Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

8 de mayo de 2013

Mis lugares para leer

Hace mucho conocí a una mujer que dibujaba -temática gay-, de todas las personas que reconocían dibujar, los de ella eran los más hermosos que había visto (una saludín por si lees esto); ella dibujaba en una "tabla" (no recuerdo el nombre exacto, pero era un aparato conectado al computador a través de un puerto USB, sus dibujos aparecían en el computador a medida que ella lo iba haciendo). Conversando, me dijo que no era capaz de dibujar sobre una mesa, cosa curiosa pensé, pues la silla y la mesa están hechos para brindarte un apoyo correcto para este tipo de trabajos (se me vino a la mente el dibujo, la lectura y la escritura), ella me confesó que sólo podía dibujar sobre su cama... ¡oh! endemoniadamente incómodo. Me apesta hacer cosas sobre la cama, asuntos como leer o ver películas, escribir o intentar dibujar, comer o jugar [risas]; sin embargo, puedo perfectamente escribir en una mesa, aunque debe ser alta porque si me inclino mucho, me duele la espalda (me mata el dolor). Hoy acabé un libro de Bukowski que me prestó un muchacho, me encantó su gesto de prestarme el libro sin siquiera haberlo leído. Me costó bastante leer el artículo, en la casa en donde vivo hay un crío y una mujer con voz de hombre (parentesco escogido por mi hermano) y no saben que existe el silencio. No me había fijado bien (algo intuía), pero la música me impide leer, así, de cuajo me quita las ganas, la concentración. Salí primero al patio, la mujer con voz de hombre llevaba el celular con música pegado al culo, con un volumen molesto. Salí después al antejardín a través del patio, me senté y recién pude avanzar algo. Mientras me desayunaba un cigarrillo, pensé que el ruido no suele molestarme, lo identifiqué como ruido ambiental (digamos sonidos de autos, motos, pasos, hojas, lluvia, maullidos, etc.), el ruido que me molesta es de la música y la televisión. ¿Qué clase de persona anda todo el jodido día con el celular a todo volumen pegado al culo? [risas] ella podría preguntarme ¿cómo no te da asco andar olor a cenicero? ¿cómo es que no te molesta cargar con libros de más de doscientas páginas en la mano?. El asunto es que sólo en lugares muy particulares puedo leer a gusto (lo que no me impide hacerlo en otros lugares). Me encanta sentarme en la avenida, mirando al este, en las bancas en forma de "L", en los horarios más bulliciosos. Me gusta tirarme de guata en la cama king de dos plaza de mis padres (la cama que tienen en la casa de Calama y La Serena). Me gusta sentarme encima de la lavadora, con las piernas colgando o cruzadas, mientras se completa un ciclo de lavado -no es algo sexual, ojo con los pervertidos-. Me gusta estar en el patio, detrás de la puerta, en cuclillas, al lado de las bolsas de basura. El gato me maulla, exige que entremos a la casa, creo que cuando me ve fumando se desespera. Un cigarrillo siempre es bueno para comenzar el colocón de la lectura, quizás he condicionado mi cuerpo para disfrutarlo, da igual. Siempre recojo las colillas y barro las cenizas.   

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Grande Pía, jejejje, los familiares y demases con sus odiosidades....la rutina lectora de cada cual siempre en un festín de sensaciones y estímulos.....

Pía Ahumada dijo...

Mi estimado amigo "anónimo" y a los que comentan -pocos, pero buenos-, por favor coloquen sus nombres en los comentarios o sus iniciales o lo que sea para poder identificarlos y saber a quien agradezco.

Ofelia dijo...

puedo entender ahora por qué quizá no escuchas la música que te mando.
me gusta mucho el detalle de sentarse mirando al este. en esa posición, luego del medio día, el sol no choca ni con los ojos, ni con las hojas de los libros.