Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

9 de mayo de 2021

Otro glorioso día de rechazos

Hace algunos años, durante un par de años, me invitaron a la feria del día del libro en la universidad. Muy a mi pesar fui igual y era entretenido ir, aunque estar cerca del casino me provocaba un poco de asquito y estar varias horas dentro de la universidad -aunque fuera en el parque- también era desagradable; por mi voluntad no voy a la universidad, no poseo buenos recuerdos del lugar ni de esos años. Ya ni me acuerdo quién me invitaba o por qué llegaban a mí, desde que me fui no mantuve una relación constante con la universidad. 

Un año x, porque de repente soy muy ingenua y hasta estúpida para algunas cosas, se me ocurrió cambiar libros por cartas (el libro era mío -Teleidoscopio- y las cartas podían ser como quisiera la gente). Nunca me fue bien con eso, muy pocas personas sienten atracción o desean un libro de una autora desconocida, local y, además, publicada a través de un fondo editorial: creo que cambié alrededor de 15 libros -desde el verano de ese año hasta finales de abril-. Ya terminando la jornada, llegó un estudiante (me pareció un estudiante por la pinta y la juventud), me preguntó sobre el cambio de la carta por el libro y se sentó un momento a escribir. Cuando me pasó la carta, le pasé el libro y me dijo que no lo quería... No recuerdo bien qué pensé o que sentí, creo que fue algo malo como decepción o pena, quizás. 

En 2012 envié Teleidoscopio al concurso editorial y fue seleccionado para su publicación, me lo pasaron en 2014, en 2015 lo estaban vendiendo en la feria de las pulgas a luca y, al año siguiente, lo estaban vendiendo a quina. Tampoco recuerdo qué sentí, pero la emoción se fue cuando comencé a pensar por qué el libro estaba ahí estropeado sobre una sábana en una feria dominguera. Autora local, desconocida; 150 copias de esos libros se regalaron a la comunidad en eventos municipales, era evidente que terminarían siendo vendidos en alguna feria a un precio "para deshacerse". A pesar de eso, no volví a ver el libro siendo vendido en alguna feria de las pulgas, pero no me consta que no se siga vendiendo por ahí. 

El chico de la carta no quería el libro y yo no entendía para qué escribir si no quería cambiarlo por un libro. Yo me dije: weno, podría donar este libro a la biblioteca comunitaria que se promociona en esta misma feria, el chico se lo ganó -cumplió con su carta- y yo también quería deshacerme de esa copia. Vale. Terminó la feria, arreglé mi bici y me acerqué a los chicos de la biblioteca comunitaria; les dije que les dejaba esa copia de Teleidoscopio y me dijeron que no la querían. Ahí quedé con el libro en la mano, claro, no había visto que los libros de interés tenían que ver con política, sociedad, ensayos y textos educativos... pero ¿cómo sabían ellos que el libro que les estaba pasando no les era de interés si no lo conocían? Guardé el libro y salí del patio, alejándome del parque y luego de la universidad. Autora local, desconocida, ingenua y estúpida deja la universidad que odia con una lucas en el bolsillo, una carta y algunos dulces y cigarros y encendedores malos entre la ropa. 

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