No me
proponía jamás contar lo de aquel mal intento de arreglo, me provoca mucho
dolor, siempre llevaré aquello como algo en lo que tuve directa culpa, una
tristeza que se extiende a través de los meses como una terrible enfermedad
infecciosa; puede ser que a la mirada de un extraño, a la visión de un lector o
la de un curioso, esto no sea tan grave, entiendo también que puedo estar
dándole una importancia que no tiene, lo comprendo y no tienes que seguir
leyendo.
Defiendo bastante,
con fuerza y terquedad, mi opción de publicar en una revista literaria, pienso
que haber participado activamente en Revista Literaria Escarnio me dio
confianza para adentrarme en el “manoseado” mundillo literario. Actualmente no
participo como editora en ninguna revista literaria, tampoco me interesa
adherirme a ninguna existente, pienso que cada una de las que circulan
actualmente (hasta noviembre de 2012) tienen detalles que no me agradan,
funcionan gracias a la buena voluntad de terceros, su caos editorial es
insoportable, incluso los textos locales seleccionados para su publicación
dejan bastante que desear (por supuesto no me refiero a todos ellos), los
textos de escritores consagrados son muy conocidos y no demandan mayor esfuerzo
conseguirlos, el poco cuidado con la disposición de los textos dentro del
espacio disponible, las constantes erratas.
Hace algunos
meses atrás, mientras preparábamos el N°32 de Escarnio, aquel número formato
libro que hace tiempo deseábamos, me encontré con un montón de problemas
personales que acabaron con mermar la calidad de los textos que envié, en total
seis textos, repartidos entre “novedades”, “añejos” y “refritos”: Visiones del
ojo púrpura, Todo está bien tras la puerta roja, Misivas impertinentes, Sobre
la escritura amatoria con gatos, Carta y un fragmento de La solitaria flor del
fumadero; no justificaré mis errores, ni mis desaciertos en estos textos, sin
embargo, reconoceré que fue difícil reunir diez planas con textos, comenzaba a
asomarse en mi cabeza el indeseable gusanillo de la inseguridad.
Junto con
resolver todos los problemas anexos al contenido del documento, nos vimos
enfrentados a la grandiosa tarea de reunir los insumos para publicar la revista
en formato papel. Comenzamos discutiendo sobre materiales que no teníamos (decidimos
que, por tercera vez, pediríamos ayuda a la municipalidad) y, como siempre, lo que recibimos era una
versión barata y distorsionada de lo que pedimos. No importa, lo importante es
sacarla –me dije. Los materiales llegaban de a poco, el documento era un atroz
cuerpo mutilado, mi culpa por cierto, yo era la encargada de hacerlo,
ordenarlo, corregirlo y escribir la editorial; pude hacerlo con muchas
dificultades, se retrasó un par de semanas, pedí ayuda, no la recibí en su debido
tiempo, tengo también la culpa, provoqué una pelea por la que recibí un alto
nivel de hostilidad. Teníamos una forma de multiplicar el contenido, por
fortuna.
Junto con las
dificultades, teníamos un compromiso en Santiago, con un par de personas del
mundillo; había fecha límite para terminar el mayor número de copias posible. A
menudo suspiraba mientras cortaba las revistas, odio tener presión sobre mi
frágil espalda, para mi suerte soy rápida en estas cosas manuales, en dos días
terminé de encuadernar 30 ejemplares de la revista, a un par de horas de viajar
a Santiago.
No recuerdo
con exactitud el motivo o el hecho que desencadenó la definitiva renuncia de
Fernando a la revista, al parecer fue algo que tenía mucho tiempo creciendo en
algún recóndito lugar de su cerebro. En apariencia todo funcionaba bien,
digamos que a todos importaba que la revista “saliera” fuera como fuera, no nos
veíamos ni para decidir qué textos saldrían, a qué autores publicaríamos, en
algún momento del 2011 cada uno se hacía cargo de un número de la revista, a
solas se decidía la portada, los autores, la editorial, las imágenes. Recuerdo
que mi deber dentro de la revista siempre ha sido la parte virtual, hacerme
cargo del blog, mail y facebook de la revista, responder correos ordenarlos,
actualizar páginas con información. Además de las tareas anexas de los
especiales, como la encuadernación.
Me duele que
Fernando hable de Escarnio como el jodido tumor que te acabas de operar porque
te estaba haciendo la vida imposible. Me obligué a abandonar la revista, no
podía quedarme en donde jamás debí estar; como prueba de mi pésimo aporte a la
revista, ni Daniel ni Fernando necesitaban ya mi ayuda para editar sus propias
revistas, me convierto en el bulto que ningún abuelo quiere en su espalda.
Comienza el mal camino hacia mi deprimente vida actual.
Desde el N°32
de Escarnio (correspondiente al mes de julio de 2012) y por parte de Daniel, no
hubo movimiento de la revista en dos meses, luego, la tímida reaparición con un
especial de Mario Santiago Papasquiaro, con pocos números. Hasta hace un par de
semanas no había noticias de la revista, para reaparecer con tres números
consecutivos en espacio de una semana, al parecer hay copias suficientes.
Por otra
parte, Fernando acaba de sacar el primer número de Revista Delictual Cíclope,
teniendo materiales suficientes
para multiplicarla a gusto. Personalmente
pienso que cae en errores predecibles, de novatos.
He publicado
en ambas revistas, con seudónimo. He ayudado con algunos fugaces aportes. Espero
que sigan existiendo ambas revistas. Ahora escribo tristemente para mi blog,
creo que lo retomaré definitivamente, mientras decido cual será mi próximo
paso. La vida de los hombres consiste en
salir de las tinieblas y permanecer algún tiempo alrededor de la luz de una
vela, para luego volver cada uno a sus propias tinieblas y desaparecer en ellas
(Oé).