Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

24 de marzo de 2021

Mira las estrellas, muchacho, tú que puedes.

En alguna oportunidad, hace un par de años (creo), papá y mamá se sentaron a hablar conmigo, ellos dos, sin mis hermanos y en la casa donde vivo. Yo debía trabajar, debía hacer cosas y ahí me tuvieron como dos o tres horas en ese tipo de conversaciones que siempre son incómodas, porque no son provocadas por algo livianito o grato (curiosidad por mi pega o algo del futuro, conversar por conversar digamos), sino que tienden a acumular molestia, reclamos, enojos, cuestionamientos y miedo, durante meses o años, luego los lanzan algún día y ahí quedas, explicando meses o años de asuntos que ya resolviste, que superaste solo, que ya quedó atrás o que ni te habías puesto a pensar con profundidad, pero los traen al presente y te obligan a parlotear como perico poncho porque jamás hablan de verdad con nosotros, no plantean sus dudas a tiempo y no reclaman en el momento: todo se patea al infinito para caer en un día festivo, un cumpleaños (muchas veces el mío), navidades y años nuevos. Como la molestia se acumula mucho tiempo, imagina esa catarsis de malas emociones correr incontrolable: yo tiendo a ahogarme. En esa oportunidad, descubrí que mi padre cree que los padres no son necesarios para educar sexualmente a los hijos y que "pa eso son los libros" -o sea, tomé una buena decisión al agarrar una enciclopedia antes de preguntarles a ellos y, en consecuencia, mi postura en tanto a sexo y educación sexual es totalmente desafiante a sus conceptos al respecto-. Me preguntaron también sobre mi hermano, pero -para mí- él es un vacío que se comporta igual, patea un problema y le he oído decir "si alguien la embarra conmigo, esa persona tiene que darse cuenta sola de su error y buscarme para disculparse" (y podrían pasar años porque no todos tenemos las mismas ideas que él, si algo le molestó o se sintió herido, pues podría otra persona no saberlo y jamás disculparse, nadie es adivino), también tiene la mala costumbre de hablar en el peor momento (onda, esperar hasta que tienes que viajar fuera de la ciudad, para largarte alguna mierda y retrasarte y joderte el viaje, para sentir que no sólo fue "honesto", sino para tomar venganza -o algo así, ve tú a saber-). Esos fueron dos planteamientos de muchos esa aburrida tarde en que mis padres se sentaron a conversar conmigo. 

La tercera -y motivo de esta entrada- fue algo relativamente "nuevo". No recuerdo bien de qué forma la conversación se desvió para ese lado, pero terminé hablando sobre mí y la universidad... creo. El asunto iba más o menos así: mi madrecita diciéndome que el hijo de una amiga suya era astrónomo, que era muy bueno en su profesión, el chico estaba en EEUU con un trabajo espectacular y, además, su familia estaba muy orgullosa de él. Creo que comencé diciendo que hay "personas y personas", algo así como que la gente que tiene éxito es porque tiene recursos para ir a estudiar afuera, un patipelado cualquiera no sería capaz de salir del país, tener un trabajo espectacular -por muy bueno que sea en ese campo- y, menos, tener éxito en algo. Mi madrecita va otra vez y me cuenta que, a pesar de que la familia del chico no tenía muchos recursos, él había podido salir adelante porque era esforzado y también lo había logrado por su familia; vale, no sabes cómo odio que me planteen una problemática sin darme todos los antecedentes o tirándome weás a media conversación. Acá también la embarré, porque continué achacando el éxito a factores externos (como lo estaba haciendo también mi madrecita) y no mencioné al chico en particular. Mi papá llegó a la conclusión de que yo era una "resentida social", porque achacaba el éxito del astrónomo al dinero de su familia o a contactos, digamos obviando sus capacidades (sí, eso era exactamente lo que estaba haciendo). 

¿Te tomaste un respiro? vale, acá el destripe.

Las preguntas con trampa también son especialidad de mis padres: comenzar preguntando algo nah que ver, para luego preguntarme ¿qué onda contigo?; calificarme mal porque hablo mal, porque me expreso de modo impropio o despotrico contra alguien x; lamentar algo triste, para escucharme decir algo poco empático; largar algo con pocos antecedentes y, luego, voltear el asunto con más -impactantes- datos que yo no consideré antes de hablar. Me gustaría poder saber bien qué quieren en el momento apropiado -cuando la duda se les pasa por la cabeza-, si me preguntaran ¡por supuesto que no estaría obligada a contestar! pero sabría qué les agobia o les complica, incluso si puedo hacer algo al respecto o si debo aclarar algún malentendido; creo que si leyeran este blog, sabrían mucho más de mí de lo que se han atrevido a preguntarme, sin derecho a réplica evidentemente, pero al menos sabrían algo.

Me dolió que mi padre me dijera "resentida social", pero entendía que era eso o escoger decirles la verdad y eso hubiera dolido más, me hubiera herido confesarlo y nadie estaría a mi lado para superar esa herida (ellos se van a su hogar y a mí me queda Birdo si deseo llorar entre su pelito negro). ¿Qué pensé? pues lo de siempre: las personas tienen distintos tipos de habilidades -no todas son igual de valoradas, por supuesto-, sería ideal si todos pudiéramos dedicarnos a algo que nos gusta y para lo cual, además, tuviéramos cierta habilidad. Quizás incluiría, dentro de este ideal, una buena expectativa económica y cierta estabilidad laboral, que esa labor -trabajo, actividad- te mantuviera lejos de la precariedad y te diera lo suficiente para vivir una vida decente (sin carencia de necesidades básicas). Sé que mis padres, lo único que deseaban para mí, era una carrera y no pude, no fui capaz de terminar una carrera universitaria; no papá, tus recursos monetarios no me brindaron habilidades académicas; no mamá, tus cuidados y dedicacion no me brindaron el tipo de inteligencia que se requiere para sacar una carrera. No quiero decirles que no soy capaz de sacar una carrera, que no fui capaz de hacerlo cuando entré a la u y tampoco seré capaz de hacerlo en el futuro; si entré fue porque exploté mi último recurso y capacidad de síntesis machacada hasta el cansancio en mi cráneo en dos años de preuniversitario. Conocí gente que salió 10 años después y la familia les pagó todo ese camino aunque, de buena forma, lo hubieran sacado en 4 años y medio; especulo que mi familia me hubiera cubierto los años que me hubiera tomado -de continuar en la u-, pero ¿qué sentido tenía? ¿para qué consumir recursos que no son míos en pro de algo que no hubiera sido capaz de hacer en el tiempo que correspondía? ¿qué pasaba después con mi hermano y su carrera, con mi hermana y su carrera, con los recursos familiares desperdiciados en alguien como yo? ¿qué derecho tenía yo de tomar y tomar plata que se botaba en mis fracasos?... ¿saber cuándo dinero le debes a tu familia por tu educación universitaria? yo sí, ellos me dijeron cuánto habían invertido en mí y mi carrera trunca. Algunas otras veces, conversando con otras personas, también les he dicho que si hubiera seguido en la u, me hubiera matado; en ese entonces lo sentía así y estaba sola, no lo hablé con otras personas porque sentía mucho miedo y también huí de ese lugar, no fui capaz de plantearlo cara a cara con mi familia también porque fui y soy cobarde. Sé que, a veces, me quejo por estar sola, pero me sirve mucho estar sola y es ideal para encuadernar (para esto sí tengo habilidad) y para escribir (esto es un deseo que tengo muy enraizado dentro de mí, aunque no tengo la habilidad nata para hacerlo); no vivo como mis padres quisieran, pero no creo que deba castigarme constantemente por eso o pelear por algo que no seré jamás. Quedé de resentida social y, seguramente, de egoísta, pero eso fue mejor; a mí me importa no tener que decir que soy tonta y que no soy capaz de sacar una carrera, me hiere.

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