Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

1 de agosto de 2020

Si no está roto, no lo repares.

Conozco a varias personas y en dos he reconocido un comportamiento similar al mío; a uno lo conocí joven y puedo decir que quizás sólo estaba perdido; al otro lo conozco hace harto rato y ya es un adulto, hemos permanecido cerca durante años y sencillamente nos observamos con cariño. 

No tengo sueños, objetivos ni nada que me guste hacer realmente, sin embargo, disfruto todo, adoro hacer algunas cosas y las hago porque me produce placer hacerlas. Los libros se han llevado mucha de mi atención y quizás escogí dedicarme a eso porque me permite estar sola, no tener que soportar compañeros de trabajo, horarios, viajes desde la casa al trabajo y de vuelta, reconocimiento, competencia, falsa amabilidad, camaradería, cuchicheos, complicidad con el jefe por mejor trato, insultos, humillaciones, felicitaciones, ascensos, fiestas de fin de año, diplomas de peor empleado, regaños, accidentes laborales, etc. Soy terrible con los plazos (de cualquier tipo), manejo mi tiempo de modo ridículo, no tengo consciencia de lo que separa "responsabilidad" de "negligencia". Nunca he sido capaz de levantar un dedo por algo que quiero, me tomo años para hacer algo en mi beneficio. Tengo la cabeza llena de estupideces que no sirven y lo único constante han sido los libros y el cigarro; gana el cigarro con amplia ventaja. No me interesa viajar, no me interesa salir de la rutina, no me interesa hacer cosas nuevas; me basta con existir a punta de impulsos -casi caprichos- porque así puedo sentir algo de tranquilidad. ¿Tranquilidad de qué? ¿Momentos de paz que te saquen de qué situación catastrófica, mija? Si usted hace nada, mija. Si usted es un lastre para todos, mija. 

Soy la que evitó convertir 12 años de educación en un proyecto de profesional. Soy la que escapó de casa sin ningún propósito, pero con la excusa de ir a la universidad. Soy la que se tomó cinco años y medio para decidirse a dejar de dilapidar el dinero familiar, además de aceptar que no quería nada que la universidad pudiera ofrecerle. Soy la que no soporta una jornada laboral que dure más de una hora continua. Soy la que refunfuña por lo bajo cada vez que le molesta algo, pero que llora cuando le dicen lo molesta que es. ¿Quieres saber verdades? ¿Para qué, mija? ¿Por qué, mija? ¿con qué propósito?

Tengo memoria suficiente para retener datos útiles a nivel práctico, pero soy incapaz de responder preguntas (o solucionar problemas) que incluyan convertir datos sueltos en algo elaborado; soy, fundamentalmente, alguien que puede reparar -no siempre con éxito- cosas que puede ver y tocar. Soy estúpida y estoy vacía, no fui capaz de deshacerme de las malas ideas en cinco años y medio, en catorce años, en siete años; las revivo y siempre salen de algún modo. No, no soy para nada inteligente y poseo muy poca capacidad de retención, me cuesta hilar ideas sin distraerme y termino una décima parte de los proyectos que comienzo. No familia, no fui capaz de terminar el proyecto de persona funcional e independiente que auguraba la excelente crianza recibida. Yo misma soy un proyecto inconcluso que jamás acabará algo y está bien, para mí lo está porque se me han permitido los caprichos y yo me he aprovechado durante ¿qué? doce o trece años. Envidia, nah. Celos, nah. ¿Enfermedades? ¿quebradas de hueso? ¿operaciones quirúrgicas? ¿accidentes? ¿conmociones? ¿Alguna vez quisiste agarrar del cuello a alguien y te tragaste esas ganas? ¿Alguna vez te tragaste las ganas de empujar a la calle a alguien para que lo atropellaran? Yo, yo no. Acá no, ahí tampoco. Quizás por eso la epifanía del mes anterior fue: "estás vacía". No hay sueños ahí, no hay deseos de tener algo o de viajar a algún lugar, no hay celos, no hay envidia, no hay deseos, no hay aspiraciones; no hay, no existe. Tu cabeza está vacía, eso te hace inútil. Recibes caridad de tu familia porque les inspiras pena y eso es todo, deja de lado el cariño y la sangre, deja todo a un costado. 
Estoy mintiendo, lo estoy haciendo todo el tiempo; digo que no quiero atención, digo que no esto y esto otro, digo que me importa o que no, digo que no volveré a hacerlo o que sí lo haré. ¿De verdad importa? ¿Quieres saber verdades? ¿Para qué? ¿Para qué?

 La última vez me trajeron hasta la casa y gracias, gracias de verdad. 

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