Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

18 de noviembre de 2011

Notas a pie de página VI

De La senda del perdedor:

“-Henry Chinaski- anunció el director por el micrófono, y yo anduve hacia delante. Nadie aplaudió. Entonces un alma bendita entre los espectadores dio dos o tres palmadas. Había varias filas de asientos dispuestos sobre el escenario para los alumnos recién graduados. Nos sentamos allí y esperamos. El director pronunció su discurso sobre el tema de la oportunidad y el éxito en América. Al poco todo había acabado.”

Mi graduación fue el término de los peores meses de mi vida, con el discurso del director se acababan los conflictos con mis compañeros y profesores. Cuando dijeron mi nombre, se oyeron los aplausos de mi familia, cuando estaba sobre el escenario me sentía demasiado incómoda, mareada, enferma. No tengo imágenes claras de ese día, a mi madre se le ocurrió que debía sacarme los lentes para la ocasión. No sé cuánto duró, pero agradecí cuando todo acabó. No me gusta la gente y estar sentada en medio de los integrantes de cinco cursos, sus padres y familiares, profesores y niños de cursos inferiores, me dejó deprimida. En mucho tiempo no volví a hablar de eso.

1 comentario:

Fernando Vargas dijo...

Recordar ese tipo de cosas como días especiales en tu vida, son , al menos para mi, una cosa aberrante, aunque sea un día de alegría. (ah, rimas modernistas!)