Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

24 de septiembre de 2020

Anhedonia musical, catalizadores y disparadores.

En algún momento, mientras experimentaba mis últimas vueltas por las publicaciones de facebook, me topé con un artículo sobre la Anhedonia musical (el link va para Wikipedia, pero hay varios artículos al respecto). Yo pensé que podría padecer de esto porque tengo problemas para decir "la música me produce felicidad", sé poco de música, no sé tocar instrumentos, me cuesta aprender nombres y retener grupos, no entiendo que la gente vaya a conciertos o que se conmueva con la música. Ya, es mucho, entiendo que me estoy yendo al extremo y, pensándolo, claro que estaba exagerando. No puedo decir que me guste oír algo en particular, tengo música para cada cosa que hago: música para blogguear, música para plaquette, música para cocinar, música para el karaoke, música para bailar, música para fumar, música para encuadernar. Lo que me cuestionaba era que no tenía música para oír, para siquiera llegar a considerar que oírla era "hacer algo"; inconcebible sentarme a escuchar música. Y ahí pensé que la música por sí misma no me producía mucho (hay excepciones, especialmente cuando me recuerda algo y eso algo fue triste), pero que aún así había música que escuchaba sin pensar más allá del "esto es agradable". Cuando me preguntan qué tipo de música escucho, les digo que "onda disco" (principalmente porque me gusta bailar). Cuando me preguntan si me gustaría aprender a tocar algún instrumento, les digo que no me interesa (considero que no tengo habilidades para aprender y tampoco paciencia). Cuando alguien pone la radio, me aburro re luego y busco los audífonos (porque prefiero algún disco mío que la música aleatoria que puede salirte en el FM). Escucho de todo un poco y si me suena bien, pues la sigo escuchando. Me gustan las que puedo cantar o intentar hacerlo. Me gustan las que puedo bailar, pero sólo las antiguas y sé más de cómo se bailan que de cómo se llama tal o cual estilo. 

Hay música que se me ha quedado pegada por circunstancias ajenas a la propia música -como el "soundtrack de tu vida", pero a escala minúscula-, momentos que tienen asociado algún tema o canciones que alguien escogió para oír en algún instante fuerte. Hay otros temas que me gustan porque puedo cantarlos y me gusta el karaoke porque puedo usar mi voz a un nivel que no puedo en otras oportunidades. Hay música que sólo bailo y el acto de bailar sí que me emociona, me absorbe y consume mi energía; me encanta quedar muerta después de moverme todo el rato. En mi diario tengo algunos temas anotados por ahí, al borde de las páginas; al lado tengo escrito lo que sucedió durante el día. Cuando hay temas -escritos en los diarios- puedo recordar con facilidad por qué los tengo anotados ahí, si quiero recrear un poco la experiencia, voy y pongo esos temas; también me agrada recrear esos momentos cuando quiero escribir, se me hace fácil imaginar una escena y puedo describirla como si estuviera viendo una fotografía. 

Hay música que no entiendo y, por lo mismo, no me agrada escucharla; aunque alguien diga que es sublime (para verificar este punto, es cosa de leer los comentarios en youtube de "clásicos" del rock). En algún momento rechacé mucho oír música de mi época: si no lo escuchaba mi papá, no era bueno; así de fuerte era el mensaje con  respecto a la música que él escuchaba. Los cd´s que tengo me los ha regalado él y es música ultra "vieja". Tengo un cd´s en español: "Los Gatos" (argentinos) y me encantan algunos temas y es porque puedo cantarlos -y me sale bien, creo-. Me gustan los temas cantados por negras, de esos difíciles y me encantaría cantar como ellas: Gladys Knight, Aretha Franklin, Gloria Gaynor, The Pointer Sisters -por mencionar algunas-. Ay, llegué acá y me aburrí un poco [risitas].

Volviendo un poco al título de la entrada, desarrollo la idea. Si voy más allá, entendí que necesito un catalizador que medie entre la música y mi capacidad de disfrutar la música; deben existir tres elementos. 
Recuerdo que alguna vez se me escaparon unas lágrimas en un concierto de violín, me invitaron una amigas que tocaban -y era obvio que les interesaba ir a escuchar- y yo no podía entender cómo es que aquello que apenas entendía, que disparaba mi inquietud -ahí, entre el público-, me había conmovido, había provocado que mi corazón se acelerara y mis ojitos se nublaran porque estaba llorando (tenía como 15 años); no fue exactamente el concierto, era la invitación y poder disfrutar de una actividad grupal con personas que me consideraban y me invitaban a algo que, para ellas, era importante. En otras circunstancias, no me habría provocado mucho, quizás me hubiera aburrido o quizás no se me hubiera ocurrido ir al lugar, me cuesta mucho encontrar el ánimo para ir a un concierto, aunque sea en un teatro municipal y sea gratis.   
Un amigo, en alguna oportunidad, me trajo algunas sustancias estimulantes -guiño guiño-; en algún rato pusimos música y me reencontré con algunos temas que conocía, pero que no entendía hasta ese momento (escribo "entender", pero se acerca más a "sentir"). Aunque soy terriblemente ñurda y no tengo oído para disfrutar la música, reconozco que hay cierta música que es buena, me guste o no ¿quién podría decir que "Kashmir" de Led Zeppelin es mala? Bueno, me pasó con Kashmir que durante el viaje me hizo sentir escalofríos y, hasta hoy, me provoca algo extraño, como que pudiera ir un par de niveles de entendimiento más allá, sintiendo eso que la gente interpreta como deleite. Si no me hubiera pegado ese viaje, no comprendería que Kashmir es música capaz de provocar sensaciones. 
Conocí a algunos aspirantes a escritores a los cuales les encantaba la música clásica. Yo entendía ese gusto como cualquier otro, sin pensar en que quizás ellos sentían algo más al oírla y tampoco pregunté mucho más. No me molesta escuchar música clásica, incluso hay muchos "temas" que puedo silbar de memoria (algunas partes de Carmen, por ejemplo, porque mi papá se la sabe también); de ahí a escucharla por gusto, no. Tampoco puedo decir "esta es mala" o "esta me provoca algo x", considero que es una buena opción para oír, pero no entendía lo que significaba. Hace unos años, con una idea en mente para escribir y recordando que este tipo de música me podría ayudar a recrear ciertas escenas específicas o ayudarme a imaginar algunos escenarios vistos en fotos o internet, busqué los temas que conocía de oída. Tengo algunos anotados porque me sirvieron mucho, especialmente por el carácter que quería para el texto. Me sirvió y creo que conseguí un buen resultado en las descripciones (no el óptimo, pero sirvió), entendí un poquito lo que esos amigos sentían; vuelvo a eso cuando quiero un resultado similar. No puedo decir que me guste la música clásica, pero si la ocupo para escribir, está bien en algunos casos. 
Si estás leyendo esto y alguna vez me enviaste un tema, si alguna vez esperaste un comentario de mi parte y no lo recibiste, si alguna vez me preguntaste si me gustó y sólo respondí "sí"; acabas de leer la respuesta que no puedo darle a cada persona. Este es un gustito que quería darme porque sí.  

No hay comentarios: