Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

14 de julio de 2010

Consecuencias de existir "tal cual".

A eso de las siete de la tarde disfrutaba de un té caliente, algunos pancitos cubiertos de pastas de pollo y huevo, roscas y queque cuando pensé que no tenía motivos para estar allí sentada, no conocía a las quince personas que estaban sentadas conmigo en la mesa y no había una característica que me conectara con ellas -todas eran mujeres con hijos pequeños, celebrando un “baby shower”-.

La última vez que asistí a un “baby shower” celebrábamos a dos muchachas universitarias que esperaban a una guagua inesperada, en ese entonces no pensé en las implicancias del asunto, me dediqué a comer y a reír con los juegos de ocasión. En esas horas de celebración fui feliz porque las muchachas embarazadas parecían felices, “echaban la talla” y conversaban despreocupadamente.

A medida que pasa el tiempo, siento que mi odio por los asuntos maternales va en aumento. Tengo buenas razones para renunciar a la maternidad (aunque la gente me diga que eso, a mi edad, no se puede decidir o que esas cosas deben suceder) y esta desición gana fuerzas cada vez que escucho a mis padres hablar de decepción o cuando escucho a una madre decir “te cambiaron, mi hijo no era así”. No seré la mujer que deje crecer a su hijo para herirlo diciéndole esas barbaridades, no me arriesgaré a criar a un ser humano para avergonzarme de él, no me permitiré dañar a un niño pensando de él lo peor.

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