tirado? Mis pensamientos se interrumpieron por un par de mujeres con demasiado maquillaje, ellas iban a beber, estoy segura. Pasaron, me vieron, se burlaron “¿te parece si vemos si algo nos sirve?” se fueron riendo. A mí no me dio vergüenza, no me sentía mal; siempre me detengo con curiosidad frente a las cosas que alguien más ha olvidado.

20 de enero de 2013

Piscina

Salí a fumar un cigarrillo, escuché un chapoteo. Mi patio da con el patio de una casa en la calle siguiente. Durante todo el verano, los niños que viven allí, se bañan todos los días, desde la mañana hasta la noche, siempre están riéndose, chapoteando, jugando, pareciera que sus padres están también en la casa todo el día. ¿Mencioné que salí a fumar a las dos de la mañana?.