Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

20 de noviembre de 2011

Notas a pie de página VIII

De Hollywood:

“En general no había otra cosa que hacer en esas pensiones y apartamentos baratos cuando se estaba arruinado, muerto de hambre y a punto de terminar la última botella. No había otra cosa que hacer más que escuchar aquellas discusiones salvajes. Eso te hacía darte cuenta de que uno no era el único que estaba absolutamente desencantado del mundo, que uno no era el único que se encaminaba hacia la locura”.

Muchas veces me quedé sola en la habitación que arrendaba con mi compañera de carrera. Sin ningún peso no hay muchas cosas que hacer, me dedicaba a dormir hasta tarde y a esperar que llegara el lunes para asistir a clases. Escuchar el ruido de la gente, el movimiento del resto de arrendatarios y sus discusiones era una actividad que no elegí, pero que me distraía de la situación y me centraba en los asuntos reales que debía solucionar cuando regresara mi compañera. Experimenté la soledad como una especie de viaje psicodélico, el tiempo perdía su significado, el día y la noche se mezclaban, no dejaban espacio para diferenciarlas. Me sentía perdida, loca, ausente, desgraciada.

1 comentario:

Fernando Vargas dijo...

Recordé, no sé la causa un libro de Weirauch que no he leído nada, pero tengo una tentación inmensa de conseguirmelo para leerlo y empezar a morder a medio mundo, el libro era "Der Skorpion", ¿Te das cuenta que cada narrador tiene sus técnicas, su movimiento, un ritmo? Sigo exijiendo en la extensión.