Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

6 de agosto de 2010

De amor y paranoias [VIII]

No tienes motivos para escapar así, lo sabes. Yo sé cómo detenerte, pero elegí no hacerlo, si te detengo no sabré qué decirte luego ¿haz lo que desees? ¿por favor hazlo? ¿no escapes de mí? ¿qué quieres hacer? ¡vamos, sabes que no soy así!… y las preguntas se agolpan en mi mente, sigo confundida; si a ambos nos gusta ¿por qué decides detenerte y huir?. No pienses ¡hazlo!, los impulsos se presentan por algo, las cosas están allí con un motivo, los deseos se sienten porque deben ser atendidos. La sangre me hierve a veces porque decido guardar silencio viendo que caminas calle abajo a paso veloz ¡¿qué piensas mientras el viento desordena tu cabello en plena huida?!. Mi ojos perdieron la visión de tu cuerpo y mi mente se resignó a aceptar esa imagen como la última de ti ese día. Lo único que tengo de ti es ese olor que llevo en el pecho; sabes que el tacto de las caricias se borra pronto, pero el olor nunca se va ¡jamás dejará mi cuerpo! ¡jamás se borrarán las marcas!.

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