Hace más de tres años me prometieron un jardín... comenzó diciendo que, de viejo, le gustaría dedicar sus últimos días a cuidar de un jardín, como Pasternak, sentado en un tronco, recibiendo visitas, leyendo y envejeciendo tranquilo. Después de imaginar un jardín para él, pasó a prometer un jardín para mí, uno lleno de amapolas. No recuerdo mucho más de aquella conversación. Me imagino que fue un intento desesperado por mantenerme a su lado: prometer un lindo jardín en donde jamás tendría que hacer nada más que jardinería, tranquila y alejada del mundo que tanto me dañaba en ese momento. No podía esperar a que un hombre me regalara un jardín en el final de nuestras vidas, cuando ya estaba todo hecho, cuando ya se habían dicho todos los insultos y ya nos preparábamos para morir. No necesito de nadie para tener un jardín, esa promesa sirvió para darme cuenta de que nada podía darme; tendría que perder toda mi vida esperando para obtener un jardín de un hombre que quisiera darme uno, él o cualquier otro. Me sentí fuerte al responder a su propuesta con una frase boba -"sería bonito"-, esperando que comprendiera que yo no le creía, que yo no iba a esperarlo, que yo no le acompañaría. Meses después la promesa se transformó en insultos. Mientras lo nuestro acababa, yo sembraba las primeras semillas de amapola en mi propio jardín. Pienso que es importante recordar lo que te prometen, así sabes que ellos no cumplieron y tú lograste tener algo sin la ayuda de nadie. Disfruto cada día del jardín que cuido a mis veintiocho años ¿quién más puede decirlo a mi edad?
Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":
8 de noviembre de 2015
9 de agosto de 2015
Teorías y reflexiones sobre los viajes del Mary Celeste
*Haz de la teoría un juego, conecta a cada tripulante con su tierno y receptivo niño interior; sonríen aunque no quieran y aprenden sin darse cuenta.
*Incita a una persona a bailar y es un logro, pon a escribir a los tripulantes y no se detendrán.
*Prepara a cada tripulante como si fueran a pelear; no les digas que den la vida, diles que lo intenten.
*Separa y anula tus opiniones, los tripulantes son más importantes.
*Cada grupo de tripulantes vendrá y desaparecerá, no lo impidas; es la naturaleza misteriosa del espíritu del Mary Celeste en todos nosotros.
Por Cesare D´Amico (1987), notas a pie de página en su diario.
*Incita a una persona a bailar y es un logro, pon a escribir a los tripulantes y no se detendrán.
*Prepara a cada tripulante como si fueran a pelear; no les digas que den la vida, diles que lo intenten.
*Separa y anula tus opiniones, los tripulantes son más importantes.
*Cada grupo de tripulantes vendrá y desaparecerá, no lo impidas; es la naturaleza misteriosa del espíritu del Mary Celeste en todos nosotros.
Por Cesare D´Amico (1987), notas a pie de página en su diario.
9 de julio de 2015
5.- Iglesia / Dientes / Negro
…la suerte, la suerte, adivinar la
suerte. Para los creyentes no existe la suerte, pero si dices algo bueno, te
dejan adivinar. He visto tantas matas negras de hombres y mujeres, tengo que
tocar pelos negros y decir “¡ey! Aquí, entre éstos suertudos pelos, veo que te
irá genial los próximos meses… pero debo verte más seguido. Los niños caen igual,
incluso sus madres me los dejan a solas, y sin pelos es más fácil tocar y leer…
…no me acuerdo qué hice con los documentos y esa fotografía en blanco y
negro de mi útero. Durante el día tiré las pruebas que me hice en el baño, todo
a la bolsa, la saqué de su lugar y la anudé, la llevé conmigo hasta la calle y
la dejé en la basura. Creo que los papeles y la fotografía fueron a dar al
cajón, junto a otras cosas. Debo quemar los papeles, no quiero esto y tampoco
que alguien lo sepa. Mañana tengo la cita, espero no ver sangre, me asquea la
sangre…
…no hay forma de que me descubra,
soy mujer, soy muy cuidadosa. Borro los historiales de internet, tengo cuatro
cuentas de correo distintas, tengo contraseñas complicadas, muy seguras. No hay
modo de que me descubra. Tengo que pensar en un nuevo nombre, puede ser
“Sexminatriz” o “Zorra del amor”, luego lo decidiré.
…ave maría, mi santa, mi santa. Este dientecito salió del vecino. Este
dientecito de mi sobrino. Este salió de una tumba. Este lo compré ayer. Padre
nuestro, padre nuestro. Siguiente diente, siguiente oración.
Es en las iglesias en donde peores cosas se oyen… y me gusta oirlas, no
me las cuentan a mí, claro, para eso está el curita cochino. Yo las escucho
desde sus cabezas. En este lugar, sentados y sintiéndose culpables, comienzan a
pensar, casi automáticamente, en las cosas malas que han hecho. Me encantan las
historias de las mujeres, son seres perversos.
Ejercicio para "Los Viajeros del Mary Celeste" - Tabla I Muerte.
8 de julio de 2015
4.- Amor / Hongos
Te
vienes a mi casa (aaa)
Vienes
a por mí,
Delgado
y hermoso (ooo)
Vienes
aquí
Y te
amo,
Dentro
de mí.
Le inventaba la letra, se inventaba
un significado para cada palabra que escuchaba en inglés, decía que su mente
volaba con la amanita, que podía
saber, entender el significado de todo lo que escuchaba, el idioma de los
pájaros, el ladrido de los perros, el jadeo de los animales teniendo sexo; yo
no le creía, pero era interesante escucharlo, oír la interpretación de todo lo
que yo no podía, aquello que ignoraba de la tierra. Decía esto y aquello, todo
el tiempo, todo el tiempo estaba en viaje,
saltando de un lado a otro con las pupilas dilatadas, soltando disparates
acaramelados sobre nosotros, un gran nosotros, un nosotros en la cama, en la
calle, escondidos o visibles para el mundo, absorviendo la vida de otros, tomándola
para nosotros y nuestros viajes.
Aquí
viene amor, aquí viene, tómalo con tu boca y trágalo. Yo escuchaba sus
pensamientos, me acercaba, recibía de su boca el regalo, regurgitaba luego de
masticar y tragar el jugo, siempre iba él primero, siempre tenía que hacerlo e
inventar las reglas. Me dijo incluso que debía volver, dejándome tirada para
que continuara con todo lo que había dejado atrás. El viaje esa vez fue suave, él se tragó todo lo que tenía nuestro
hongo para dar.
¡Yo voy primero! le quité todo lo que llevaba encima, incluída la ropa, me tragué lo que
encontré, un minuto masticando y él se acercó a recibir nuestro hongo de mi
boca. Desnudo como estaba, se levantó y abriendo los brazos, su cuerpo se
dividió en dos entes idénticos, de cuerpo completo, pero parecían más delgados
que el original. Me tiré de espaldas en el suelo y pregunté cuál de los dos se
quedaría, uno se sentó a mi lado y el otro comenzó a caminar cielo arriba,
hacia la luna. Realmente ninguno puede
quedarse, escuchaba su voz en mi mente y entendía lo que significaba.
Cuando comenzó a toser, ahogándose con cada espasmo, comprendí que se iría.
Quizás lo que decía era cierto, quizás sí podía escuchar el idioma del mundo y
del resto del universo.
Ejercicio para "Los Viajeros del Mary Celeste" - Tabla I Muerte.
7 de julio de 2015
3.- Enfermedad / Abrazo
-Narrador: …vemos
que la madre coloca una nueva camada bajo ella, así las protegerá hasta que
alcancen un tamaño adecuado. El invierno se avecina, la madre debe procurar que
sus crías sobrevivan, por esa razón es importante que la madre posicione muy
bien a sus crías bajo ella, una al lado de la otra, con el suficiente espacio
vital… vemos aquí a la madre cuidando de sus crías. Incluso si esta condición
es sorteada con éxito por la madre, algunas de las crías colocadas lejos del
perímetro de su alcance estarán perdidas.
La distribución de las
crías no es la misma cuando comienza y termina la época de crianza, la madre
puede influir en el crecimiento de cada una de ellas, puede contribuir de modos
distintos en el crecimiento o muerte de cada una de las crías a su cuidado.
Existe, dentro de toda
maravillosa vida desarrollándose, la influencia maligna de la enfermedad. Las
crías, durante sus primeros días, son especialmente sensibles a los cambios de
temperatura y humedad, pensando seriamente en la supervivencia de la mayor
parte de la camada, la madre, elimina algunas con lo que denominamos “abrazo”:
un proceso doloroso para la madre y las crías más débiles.
Vemos, en las
imágenes, este proceso acelerado. La madre curva todo su cuerpo sobre la cría,
ayudada de una fuerza increíble la arranca de su sitio bajo ella y la deja a un
lado, fuera del radio de protección, lejos de la posibilidad de recibir agua y
alimentos. Hasta el momento, la ciencia no ha podido explicar el origen de esta
fuerza, algunos han relacionado el fenómeno al tropismo, sin embargo, estamos
lejos de entenderlo…
Apago la televisión. Pasé los últimos diez
minutos escuchando el final de un horrible documental, a un narrador que
humaniza un grupo de plantas, inventándose relaciones de afecto entre ellas;
sinceramente he perdido diez minutos en una porquería ¡demonios!
Ejercicio para "Los Viajeros del Mary Celeste" - Tabla I Muerte.
6 de julio de 2015
2.- Conspiración
-Tú no lo sabes
aún, pero no deberías meterte conmigo, no tienes idea de quién soy, de qué
represento, de qué estoy haciendo en el mundo, en realidad no deberías ni
mirarme ¡ey! trae otra chela.
-¿Nos conocemos?
–pregunté un poco desorientada, no había hecho más que sentarme en el único
banquillo vacío del bar, sin fijarme bien quién estaba de un lado u otro,
quería sentarme y beber, eso era todo.
-No, tú no me
conoces y es un error, tú deberías saber quién soy, deberías saludarme,
deberías sentir vergüenza de estar a mi lado sin reconocerme.
-No entiendo bien
lo que quieres decirme, ni debería hablar contigo, sólo quiero sentarme un rato
y beber, necesito unos minutos de tranquilidad.
-¿Conoces el New Yorker? ¿o la Black Parrow Press? ¿eh? ¿sabes algo de esto mujer?
-No, no sé lo que
significan esos nombres y no deseo saberlo, quiero beber algo tranquila, de
verdad, ha sido un día extenuante.
-“Extenuante” ¡tú
mujer diciendo la palabra extenuante! Si las mujeres no hacen más que
insinuarse a los hombres, tú debiste sentarte aquí porque sabes quién soy y,
haciéndote la tonta, quieres sacarme tragos gratis ¿cómo me los pagarás? ¿me
dejarás bajarte los calzones y mostrarlos a todos? ¿me besarás chupándome la
fama como todos lo que se acercan?
-No sé quien eres,
no me interesa –levanto la mano y me sirven inmediatamente lo que siempre
bebo–.
-Ah, te haces la
interesante, de seguro te has acostado con el tipo para que te sirva lo que
bebes y, además no te lo cobre. Yo soy mejor que tú, yo merezco más que tú, yo
existo para esto, lo he hecho toda la vida, pero estoy bebiendo al lado de una
mujer inútil, un parásito de buen cuerpo, tengo que aguantarlo porque aquí
nadie conoce publicaciones importantes.
Decido levantarme
con el trago, me acerco a una mesa, esperaba soledad, pero debo obligarme a
preguntar si puedo ocupar un asiento que recién ha quedado libre, ahí con
algunos desconocidos. El tipo comienza a gritar, le toman de los brazos y lo
sacan del local a rastras. Sigue gritando por la ventana.
-Yo he sido
publicado en todo tipo de revistas literarias extranjeras, Estados Unidos,
Francia ¡España! estos weones no
son capaces de
darme un miserable premio por el mejor texto que han recibido en años, no son
capaces de reconocer el talento que tienen en las narices.
Desde el local
alguien sale a conversar con el sujeto, veo que la rabia vuelve incandescentes
sus mejillas, golpea el vidrio casi quebrándolo, supongo que se larga calle
abajo. Alguien se acerca y me invita a su mesa, cinco jóvenes parecen ansiosos,
uno de pelo revuelto me dice “bebe todo lo que quieras, nosotros sabemos quién
eres y no te mereces la mierda de un escritorcillo resentido”.
Ejercicio para "Los Viajeros del Mary Celeste" - Tabla I Muerte.
5 de julio de 2015
1. Cadáver
Llevaba un par de semanas así, la situación le parecía
familiar, como cuando estás resfriado y no recuerdas qué se siente estar sano,
ya ni recordaba lo que significaba vivir bien. Eso le acompañaba desde hacía
semanas, ya no podía salir, no podía permitirse un paseo o una rutina.
Observando aquello, se le pasó por la mente una bandeja
negra con un trozo de carne, había escuchado que en los supermercados lavaban
la carne con cloro, así podían venderla aunque ya estuviera un poco podrida.
Los colores violáceos, la textura, en un comienzo podía interpretarse como el
resultado de un golpe, pero, con el tiempo el olor se había transformado en una
preocupación mayor, ese olor era el único que ocupaba la casa. Al decidir
lavarlo con cloro, el problema se solucionó el parte. Además siempre llevaba un
pañuelo empapado en colonia para acercarlo a su nariz cada vez que lo
necesitaba. Era molesto, pero no sabía cómo deshacerse de aquello, nunca se
imaginó que podría transformarse en un problema mayor. Pensó en dejar de
olerlo, dejar de mirarlo, pero estaba en su casa, en su habitación, con él, muy
cerca para evitarlo.
Decidió un día
cubrirlo, envolverlo y amarrarlo, lo descuidó un par de días, agradecía que al
mirar, sólo viera un embutido de carne, mullido como un peluche, inofensivo. Lo
movió esperando absurdamente que se esfumara, por los costados, a través de
pequeñas aberturas, cayeron decenas de larvas blancas, se quedaron bailando un
rato en el suelo antes de volver a su hogar. Había perdido toda esperanza de
que aquello desapareciera tal cual había sucedido. No le quedaba más que
observar. Los insectos estaban por todos lados, había identificado tres
especies distintas. Unos gusanos blancos –ya los había visto en algunos ratones
muertos y gatos atropellados–, éstas maravillosas bestias devoraban todo el
día, caían desmayadas y se envolvían en un saquito que se inflaba, lo que salía
parecía haberse comido a unos cuantos otros bichos, salían volando, como
buscando nuevos lugares para colonizar, pero siempre regresaban. Otros pequeños
negros, que jamás puedo ver con claridad, se dedican a mover la cabeza en
frenesí, pero no desaparece lo que están masticando, podría decir que vomitan
todo lo que van mascando, no lo sé; podría el vómito estar provocando esos
colores negros en la carne muerta. Y esos insoportables relojes de la muerte,
los oía, pero jamás se atrevió a verlos, se le ocurría buscar entre la carne,
meter un cuchillo y abrir un poco para observarlos corroer los huesos, pero no
podía, el miedo siempre le impidió abrir su propio brazo muerto para conocer los
relojes de la muerte.
Ejercicio para "Los Viajeros del Mary Celeste" - Tabla I Muerte.
11 de junio de 2015
Cambiando el mundo
Una vez, hace muchos años, conocí a una chica, Mara; ella fue la persona que mayor
puntaje sacó al ingresar a la carrera que ambas y 58 jóvenes más estudiábamos.
Siempre me pareció una mujer retraída, absurdamente tímida, yo la buscaba con
la vista y estaba detrás de un árbol repasando los apuntes para la siguiente
clase. Una vez la envidié terriblemente, tanto, que parecía que mis ojos
querían quemarla y me dolió, además de avergonzarme al punto de sentir náuseas;
aquella vez bebíamos en un bar, muchos de la carrera, un sujeto un par de años
mayor intentó “hacerse” el simpático conmigo, yo le rechacé, al rato estaba con
Mara, riéndose y besándose. Podrías pensar que sentía envidia por el hecho de
que ella lo había aceptado, pero yo no y ahora ambos disfrutaban juntos… lo que
a mí me perturbó era el hecho de que ella podía desenvolverse exitosamente en
un carrete después de clases sin sentirse miserable; ella amaba estudiar,
adoraba la universidad y disfrutaba estando con sus pares. Abandoné la
universidad y con ello a todas las personas que conocí, borré de mi vida a
todos, los 59 estudiantes que entraron ese año conmigo. Un día, años después, la
vi comiendo en un local de comida chatarra en Las Compañías, cerca del lugar en
que ella vivió su infancia y cerca de donde yo vivía la etapa más lúgubre de mi
vida; me dije ¡esa chica es profesional! ¿qué chucha hace en un local de Las
Compañías comiendo chatarra a las once de la noche? la odié en secreto, era
evidente que para ella yo era una desconocida y no sacaba nada con hablar sobre
ella con mi acompañante. Hace un año o más, leí sobre ella en un periódico
local, estuvo involucrada directamente con la limpieza, mejoramiento y
maravilloso rescate de parte del canal Jaramillo, comenzando con un “peladero”
cercano al hogar donde creció; ella usó su título para ganar un fondo y ayudar
a su comunidad, regalando un parque que de seguro disfrutarán sus hijos algún
día. No veo egoísmo en todo esto y agradezco que ella usara su “cartón” para
esto, lo agradezco porque lo que ella hizo, no lo había hecho nadie más a esa
escala. ¿Estamos aquí para cambiar el mundo?
“La vida de ustedes los seres humanos, es tan insignificante, viven tan poco, que no
importa en realidad lo que hagan, no alcanzan a hacer nada, sus vidas no
valen”: lo escuché en un programa de dibujos animados y me dije, está bien, es
cierto, me resigno a morir sin haber hecho nada. ¡Para tu carro! ¡para el
jodido carro! No se trata de ser inútiles, es que bajamos los brazos demasiado
pronto, decidimos heredar nuestras esperanzas para que la próxima generación
haga algo, solucione lo que nosotros no pudimos.
26 de mayo de 2015
Pequeño apunte sobre un apunte sobre un recuerdo.
"En algún tiempo lejano, mis textos incendiarios eran tomados como un ejercicio de inconformidad ejecutados impecablemente, en donde la crítica ardía como quemadura con ácido, permaneciendo la marca en carne viva; tiempo después, cuando quienes comentaban ya no eran cercanos, el único calificativo para los mismos ejercicios era "esto denota un estado de ego creciente, con tintes megalómanos, eres inmaduro y te comportas como un pobre desgraciado pataleando por atención". Acabó cuando todos dejaron de leer y escuchar, si lo piensas, todo termina cuando cierras tus sentidos al mundo exterior y las opiniones dejan de ser un aspecto relevante en lo que escribes".
Cesare D´Amico (1987), de su diario.
Cesare D´Amico (1987), de su diario.
18 de abril de 2015
Encuentro crítico con Abel (Reseña del comic "Bodeguero" de Visceral)
Abres
los ojos, un precioso sol te acaricia y comienza a quemarte subiendo la
temperatura de la habitación. No vives solo –tu madre permite que te quedes
mientras ganas un poco de dinero–, tampoco tienes pareja. Sales de tu cama
pensando que un buen día comienza con una buena ducha. Te secas y, al mirarte
al espejo, te encuentras con el recuerdo de la tarde anterior, una bestia, el
dueño del infierno te habla de un trato, te deja boquiabierto el fuego
acariciando el pelo en tu cara, medio en broma alguien sugiere un calzón a
cambio de la vida, de la libertad de todos estos seres peludos, únicos y
especiales que no pueden ver el peligro latente en sus narices; ganan a cambio
de un calzón, salvan sus colas de caer en un pozo lleno de muertos vivientes
violadores. Escribo del paciente Abel, escuchando a diario críticas por sus
gustos nerds y su novela de Ci-Fi
“Zozobra estelar”, malintencionadas palabras de su amigo Javier/Leoncio, quien
nunca se calla.
Los
diálogos absurdos y el non-sense
distorsionan el día de la mano de un peludo de cabellera alborotada;
Javier/Leoncio salta frente al paciente zorro, le interrumpe y siempre tiene en
la punta del hocico algún comentario que “suelta” sin más, juega constantemente
con sentencias ilógicas, un comentario fuera de lugar en cada situación. Te
ríes sin querer, provoca tu simpatía porque no piensa antes de hablar,
manipulador y desvergonzado; tan simple como un niño, tan absurdo como un niño.
Vive el día a día hostigando a su amigo Abel, haciéndole creer que nada de lo
que hace tiene valor, que su vida es una mierda, que debe estar agradecido de
tener a un amigo “con onda” a su lado; acabas creyendo que sin Javier/Leoncio,
nuestro paciente Abel no sería más que un infeliz animal cualquiera. Dependen
uno del otro, aunque con una dinámica extraña: el león (que, fácilmente se
asocia al concepto de “valentía”) no puede hacer nada sin Abel, siempre le hace
actuar para validar sus decisiones. Y el zorro (un animal de naturaleza astuta)
deja que el león le influencie y manipule constantemente.
Judith
y Melisa, ambas mujeres/animales empoderadas, ambas supervisoras de estos desastrosos
trabajadores, aparecen para salvar el día; con espadas, inteligencia o sólo
tomando la iniciativa para resolver la situación. De algún modo también aceptan
la grosera, pero encantadora personalidad de Javier/Leoncio, dejando que
deambule provocando desastres en cada capítulo. Ambas demuestran un trato amable
con Abel, ambas aprecian su paciencia, sus gustos, confían en él; una
contándole el quiebre con su “ex” y la otra leyendo su novela (encontrada en un
basurero).
Puedes ver demonios, puedes ver
humanos y pareciera que estos cuatro peludos trabajadores ocultan su identidad
del mundo con cabezas y colas furry,
dejando que sus frágiles cuerpos de adultos jóvenes sean maltratados por
situaciones que hieren su forma de ser, su forma de presentarse ante el mundo y
enfrentarlo. Pensando en Abel, viñeta a viñeta te preguntas cómo es que aguanta
su vida, cómo es que soporta –como tú, como todos– insultos, malos tratos, un
eterno disturbio a su alrededor, la tortuosa provocación de un día que se
repite, se repite, se repite y se repite. En fin, puede que todos estemos
atrapados en nuestra propia «Bodega S.A. Guardamos su porquería», escondidos
dentro de adorables máscaras peludas, agitando nuestras colas para agradar al
mundo.
*¿Quieres un ejemplar del comic “Bodeguero”?
escribe al autor: fcoriverarivera@gmail.com
Publicado en Escarnio Nº50 - Especial Trenes
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