Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

25 de febrero de 2008

Esperando bajo las nubes que pasan lentas en el desierto.

Despertaba como todos los días de mis vacaciones, acalorado y necesitando urgentemente respirar aire fresco. Esta parte no es fantástica, ni particularmente graciosa. Lo que sucedió después merece ser leído por la gente que pasa ratos de ocio por estos lugares de la red. Disfruten mientras el relato no les parezca extraño.

Abrí la puerta aún medio atontado por el sueño, por un segundo me pareció normal que el cuarto contiguo a mi habitación fuera una enorme masa de gelatina amarilla. ¡¿Gelatina amarilla?! odio la gelatina, especialmente cuando se endurece y no puedes morderla, es como si masticaras goma...
Me pareció normal y me vi obligado a abrirme paso entre esta cosa extraña. Nada mal hasta ahí, hasta me pareció terapéutico caminar sobre "eso". Llegué sin mucho esfuerzo a la cocina y esperé que mi simpático hermano gato [ya saben, con orejas puntiagudas, cola, bigotes y eso que tienen los hermanos gatos] me sirviera el desayuno, no demoró mucho, estaba delicioso. Luego de una hora de arreglarme, decidí dar una vuelta por esta ciudad que me ha inspirado a escribir relatos depresivos, llenos de personajes tristes y medio locos. El hermoso cielo color hielo, frío, lejano y confiable porque si no creemos en el color del cielo ¿en que podemos creer?. Un paseo bastante estimulante, relajante. Me volteo por un ruido fuerte a mis espaldas y grito cuando descubro que es un automóvil último modelo. Reboto en el pavimento. Vuelvo a despertar y me creo bello, aún con mi cabeza zumbando y derramando un poco de sangre, me siento hermoso. Salgo corriendo calle abajo, esperando que mis piernas no me fallen y me dejen caer.

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