Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

21 de agosto de 2020

Divagaciones

Me siento extraña y no quiero pensar en que alguien pensará "sí, obvio, todos nos sentimos extraños". Es agosto y todos estamos, de un modo u otro, atrapados. El tiempo que ahora tenemos nos permite pensar en lo que ignoramos durante años por comodidad. He escuchado que muchos piensan en disculparse por algo o en buscar a viejos conocidos, reencontrarse con familia o con amores. Al único a quien he buscado es "al Dudán" y, déjame contarte, está tan lindo como lo recuerdo; le puse un "me gusta" en una foto de un gato y él hizo lo mismo con una foto de Birdo; no lo sigo y él tampoco sigue mi cuenta; aquello fue un "me gusta" de cortesía. No debe recordar quién soy, no me parezco en nada a la chica que conoció y con quien compartió espacio durante todo un año escolar. Ese "Dudán" es el único chico/amor imposible que recuerdo con mucho cariño; es como soñar con Doctor Who: inalcanzable (obvio) y aún metalero (su sueño era ser cantante de metal y lo consiguió). Con mi hermana he hablado sobre algunas cosas que ella no sabía y me encanta que le provoquen risa; es como si le estuviera contando chistes y es grato saber que algo de mi vida es graciosa para alguien tan importante para mí. Por asuntos que están fuera de mi alcance y comprensión, mi hermana está muy cerca de mí ahora y me siento más responsable por ella; no en un sentido de hermana, sino de amiga y confidente. Mi madrecita estaría orgullosa porque dos de sus tres hijos tienen una buena relación y no estaremos solas cuando ella no esté. Por el mismo incidente que me es ajeno, el otro hermano (ese que no nos agrada mencionar por su nombre), terminó relegado a "ese hermano"; nosotras afianzamos un lazo que se fortaleció mientras estuvimos solas durante dos semanas (comenzando el 18 de octubre). Cuando pienso en mi familia, pienso en alguna figura linda, como esas estructuras conformadas de muchas piezas de origami (kusudama) -hasta la palabra es bonita-. 

No, no voy a ningún lado con esto. No, esto no lo diré y tampoco espero que lo leas dándole más importancia de la que tiene ("a tomar por culo, chaval").  

Debería estar escribiendo algo para finalizar el taller de narrativa de Los Viajeros, debería, sí, y he estado pensando en algo lindo y apropiado, pero cuando pienso en "escribir/leer/literatura" sólo se me viene la idea de "decepción" a la cabeza. Quizás (y es evidente) es el encierro y la imposibilidad de ver a quien amas, quizás es no poder comer en la misma mesa que tu familia -aunque a veces me enloquezcan-, quizás la prohibición de salir cuando te dan ganas o la ansiedad persistente que ya no se calma con cigarros; ve tú a saber. Piensa también en que he dedicado tiempo y esfuerzo contándole a la gente que escribir es el infierno; ahí, cuando veo esos rostros de decepción, es cuando toca prender otro cigarro. Ahí queda todo suspendido, ahí queda la felicidad o la emoción, ahí queda esa idea o ese manuscrito, ahí quedan las ganas y el entusiasmo. 

En 2005 abrí mi primer blog y no tenía expectativas, no pensaba que alguien leería mi basura. En 2007 lo cerré y abrí éste, le metí mano hasta que dominé todos los aspectos importantes (principalmente html y skins), luego fue acostumbrarse a cada cambio de interfaz. Nunca quise tener un livejournal o un tumblr, tampoco un canal de youtube u otra plataforma, sin embargo, las rrss me atraparon mal (facebook e instagram). Lo que puedo decir es que tengo este blog desde el 2007 y, en algún momento, se me hizo necesario dividirlo y nació una especie de blog beta literario: acá iba lo personal, allá iban los cuentos. En algún momento llegué a administrar cinco blogs más sus respectivas rrss y era entretenido porque cada uno cubría una necesidad, con el tiempo me deshice de algunos y otros volvieron a ser administrados por las personas que los crearon. Ahora tengo tres míos y uno de mi madrecita (abandonado porque no sabe cómo porras entrar y ahora prefiere instagram). En este blog hay, por lo menos, una entrada por año desde el 2007; mis lectores no pasan de los 8 por entrada y sé perfectamente quienes son, aunque no dejen señales evidentes en cada visita. En algún momento quise convertirme en alguien público (el personaje dentro del blog, no yo), pero cuando conocí a un verdadero bloguero conocido, me di cuenta de que jamás llegaría a serlo y la idea terminó desintegrándose en mi cabeza algunos días después. Por maña o manía, tiendo a cambiar los fondos de pantallas (de todas las pantallas que tengo) cada poco tiempo; también lo hago con el blog, me preocupo de que todo combine y sea a tono, cambio todo y me toma tiempo dar con el color correcto, pero me encanta que -cada cierto tiempo- se vea distinto y depende mucho del ánimo y de la frecuencia con que actualizo las entradas. Me agrada que la gente me comente personalmente tal o cual entrada, porque tengo contacto directo con esxs amigxs y se encargan de hacerme saber si les gustó, puedo también agradecerles personalmente y eso no es algo que todos puedan hacer. Este blog no ha sido muy popular a pesar de los años que tiene, tampoco lo será en el futuro. Cuando conocí a ese "verdadero bloguero conocido" comprendí algunas cosas que no pude siquiera intuir en 2007 (mientras me preocupaba de no cagarla, mientras aprendía a "enchular" mi blog) y conocerlas me aseguran que en este blog las entradas nuevas jamás tendrán más de 8 visitas. No es un blog en donde se venda o promocione un personaje, tampoco soy alguien que escribe algo transcendental, acá no hay verdades ni cosas útiles, aquí no existen los métodos correctos para hacer algo; tampoco pretendo hacer nada de lo anterior. 

Tendemos a esconder lo que consideramos malo (aunque lo hagamos), porque tememos (en secreto o públicamente) que se nos juzgue. Acá no me avergüenza lo que escribí (de lo que está publicado desde el 2007), aunque sí siento algo parecido a la vergüenza por las faltas de ortografía, faltas de coherencia o cohesión, faltas de sentido común o desatinadas rabiosas; en todo caso nada para borrar u ocultar alguna entrada. Creo que algunas veces (no lo recuerdo bien) he tenido que disculparme por escribir algo y recibir reproches en persona, pero no recuerdo haber cambiado la entrada... creo; no recuerdo todo desde 2007, no recuerdo mucho de cuando escribí esto o aquello, pero leerlo suele remover mi memoria -hasta cierto punto- y me permite revivir ciertos momentos; a veces es intenso y me duele el pecho por las emociones revividas, otras veces me cuesta recordar lo que me llevó a escribir la entrada y no paso de recordarlo como una anécdota ajena. No tengo control sobre lo que soy capaz de recordar y lo que no, he descubierto que no tiene que ver con lo significativo del momento, sino con sensaciones particulares; me es más fácil recordar cuando algo dolió (y, a veces, es jodido). 

Siento mucha vergüenza cuando leo manuscritos o borradores de cuentos (algunos de ellos fueron a dar al otro blog), ideas estúpidas que no supe llevar a buen puerto, algunas tonterías que imaginé como piedras preciosas y sandeces que no pude evitar. Esto no tiene un propósito, recuerda eso. 

Cuando me he sentido más triste, es cuando más escribo: esto va para cuentos, blogs, rrss, diarios y cartas. Cuando me he sentido más sola, es cuando más escribo: esto va para cuentos, blogs, rrss, diarios y cartas. Si mi estado de ánimo y físico no se encuentran bien, comienzo a divagar pesado y se nota harto en los cuentos; más nonsense, más dolor, más pitiadas, más dolor, más dolor, más divagaciones. Ve y visitas las del 2007, ve y mira las del 2009, ve y mira las últimas. No hagas caso, no espero que te pegues ahí leyendo weás que no tienen valor. 

Te conté que esto no tiene un propósito y no lo tiene, mis disculpas si llegaste acá pensando en que te dejaría algo que te permitiera descubrir alguna cosa. Al final, esto y todo lo que hago es inútil, nada cambiará eso. 

No hay comentarios: