Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

21 de octubre de 2010

Los ojos tristes de mis compañeras de cama II

A la primavera siguiente me obligué a enamorarme perdidamente, no veía otra alternativa pues todo el mundo parecía feliz estando emparejado. Las cafeterías estaban llenas de adolescentes sonriendo y yo seguía mirando todo ese mundo color de rosa desde lejos, en ese tiempo vestía con ropas dos tallas más grande y tenía el cabello muy largo. Mi cabello negro tapaba mis ojos, no quería que nadie se fijara en mis ojos hambrientos de amor ¿qué sería de mí sin poder mantener contacto visual con la persona que me gustaba? ¿cómo accedería a ese acaramelado mundo si no era capaz de mostrarme tal cual era?. Al terminar octubre mis energías se habían ido con las señoritas a las cuales perseguía, no me había atrevido a enamorar a ninguna porque confiaba en que encontraría a la adecuada en el momento menos pensado. A las tres de la tarde de un día jueves de noviembre una mujer de largas piernas me subió a su automóvil porque en un descuido dejó de mirar al frente y mi cuerpo quedó inerte sobre su parabrisas, cosa curiosa porque yo no recuerdo nada de nada. La mujer me tuvo una semana en su casa. Un día soleado golpeó un florero lleno de lavandas contra mi cabeza, desperté mientras una viejita picaba mis costillas con un palo ¡es un milagro! ¡está viva!, todos gritaban y es que según la gente mi cuerpo había salido despedido desde un automóvil en movimiento. Me enamoré de esa mujer porque todo el tiempo que me tuvo en su casa se paseó desnuda frente a mí. Dejé de quererla cuando descubrí que había hecho lo mismo con, al menos, doce jovencitas.

2 comentarios:

F... dijo...

Decía alguien por ahí que el primer beso se daba con los ojos, la primavera es un conjunto de besos que refulge en algunos jardines; al igual que aquellos podríamos interesarnos en esas flores enfermizas de las cuales nuestro buen dios Baudelaire en 1849 se atrevió a publicar... No quiero aquí expresar una perorata academicista simplemente ligar a estas bellas damas al “amor” que eleva sus acciones... personalmente me gustan mucho tus relatos, sean cortos, largos, por episodios [cuanto deleite es esperar una nueva continuación sin saber si es la última] Un final no termina con un punto final se extiende sobre el pavimento como aquella chica que pretende ser la única frente a los ojos [Foucault] de la “otra”... cierto Narcisismo, una búsqueda de autoestima en otra mujer (Yo...mujer.... deseo a otra- un símbolo reflejo de si misma en otra...) ¿Qué decirle a alguien que se guía por sus instintos después de haber leído Hambre de Knut Hamsun? Niezsche nos dice que el valor máximo es el cuerpo y su representación en el espíritu, ahora creo firmemente, con ciertos argumentos, que el cuerpo [atropellado en este caso] es un signo, no símbolo, en nuestra conciencia.

Virgilio dijo...

Otra vez vemos una muestra de que el amor se expresa mejor con los ojos. En este escrito vemos que la protagonista para evadir el sentimiento se tapaba los ojos con el cabello, que sale de la cabeza, parte del cuerpo que representa la razón. El Demiurgo libre de la naturaleza del cuerpo.