Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

23 de noviembre de 2012

Sobre el quiebre irreversible


No me proponía jamás contar lo de aquel mal intento de arreglo, me provoca mucho dolor, siempre llevaré aquello como algo en lo que tuve directa culpa, una tristeza que se extiende a través de los meses como una terrible enfermedad infecciosa; puede ser que a la mirada de un extraño, a la visión de un lector o la de un curioso, esto no sea tan grave, entiendo también que puedo estar dándole una importancia que no tiene, lo comprendo y no tienes que seguir leyendo.

Defiendo bastante, con fuerza y terquedad, mi opción de publicar en una revista literaria, pienso que haber participado activamente en Revista Literaria Escarnio me dio confianza para adentrarme en el “manoseado” mundillo literario. Actualmente no participo como editora en ninguna revista literaria, tampoco me interesa adherirme a ninguna existente, pienso que cada una de las que circulan actualmente (hasta noviembre de 2012) tienen detalles que no me agradan, funcionan gracias a la buena voluntad de terceros, su caos editorial es insoportable, incluso los textos locales seleccionados para su publicación dejan bastante que desear (por supuesto no me refiero a todos ellos), los textos de escritores consagrados son muy conocidos y no demandan mayor esfuerzo conseguirlos, el poco cuidado con la disposición de los textos dentro del espacio disponible, las constantes erratas.

Hace algunos meses atrás, mientras preparábamos el N°32 de Escarnio, aquel número formato libro que hace tiempo deseábamos, me encontré con un montón de problemas personales que acabaron con mermar la calidad de los textos que envié, en total seis textos, repartidos entre “novedades”, “añejos” y “refritos”: Visiones del ojo púrpura, Todo está bien tras la puerta roja, Misivas impertinentes, Sobre la escritura amatoria con gatos, Carta y un fragmento de La solitaria flor del fumadero; no justificaré mis errores, ni mis desaciertos en estos textos, sin embargo, reconoceré que fue difícil reunir diez planas con textos, comenzaba a asomarse en mi cabeza el indeseable gusanillo de la inseguridad.

Junto con resolver todos los problemas anexos al contenido del documento, nos vimos enfrentados a la grandiosa tarea de reunir los insumos para publicar la revista en formato papel. Comenzamos discutiendo sobre materiales que no teníamos (decidimos que, por tercera vez, pediríamos ayuda a la municipalidad)  y, como siempre, lo que recibimos era una versión barata y distorsionada de lo que pedimos. No importa, lo importante es sacarla –me dije. Los materiales llegaban de a poco, el documento era un atroz cuerpo mutilado, mi culpa por cierto, yo era la encargada de hacerlo, ordenarlo, corregirlo y escribir la editorial; pude hacerlo con muchas dificultades, se retrasó un par de semanas, pedí ayuda, no la recibí en su debido tiempo, tengo también la culpa, provoqué una pelea por la que recibí un alto nivel de hostilidad. Teníamos una forma de multiplicar el contenido, por fortuna.

Junto con las dificultades, teníamos un compromiso en Santiago, con un par de personas del mundillo; había fecha límite para terminar el mayor número de copias posible. A menudo suspiraba mientras cortaba las revistas, odio tener presión sobre mi frágil espalda, para mi suerte soy rápida en estas cosas manuales, en dos días terminé de encuadernar 30 ejemplares de la revista, a un par de horas de viajar a Santiago.

No recuerdo con exactitud el motivo o el hecho que desencadenó la definitiva renuncia de Fernando a la revista, al parecer fue algo que tenía mucho tiempo creciendo en algún recóndito lugar de su cerebro. En apariencia todo funcionaba bien, digamos que a todos importaba que la revista “saliera” fuera como fuera, no nos veíamos ni para decidir qué textos saldrían, a qué autores publicaríamos, en algún momento del 2011 cada uno se hacía cargo de un número de la revista, a solas se decidía la portada, los autores, la editorial, las imágenes. Recuerdo que mi deber dentro de la revista siempre ha sido la parte virtual, hacerme cargo del blog, mail y facebook de la revista, responder correos ordenarlos, actualizar páginas con información. Además de las tareas anexas de los especiales, como la encuadernación.

Me duele que Fernando hable de Escarnio como el jodido tumor que te acabas de operar porque te estaba haciendo la vida imposible. Me obligué a abandonar la revista, no podía quedarme en donde jamás debí estar; como prueba de mi pésimo aporte a la revista, ni Daniel ni Fernando necesitaban ya mi ayuda para editar sus propias revistas, me convierto en el bulto que ningún abuelo quiere en su espalda. Comienza el mal camino hacia mi deprimente vida actual. 

Desde el N°32 de Escarnio (correspondiente al mes de julio de 2012) y por parte de Daniel, no hubo movimiento de la revista en dos meses, luego, la tímida reaparición con un especial de Mario Santiago Papasquiaro, con pocos números. Hasta hace un par de semanas no había noticias de la revista, para reaparecer con tres números consecutivos en espacio de una semana, al parecer hay copias suficientes.

Por otra parte, Fernando acaba de sacar el primer número de Revista Delictual Cíclope, teniendo materiales suficientes 
para multiplicarla a gusto. Personalmente pienso que cae en errores predecibles, de novatos.

He publicado en ambas revistas, con seudónimo. He ayudado con algunos fugaces aportes. Espero que sigan existiendo ambas revistas. Ahora escribo tristemente para mi blog, creo que lo retomaré definitivamente, mientras decido cual será mi próximo paso. La vida de los hombres consiste en salir de las tinieblas y permanecer algún tiempo alrededor de la luz de una vela, para luego volver cada uno a sus propias tinieblas y desaparecer en ellas (Oé).