Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

8 de noviembre de 2015

Me prometieron un jardín

Hace más de tres años me prometieron un jardín... comenzó diciendo que, de viejo, le gustaría dedicar sus últimos días a cuidar de un jardín, como Pasternak, sentado en un tronco, recibiendo visitas, leyendo y envejeciendo tranquilo. Después de imaginar un jardín para él, pasó a prometer un jardín para mí, uno lleno de amapolas. No recuerdo mucho más de aquella conversación. Me imagino que fue un intento desesperado por mantenerme a su lado: prometer un lindo jardín en donde jamás tendría que hacer nada más que jardinería, tranquila y alejada del mundo que tanto me dañaba en ese momento. No podía esperar a que un hombre me regalara un jardín en el final de nuestras vidas, cuando ya estaba todo hecho, cuando ya se habían dicho todos los insultos y ya nos preparábamos para morir. No necesito de nadie para tener un jardín, esa promesa sirvió para darme cuenta de que nada podía darme; tendría que perder toda mi vida esperando para obtener un jardín de un hombre que quisiera darme uno, él o cualquier otro. Me sentí fuerte al responder a su propuesta con una frase boba -"sería bonito"-, esperando que comprendiera que yo no le creía, que yo no iba a esperarlo, que yo no le acompañaría. Meses después la promesa se transformó en insultos. Mientras lo nuestro acababa, yo sembraba las primeras semillas de amapola en mi propio jardín. Pienso que es importante recordar lo que te prometen, así sabes que ellos no cumplieron y tú lograste tener algo sin la ayuda de nadie. Disfruto cada día del jardín que cuido a mis veintiocho años ¿quién más puede decirlo a mi edad?