Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

27 de abril de 2021

Andar con ánimos apocalípticos

Una vez tuve un celular "de galletita" -un cel amarillo que me recordaba a una oblea, con el teclado completo (con letras) y una mini pantalla en sentido horizontal-; ese cel me lo compré a mi gusto y necesidades. Con harta curiosidad aprendí a usarlo y me gustaba mucho usarlo, tenía un tamaño ideal para mis bolsillos. Con el tiempo casi me obligaron a cambiarlo porque mi familia me llamaba, pero el cel no recibías las llamadas (nunca supe por qué). Lo tengo aún en el cajón y lo uso cuando deseo recordar mis sueños... "¿Cómo?": te lo estarás preguntando ahora. 

Cuando debía poner despertador para salir temprano, lo programaba para dos horas antes de la hora de la cita y le sumaba media hora de cabeceos cada 3 minutos -lo mínimo que permite "repetir alarma"-; como esos 3 minutos eran lo mínimo que permitía, pues lo ponía "repetir alarma cada 3 minutos hasta apagar la alarma" y wooooo: si despertaba cada 3 minutos recordaba todo el sueño con lujo de detalles. Despertaba por el ruido y volvía a dormir y volvía a despertar cada 3 minutos, durante media hora: no fallaba el chisme, recordaba todo. Escribí muchos sueños en ese entonces y también saqué ideas para cuentos, no se me olvidaban incluso despierta y dedicaba algunos minutos a escribir (o dibujar) el sueño. Lo tomé como algo natural, ponía la alarma incluso si no debía despertar a "x" hora. Cuando me regalaron el cel nuevo (porque yo me negaba a cambiar mi cel amarillo de oblea), me di cuenta de que la alarma permite un mínimo de 5 minutos de repetición de alarma y no funciona lo de los sueños, no funciona y no funciona. Me alegré de haber guardado mi cel galletita porque si quiero recordar lo que sueño, lo prendo y programo, al otro día escribo y todo guay. Me alegra también tener este otro cel (uno de pantalla táctil) porque durante muchos meses he estado despertando triste o enojada, preocupada o con ánimos apocalípticos; sospecho que es porque sueño cosas feas y es bueno que no las recuerde, es bueno que este cel de (mínimo) "5 minutos de repetición de alarma" no me permita recordar. 

Me he sentido bien de ánimo últimamente, me sorprende incluso que el ánimo alegre de los primeros meses del año me dure tanto; antes mi ánimo decaía inmediatamente después del término del verano (y debía sostenerme bien hasta finales de abril, por el día del libro). Claro, no hubo ferias ni actividades, creo este año me he agotado menos y por eso he durado tanto "de buen modo". Estuve pensando que en los veranos anteriores me desgastaba tanto, que debía tomarme el otoño para recuperarme bien; coincidiendo con la época menos activa en tanto a actividades literarias. 

El año pasado (y creo que a todxs nos pasó de algún modo u otro) aprendí algo nuevo de mí porque apareció algo nuevo en mí, no lo percibí y tampoco me preocupé de inmediato, yo estaba un poco distraída con lo que sucedía en el entorno y con el encierro. El asunto es que estuve hartas semanas con aquello nuevo que había aparecido sin ponerle atención, algo nuevo en la cabeza que aparecía cada vez con más frecuencia e interrumpía, a veces, mis pensamientos, mi quehacer, mis ocupaciones, mis labores, mi descanso. Cuando se volvió disruptivo tuve que buscar lecturas para saber qué era y qué podía hacer para lidiar con aquello o saber manejarlo mejor. Llegué a un manual muy interesante, algo breve y práctico que me ayudó a entender esos pensamientos disruptivos; claro, el manual fue escrito para esos casos en particular y estaba hecho para que cualquier persona pudiera usarlo de modo fácil (para las personas que padecían de aquello y quienes deseaban acompañarlos). Antes de encontrar este librito/manual, me topé con hartas lecturas aleatorias (pertinentes o no al caso) y, de entre ellas, me llamó la atención un wikihow y los comentarios que lo acompañaban; en mi ignorancia sobre el tema, pude intuir que la persona que lo había escrito lo había vivido en carne, mientras que los que comentaban lo hacían desde el total desconocimiento y en un tono muy agresivo. Entiendo que el tema es súper complicado y, por lo mismo, no daré mayores detalles ni dejaré el manual (aunque lo recomendaría a alguien si se da el caso o me cuenta que está en la misma situación), saben que no me gusta cuando la gente me pone mucha atención porque me agobia y alumbrarme más significa que la gente me pondrá más atención... no quiero eso, me incomoda, estoy en paz con mis asuntos y lo que puedo leer para ayudarme. 

Llevo un diario de intercambio con una amiga que considero muy importante, ella y el diario han cobrado más relevancia en este tiempo porque me permito escribir sin reservas y las respuestas escritas me dan perspectiva, puedo tomarme mucho tiempo para comprender, pensar y escribir de vuelta: ella, en muchas etapas de su vida, ha tenido que pedir ayuda... aún necesita -de vez en cuando- ayuda y la pide, no tiene problemas en pedirla y no se siente mal o rara, la pide y logra mejorar, ha logrado hablar de aquello que le hace daño, expresarlo y esperar lo mejor. Yo, en cambio, no puedo pedir ayuda; me cuesta incluso hablar o expresarme con claridad, me siento incómoda porque me es difícil ponerlo en palabras, decirlo de modo breve, expresarlo de modo oral; eso es una parte. La otra es el recuerdo constante de las ocasiones en que quise hablar con alguien (personas que amo o amé, personas muy importantes que pensé podrían escucharme... ni siquiera buscaba que me ayudaran, sino que me escucharan, nada más) y, antes de terminar lo que deseaba contarles, ya estaban mirándome "a huevo", diciéndome que no era posible que sintiera lo que les estaba contando, que no conocía la desesperación, que no era real lo que les contaba o que era tonta por sentir eso; esos recuerdos no se borran, esas palabras no se olvidan, esos rostros no desaparecen (aunque dejé de ver a muchas de esas personas). Yo creo que mi amiga es valiente por ser capaz de pedir ayuda, ella cree que yo soy valiente por no pedir ayuda; ve tú a saber, porque ambas sabemos que no hay arreglo, pero podemos llegar a sentirnos "bien" (dentro de lo que se puede). 

No se me ocurre de qué forma terminar esta entrada, quizás algún otro año (en algún futuro distinto) pueda escribir de esto, refiriéndome apropiadamente al asunto y con las palabras que ahora temo escribir. 

No hay comentarios: