Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

17 de febrero de 2021

Blogueando

Cuando me fotografían siento pena porque arruino las fotos lindas, con personas que desean estar ahí (como en las fotos familiares) y en momentos que desean conservar. Yendo muy atrás -y recordando una conversación reciente- no me hice un Fotolog cuando estuvieron de moda, pero sí que me gustaba sapiar una cuenta en que subían fotos de los profes del colegio con una pésima edición de Paint; todo eso era gracioso y nuevo para mí, toda una vitrina para ver a los pocos que contaban -en ese momento- con cámara digital. En la biblio del colegio me hice mi primer blog (2005), porque la encargada me dejaba saltarme las clases (incluso me escondía) en la biblioteca y, además, me prestaba el computador a cambio de que le arreglara la impresora. En esos años, en las noticias salían notas sobre la incipiente moda de los blogueros, entrevistaban al que llamaron "el bloguero chileno más joven" (tenía cinco años), sin embargo, a las plataformas de blog (Blogger, Wordpress o Livejournal) se las comía Fotolog, MSN Space y el propio MSN. Tampoco recuerdo bien cómo llegué a esto del blog, pero me hice uno ese 2005 y era taaaaan "darks" que al año siguiente lo cerré definitivamente; no recuerdo si mi intención fue abandonar la plataforma de blog definitivamente o si no supe configurarlo/enchularlo "mejor" y acabé cerrando ese para abrir otro. 

En 2007, con un computador propio y acceso a internet (por la u), no tardé en abrirme un nuevo blog e invertí un montón de tiempo en personalizarlo y sacarle el máximo provecho... Me gusta meterle mano a todo lo que puedo cuando tengo algo nuevo (un compu, un cel, una plataforma, etc.), en ese tiempo la plataforma de Blogger contaba con pocas opciones a nivel usuario, todo debía hacerse editando o modificando el código htlm y aprendí un montón de cosas que ahora me parece imposible haberlas aprendido, dadas mis pocas habilidades tecnológicas y, considerando a su vez, mi amor por lo análogo. En las primeras entradas de este mismo blog hay un montón de "relatos" de estados anímicos, textos muy vagos sobre lo que me sucedía mientras me debatía entre continuar estudiando -en la u- porque debía hacerlo o, en definitiva, abandonar porque no me sentía capaz de continuar de modo exitoso, decidirme a afrontar el fracaso y hablarlo con mi familia. De ahí salieron varios párrafos o cuentos completos, ya que me parecía interesante imprimirle realidad a algo ficticio: darle un tono emocional -que me era imposible replicar, en esos años, cuando escribía por gusto- para brindarle notoriedad a un relato inventado -mi "especialidad" y en donde me siento cómoda siempre ha sido la ficción-. Sólo un año después, me vi en la necesidad de dividir el blog: no me sentía bien publicando textos personales y cuentos en el mismo espacio; necesitaba que las personas leyeran una u otra cosa entendiendo que había una intención distinta detrás. En 2009 ya comencé a escribir "en serio" y ese espacio/blog para publicar cuentos se transformó en una plataforma ideal para registrar, organizar, publicar, poner a prueba, dejar un registro fiable (desde mi propia mano), personalizar y continuar.

En 2013 abro otro blog, el del proyecto/taller editorial; de igual modo, nace por necesidad. De ahí en más, fui administradora de siete o más plataformas (entre blogs y rrss); en algún momento dejé lo que no era mío -como corresponde a quien no pertenece a una iniciativa- y mantuve los espacios que más amo: mis tres blogs.

En 2015 tuve la oportunidad de conocer a un bloguero (por casualidad, en un taller de encuadernación) y, algunos meses después, murió definitivamente mi deseo secreto de que mi blog llegara a ser algo más que "una weá que sólo conocen algunos y que se lee mucho menos"; en serio, hasta conocerlo, albergaba el deseo de que mi blog me convirtiera en una persona pública (weno, "personaje" público) o que, por último, sobrepasara la media de visitas de cuando comenzó (cuando empezó, este blog tenía dos o tres visitas por entrada). Ahora me provoca un poco de risa, ese deseo era una de las pocas cosas que de verdad quería -en esos años-; aún no me imaginaba que podía llegar a ser publicada o, incluso, que llegaría a algún lado con la encuadernación; había abandonado la u porque ya había aceptado mi fracaso y, en la práctica, no tenía nada entre manos, ningún deseo, ningún proyecto, ningún objetivo, ningún "norte".

No te voy a mentir, cada registro de lectura en cada entrada de este blog me provoca sensaciones placenteras -¿cómo no? si lo que uno busca al escribir en internet es ser leído-. Siento que si bien tener –y mantener- un blog no responde a un objetivo específico, me ha servido para mantener el ejercicio de la escritura y la memoria: ambos son puntos importantes para escribir “en serio”, de buen modo, integrando lo que has aprendido y poniendo a prueba lo que estás aprendiendo.

Al publicar en este blog, no tengo la intención de que estos textos salgan de acá (digamos, ser publicados en papel) porque realmente no tiene mucho sentido; considero que no tienen un punto claro, algo que les brinde lo que deseo que sí tengan los cuentos que escribo, ese “algo” que me cuesta cada vez más obtener. Esto es parte de mi historia, de lo que hago, de lo que soy y estoy viviendo; no tiene un significado ni representa una utilidad.  



PD: Una curiosidad: si abres este link, verás algunos aspectos antiguos de este blog (en la esquina superior derecha hay una flecha en azul, puedes ver varias capturas a lo largo de muchos años).

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