Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

8 de noviembre de 2015

Me prometieron un jardín

Hace más de tres años me prometieron un jardín... comenzó diciendo que, de viejo, le gustaría dedicar sus últimos días a cuidar de un jardín, como Pasternak, sentado en un tronco, recibiendo visitas, leyendo y envejeciendo tranquilo. Después de imaginar un jardín para él, pasó a prometer un jardín para mí, uno lleno de amapolas. No recuerdo mucho más de aquella conversación. Me imagino que fue un intento desesperado por mantenerme a su lado: prometer un lindo jardín en donde jamás tendría que hacer nada más que jardinería, tranquila y alejada del mundo que tanto me dañaba en ese momento. No podía esperar a que un hombre me regalara un jardín en el final de nuestras vidas, cuando ya estaba todo hecho, cuando ya se habían dicho todos los insultos y ya nos preparábamos para morir. No necesito de nadie para tener un jardín, esa promesa sirvió para darme cuenta de que nada podía darme; tendría que perder toda mi vida esperando para obtener un jardín de un hombre que quisiera darme uno, él o cualquier otro. Me sentí fuerte al responder a su propuesta con una frase boba -"sería bonito"-, esperando que comprendiera que yo no le creía, que yo no iba a esperarlo, que yo no le acompañaría. Meses después la promesa se transformó en insultos. Mientras lo nuestro acababa, yo sembraba las primeras semillas de amapola en mi propio jardín. Pienso que es importante recordar lo que te prometen, así sabes que ellos no cumplieron y tú lograste tener algo sin la ayuda de nadie. Disfruto cada día del jardín que cuido a mis veintiocho años ¿quién más puede decirlo a mi edad? 

9 de agosto de 2015

Teorías y reflexiones sobre los viajes del Mary Celeste

*Haz de la teoría un juego, conecta a cada tripulante con su tierno y receptivo niño interior; sonríen aunque no quieran y aprenden sin darse cuenta.

*Incita a una persona a bailar y es un logro, pon a escribir a los tripulantes y no se detendrán.

*Prepara a cada tripulante como si fueran a pelear; no les digas que den la vida, diles que lo intenten.

*Separa y anula tus opiniones, los tripulantes son más importantes.

*Cada grupo de tripulantes vendrá y desaparecerá, no lo impidas; es la naturaleza misteriosa del espíritu del Mary Celeste en todos nosotros.


Por Cesare D´Amico (1987), notas a pie de página en su diario.

9 de julio de 2015

5.- Iglesia / Dientes / Negro



            …la suerte, la suerte, adivinar la suerte. Para los creyentes no existe la suerte, pero si dices algo bueno, te dejan adivinar. He visto tantas matas negras de hombres y mujeres, tengo que tocar pelos negros y decir “¡ey! Aquí, entre éstos suertudos pelos, veo que te irá genial los próximos meses… pero debo verte más seguido. Los niños caen igual, incluso sus madres me los dejan a solas, y sin pelos es más fácil tocar y leer…
           
…no me acuerdo qué hice con los documentos y esa fotografía en blanco y negro de mi útero. Durante el día tiré las pruebas que me hice en el baño, todo a la bolsa, la saqué de su lugar y la anudé, la llevé conmigo hasta la calle y la dejé en la basura. Creo que los papeles y la fotografía fueron a dar al cajón, junto a otras cosas. Debo quemar los papeles, no quiero esto y tampoco que alguien lo sepa. Mañana tengo la cita, espero no ver sangre, me asquea la sangre…
           
            …no hay forma de que me descubra, soy mujer, soy muy cuidadosa. Borro los historiales de internet, tengo cuatro cuentas de correo distintas, tengo contraseñas complicadas, muy seguras. No hay modo de que me descubra. Tengo que pensar en un nuevo nombre, puede ser “Sexminatriz” o “Zorra del amor”, luego lo decidiré.

…ave maría, mi santa, mi santa. Este dientecito salió del vecino. Este dientecito de mi sobrino. Este salió de una tumba. Este lo compré ayer. Padre nuestro, padre nuestro. Siguiente diente, siguiente oración.

Es en las iglesias en donde peores cosas se oyen… y me gusta oirlas, no me las cuentan a mí, claro, para eso está el curita cochino. Yo las escucho desde sus cabezas. En este lugar, sentados y sintiéndose culpables, comienzan a pensar, casi automáticamente, en las cosas malas que han hecho. Me encantan las historias de las mujeres, son seres perversos.

 

Ejercicio para "Los Viajeros del Mary Celeste" - Tabla I Muerte.

8 de julio de 2015

4.- Amor / Hongos




Te vienes a mi casa (aaa)
Vienes a por mí,
Delgado y hermoso (ooo)
Vienes aquí
Y te amo,
Dentro de mí.
           
            Le inventaba la letra, se inventaba un significado para cada palabra que escuchaba en inglés, decía que su mente volaba con la amanita, que podía saber, entender el significado de todo lo que escuchaba, el idioma de los pájaros, el ladrido de los perros, el jadeo de los animales teniendo sexo; yo no le creía, pero era interesante escucharlo, oír la interpretación de todo lo que yo no podía, aquello que ignoraba de la tierra. Decía esto y aquello, todo el tiempo, todo el tiempo estaba en viaje, saltando de un lado a otro con las pupilas dilatadas, soltando disparates acaramelados sobre nosotros, un gran nosotros, un nosotros en la cama, en la calle, escondidos o visibles para el mundo, absorviendo la vida de otros, tomándola para nosotros y nuestros viajes.
            Aquí viene amor, aquí viene, tómalo con tu boca y trágalo. Yo escuchaba sus pensamientos, me acercaba, recibía de su boca el regalo, regurgitaba luego de masticar y tragar el jugo, siempre iba él primero, siempre tenía que hacerlo e inventar las reglas. Me dijo incluso que debía volver, dejándome tirada para que continuara con todo lo que había dejado atrás. El viaje esa vez fue suave, él se tragó todo lo que tenía nuestro hongo para dar.
             
¡Yo voy primero! le quité todo lo que llevaba encima, incluída la ropa, me tragué lo que encontré, un minuto masticando y él se acercó a recibir nuestro hongo de mi boca. Desnudo como estaba, se levantó y abriendo los brazos, su cuerpo se dividió en dos entes idénticos, de cuerpo completo, pero parecían más delgados que el original. Me tiré de espaldas en el suelo y pregunté cuál de los dos se quedaría, uno se sentó a mi lado y el otro comenzó a caminar cielo arriba, hacia la luna. Realmente ninguno puede quedarse, escuchaba su voz en mi mente y entendía lo que significaba. Cuando comenzó a toser, ahogándose con cada espasmo, comprendí que se iría. Quizás lo que decía era cierto, quizás sí podía escuchar el idioma del mundo y del resto del universo.



Ejercicio para "Los Viajeros del Mary Celeste" - Tabla I Muerte.

7 de julio de 2015

3.- Enfermedad / Abrazo



-Narrador: …vemos que la madre coloca una nueva camada bajo ella, así las protegerá hasta que alcancen un tamaño adecuado. El invierno se avecina, la madre debe procurar que sus crías sobrevivan, por esa razón es importante que la madre posicione muy bien a sus crías bajo ella, una al lado de la otra, con el suficiente espacio vital… vemos aquí a la madre cuidando de sus crías. Incluso si esta condición es sorteada con éxito por la madre, algunas de las crías colocadas lejos del perímetro de su alcance estarán perdidas.
La distribución de las crías no es la misma cuando comienza y termina la época de crianza, la madre puede influir en el crecimiento de cada una de ellas, puede contribuir de modos distintos en el crecimiento o muerte de cada una de las crías a su cuidado.
Existe, dentro de toda maravillosa vida desarrollándose, la influencia maligna de la enfermedad. Las crías, durante sus primeros días, son especialmente sensibles a los cambios de temperatura y humedad, pensando seriamente en la supervivencia de la mayor parte de la camada, la madre, elimina algunas con lo que denominamos “abrazo”: un proceso doloroso para la madre y las crías más débiles.
Vemos, en las imágenes, este proceso acelerado. La madre curva todo su cuerpo sobre la cría, ayudada de una fuerza increíble la arranca de su sitio bajo ella y la deja a un lado, fuera del radio de protección, lejos de la posibilidad de recibir agua y alimentos. Hasta el momento, la ciencia no ha podido explicar el origen de esta fuerza, algunos han relacionado el fenómeno al tropismo, sin embargo, estamos lejos de entenderlo…

            Apago la televisión. Pasé los últimos diez minutos escuchando el final de un horrible documental, a un narrador que humaniza un grupo de plantas, inventándose relaciones de afecto entre ellas; sinceramente he perdido diez minutos en una porquería ¡demonios!


Ejercicio para "Los Viajeros del Mary Celeste" - Tabla I Muerte.

6 de julio de 2015

2.- Conspiración


-Tú no lo sabes aún, pero no deberías meterte conmigo, no tienes idea de quién soy, de qué represento, de qué estoy haciendo en el mundo, en realidad no deberías ni mirarme ¡ey! trae otra chela.
-¿Nos conocemos? –pregunté un poco desorientada, no había hecho más que sentarme en el único banquillo vacío del bar, sin fijarme bien quién estaba de un lado u otro, quería sentarme y beber, eso era todo.
-No, tú no me conoces y es un error, tú deberías saber quién soy, deberías saludarme, deberías sentir vergüenza de estar a mi lado sin reconocerme.
-No entiendo bien lo que quieres decirme, ni debería hablar contigo, sólo quiero sentarme un rato y beber, necesito unos minutos de tranquilidad.
-¿Conoces el New Yorker? ¿o la Black Parrow Press? ¿eh? ¿sabes algo de esto mujer?
-No, no sé lo que significan esos nombres y no deseo saberlo, quiero beber algo tranquila, de verdad, ha sido un día extenuante.
-“Extenuante” ¡tú mujer diciendo la palabra extenuante! Si las mujeres no hacen más que insinuarse a los hombres, tú debiste sentarte aquí porque sabes quién soy y, haciéndote la tonta, quieres sacarme tragos gratis ¿cómo me los pagarás? ¿me dejarás bajarte los calzones y mostrarlos a todos? ¿me besarás chupándome la fama como todos lo que se acercan?
-No sé quien eres, no me interesa –levanto la mano y me sirven inmediatamente lo que siempre bebo–.
-Ah, te haces la interesante, de seguro te has acostado con el tipo para que te sirva lo que bebes y, además no te lo cobre. Yo soy mejor que tú, yo merezco más que tú, yo existo para esto, lo he hecho toda la vida, pero estoy bebiendo al lado de una mujer inútil, un parásito de buen cuerpo, tengo que aguantarlo porque aquí nadie conoce publicaciones importantes.
Decido levantarme con el trago, me acerco a una mesa, esperaba soledad, pero debo obligarme a preguntar si puedo ocupar un asiento que recién ha quedado libre, ahí con algunos desconocidos. El tipo comienza a gritar, le toman de los brazos y lo sacan del local a rastras. Sigue gritando por la ventana.
-Yo he sido publicado en todo tipo de revistas literarias extranjeras, Estados Unidos, Francia ¡España! estos weones no
son capaces de darme un miserable premio por el mejor texto que han recibido en años, no son capaces de reconocer el talento que tienen en las narices.
Desde el local alguien sale a conversar con el sujeto, veo que la rabia vuelve incandescentes sus mejillas, golpea el vidrio casi quebrándolo, supongo que se larga calle abajo. Alguien se acerca y me invita a su mesa, cinco jóvenes parecen ansiosos, uno de pelo revuelto me dice “bebe todo lo que quieras, nosotros sabemos quién eres y no te mereces la mierda de un escritorcillo resentido”.


Ejercicio para "Los Viajeros del Mary Celeste" - Tabla I Muerte.

5 de julio de 2015

1. Cadáver



            Llevaba un par de semanas así, la situación le parecía familiar, como cuando estás resfriado y no recuerdas qué se siente estar sano, ya ni recordaba lo que significaba vivir bien. Eso le acompañaba desde hacía semanas, ya no podía salir, no podía permitirse un paseo o una rutina.
            Observando aquello, se le pasó por la mente una bandeja negra con un trozo de carne, había escuchado que en los supermercados lavaban la carne con cloro, así podían venderla aunque ya estuviera un poco podrida. Los colores violáceos, la textura, en un comienzo podía interpretarse como el resultado de un golpe, pero, con el tiempo el olor se había transformado en una preocupación mayor, ese olor era el único que ocupaba la casa. Al decidir lavarlo con cloro, el problema se solucionó el parte. Además siempre llevaba un pañuelo empapado en colonia para acercarlo a su nariz cada vez que lo necesitaba. Era molesto, pero no sabía cómo deshacerse de aquello, nunca se imaginó que podría transformarse en un problema mayor. Pensó en dejar de olerlo, dejar de mirarlo, pero estaba en su casa, en su habitación, con él, muy cerca para evitarlo.
Decidió un día cubrirlo, envolverlo y amarrarlo, lo descuidó un par de días, agradecía que al mirar, sólo viera un embutido de carne, mullido como un peluche, inofensivo. Lo movió esperando absurdamente que se esfumara, por los costados, a través de pequeñas aberturas, cayeron decenas de larvas blancas, se quedaron bailando un rato en el suelo antes de volver a su hogar. Había perdido toda esperanza de que aquello desapareciera tal cual había sucedido. No le quedaba más que observar. Los insectos estaban por todos lados, había identificado tres especies distintas. Unos gusanos blancos –ya los había visto en algunos ratones muertos y gatos atropellados–, éstas maravillosas bestias devoraban todo el día, caían desmayadas y se envolvían en un saquito que se inflaba, lo que salía parecía haberse comido a unos cuantos otros bichos, salían volando, como buscando nuevos lugares para colonizar, pero siempre regresaban. Otros pequeños negros, que jamás puedo ver con claridad, se dedican a mover la cabeza en frenesí, pero no desaparece lo que están masticando, podría decir que vomitan todo lo que van mascando, no lo sé; podría el vómito estar provocando esos colores negros en la carne muerta. Y esos insoportables relojes de la muerte, los oía, pero jamás se atrevió a verlos, se le ocurría buscar entre la carne, meter un cuchillo y abrir un poco para observarlos corroer los huesos, pero no podía, el miedo siempre le impidió abrir su propio brazo muerto para conocer los relojes de la muerte.


Ejercicio para "Los Viajeros del Mary Celeste" - Tabla I Muerte.



11 de junio de 2015

Cambiando el mundo

Una vez, hace muchos años, conocí a una chica, Mara; ella fue la persona que mayor puntaje sacó al ingresar a la carrera que ambas y 58 jóvenes más estudiábamos. Siempre me pareció una mujer retraída, absurdamente tímida, yo la buscaba con la vista y estaba detrás de un árbol repasando los apuntes para la siguiente clase. Una vez la envidié terriblemente, tanto, que parecía que mis ojos querían quemarla y me dolió, además de avergonzarme al punto de sentir náuseas; aquella vez bebíamos en un bar, muchos de la carrera, un sujeto un par de años mayor intentó “hacerse” el simpático conmigo, yo le rechacé, al rato estaba con Mara, riéndose y besándose. Podrías pensar que sentía envidia por el hecho de que ella lo había aceptado, pero yo no y ahora ambos disfrutaban juntos… lo que a mí me perturbó era el hecho de que ella podía desenvolverse exitosamente en un carrete después de clases sin sentirse miserable; ella amaba estudiar, adoraba la universidad y disfrutaba estando con sus pares. Abandoné la universidad y con ello a todas las personas que conocí, borré de mi vida a todos, los 59 estudiantes que entraron ese año conmigo. Un día, años después, la vi comiendo en un local de comida chatarra en Las Compañías, cerca del lugar en que ella vivió su infancia y cerca de donde yo vivía la etapa más lúgubre de mi vida; me dije ¡esa chica es profesional! ¿qué chucha hace en un local de Las Compañías comiendo chatarra a las once de la noche? la odié en secreto, era evidente que para ella yo era una desconocida y no sacaba nada con hablar sobre ella con mi acompañante. Hace un año o más, leí sobre ella en un periódico local, estuvo involucrada directamente con la limpieza, mejoramiento y maravilloso rescate de parte del canal Jaramillo, comenzando con un “peladero” cercano al hogar donde creció; ella usó su título para ganar un fondo y ayudar a su comunidad, regalando un parque que de seguro disfrutarán sus hijos algún día. No veo egoísmo en todo esto y agradezco que ella usara su “cartón” para esto, lo agradezco porque lo que ella hizo, no lo había hecho nadie más a esa escala. ¿Estamos aquí para cambiar el mundo? 

“La vida de ustedes los seres humanos, es tan insignificante, viven tan poco, que no importa en realidad lo que hagan, no alcanzan a hacer nada, sus vidas no valen”: lo escuché en un programa de dibujos animados y me dije, está bien, es cierto, me resigno a morir sin haber hecho nada. ¡Para tu carro! ¡para el jodido carro! No se trata de ser inútiles, es que bajamos los brazos demasiado pronto, decidimos heredar nuestras esperanzas para que la próxima generación haga algo, solucione lo que nosotros no pudimos.

26 de mayo de 2015

Pequeño apunte sobre un apunte sobre un recuerdo.

"En algún tiempo lejano, mis textos incendiarios eran tomados como un ejercicio de inconformidad ejecutados impecablemente, en donde la crítica ardía como quemadura con ácido, permaneciendo la marca en carne viva; tiempo después, cuando quienes comentaban ya no eran cercanos, el único calificativo para los mismos ejercicios era "esto denota un estado de ego creciente, con tintes megalómanos, eres inmaduro y te comportas como un pobre desgraciado pataleando por atención". Acabó cuando todos dejaron de leer y escuchar, si lo piensas, todo termina cuando cierras tus sentidos al mundo exterior y las opiniones dejan de ser un aspecto relevante en lo que escribes".

Cesare D´Amico (1987), de su diario. 

18 de abril de 2015

Encuentro crítico con Abel (Reseña del comic "Bodeguero" de Visceral)




            Abres los ojos, un precioso sol te acaricia y comienza a quemarte subiendo la temperatura de la habitación. No vives solo –tu madre permite que te quedes mientras ganas un poco de dinero–, tampoco tienes pareja. Sales de tu cama pensando que un buen día comienza con una buena ducha. Te secas y, al mirarte al espejo, te encuentras con el recuerdo de la tarde anterior, una bestia, el dueño del infierno te habla de un trato, te deja boquiabierto el fuego acariciando el pelo en tu cara, medio en broma alguien sugiere un calzón a cambio de la vida, de la libertad de todos estos seres peludos, únicos y especiales que no pueden ver el peligro latente en sus narices; ganan a cambio de un calzón, salvan sus colas de caer en un pozo lleno de muertos vivientes violadores. Escribo del paciente Abel, escuchando a diario críticas por sus gustos nerds y su novela de Ci-Fi “Zozobra estelar”, malintencionadas palabras de su amigo Javier/Leoncio, quien nunca se calla.
            Los diálogos absurdos y el non-sense distorsionan el día de la mano de un peludo de cabellera alborotada; Javier/Leoncio salta frente al paciente zorro, le interrumpe y siempre tiene en la punta del hocico algún comentario que “suelta” sin más, juega constantemente con sentencias ilógicas, un comentario fuera de lugar en cada situación. Te ríes sin querer, provoca tu simpatía porque no piensa antes de hablar, manipulador y desvergonzado; tan simple como un niño, tan absurdo como un niño. Vive el día a día hostigando a su amigo Abel, haciéndole creer que nada de lo que hace tiene valor, que su vida es una mierda, que debe estar agradecido de tener a un amigo “con onda” a su lado; acabas creyendo que sin Javier/Leoncio, nuestro paciente Abel no sería más que un infeliz animal cualquiera. Dependen uno del otro, aunque con una dinámica extraña: el león (que, fácilmente se asocia al concepto de “valentía”) no puede hacer nada sin Abel, siempre le hace actuar para validar sus decisiones. Y el zorro (un animal de naturaleza astuta) deja que el león le influencie y manipule constantemente.   
            Judith y Melisa, ambas mujeres/animales empoderadas, ambas supervisoras de estos desastrosos trabajadores, aparecen para salvar el día; con espadas, inteligencia o sólo tomando la iniciativa para resolver la situación. De algún modo también aceptan la grosera, pero encantadora personalidad de Javier/Leoncio, dejando que deambule provocando desastres en cada capítulo. Ambas demuestran un trato amable con Abel, ambas aprecian su paciencia, sus gustos, confían en él; una contándole el quiebre con su “ex” y la otra leyendo su novela (encontrada en un basurero). 

Puedes ver demonios, puedes ver humanos y pareciera que estos cuatro peludos trabajadores ocultan su identidad del mundo con cabezas y colas furry, dejando que sus frágiles cuerpos de adultos jóvenes sean maltratados por situaciones que hieren su forma de ser, su forma de presentarse ante el mundo y enfrentarlo. Pensando en Abel, viñeta a viñeta te preguntas cómo es que aguanta su vida, cómo es que soporta –como tú, como todos– insultos, malos tratos, un eterno disturbio a su alrededor, la tortuosa provocación de un día que se repite, se repite, se repite y se repite. En fin, puede que todos estemos atrapados en nuestra propia «Bodega S.A. Guardamos su porquería», escondidos dentro de adorables máscaras peludas, agitando nuestras colas para agradar al mundo.   

*¿Quieres un ejemplar del comic “Bodeguero”?
escribe al autor: fcoriverarivera@gmail.com


Publicado en Escarnio Nº50 - Especial Trenes