Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

19 de noviembre de 2011

Notas a pie de página VII

De La senda del perdedor:

“Me miré en el espejo. Era fantástico. Tenía la cabeza completamente vendada. Absolutamente blanca. No se distinguía nada salvo mis ojos, la boca y las orejas, y algún que otro mechón de pelo en lo alto de mi cabeza. Me sentía oculto. Era maravilloso.”

Cuando me siento triste o deprimida, me escondo, acomodo mi cabello para que oculte mis ojos. Sentir que la gente no me está mirando o que no existo para el resto el planeta, es maravilloso. En el colegio me quedaba horas en la biblioteca, sola. Mis “cimarras” las hacía en la biblioteca, en los aniversarios y fiestas me escapaba de las actividades porque deseaba ocultarme de toda esa gente que murmuraba a mis espaldas. En más de alguna oportunidad quise desaparecer.

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