“Mi padre había empezado a no gustarme. Siempre estaba furioso por
algo. Allá adonde fuéramos, siempre se metía en discusiones con alguien. Pero a
la mayoría de la gente no parecía asustarla. A menudo simplemente se le
quedaban mirando con calma, y él se ponía más furioso.”
Mi padre es, a los ojos del mundo, una persona bastante violenta. En
muchas oportunidades se ha involucrado en peleas, aunque nunca sin provocación
de por medio. Quiero aclarar que nunca ha sido violento con nosotros -la
familia-, pero con las personas del exterior es capaz de reaccionar mal cuando
le provocan. A medida que fui creciendo, me di cuenta de las diferencias entre
nuestra familia y el resto. En mis años de adolescencia mi parecido con mi
padre me trajo problemas y comencé a disgustarme con él. Ahora que está más
viejo, se enfada con frecuencia, incluso porque no sonrío cuando me invita a
pasear o porque peleo con mi hermano. Henry albergaba mucho odio en contra de
su padre, principalmente porque lo golpeaba y nunca cumplió con su rol de
padre, yo siento una amalgama de sentimientos hacia mi papá, él me ha dado la
fuerza suficiente para afrontar cualquier desafío que me ha presentado la vida,
pero constantemente tengo conflictos fuertes cuando tengo que pasar largo
tiempo en su compañía. Hoy prefiero evitar las temporadas con mi padre.
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