Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

31 de marzo de 2021

Metidas de pata navideñas

Una navidad x, hace algún tiempo reciente.
Me gusta regalar algún chiche cuando tengo dinero, algún chiche, algo pequeño y lindo (cuidadosamente escogido para la persona que recibirá el regalo). Esa navidad, en mi ausencia prolongada de la casa familiar, se les ocurrió hacer una actividad que nunca me ha gustado: el "amigo secreto".
Me enteré el mismo día que esa próxima navidad debía regalarle algo a alguien y me pasaron un papelito cuidadosamente doblado. Guardé el papelito en el bolsillo trasero de mi pantalón y lo olvidé un par de días, después lo encontré y me sorprendió el nombre que me salió, me reí harto también.
Hacía algunos meses andaba con las ganas de hacer una pajarera, no sé, pero era como si necesitara hacer una pajarera, aunque jamás había hecho una. Me costó hacer una, pero fue muy grato hacerla. Me quedó chusca, pero me gustó harto el resultado. El mismo día de navidad, hice un paquete mucho más grande que el regalo y lo adorné mucho con cintas.
Al llegar a la casa familiar, me encargué que cada miembro de la familia viera que mi regalo era el más grande y, de seguro, el mejor envuelto; generando curiosidad: ¿a quién le tocaría ese regalo tan grande?
Llegada la cena, la curiosidad era mucha, como que todos veían de reojo el paquete y estaban que iban a sapearlo para intentar averiguar el contenido.
Después de la cena nos sentamos con nuestro regalo y comenzaron -de derecha a izquierda- a entregarlos a su respectivo amigo secreto... mamá a Panchita, Panchita a Sebastián, Sebastián a papá, papá a mamá... los cuatro entregaron su regalo y también recibieron uno, pero éramos cinco los que estábamos jugando al amigo secreto navideño. Ya cuando terminó la ronda de entrega, yo aún tenía mi regalo sobre la mesa y me lo regalé a mí misma. Panchita, la organizadora, me preguntó qué onda y yo le expliqué que cuando hiciera amigo secreto tenía que asegurarse de que los participantes no sacaran su propio nombre en el sorteo; a ellos les tocó alguien distinto, pero a mí me tocó mi nombre.
Me reí harto y me seguí riendo, todos rieron; mi regalo era el mejor, era justo lo que quería.

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