Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

21 de mayo de 2013

Hoy me asusté bastante (sobre la eventual extinción de especies nativas)

   Hoy me asusté, hacía mucho que no me "tocaba" algún asunto de naturaleza social -paso de todo y de todos, me cuesta mucho ser empática con lo que a la gente común le preocupa, en serio-. Resumiendo, leí sobre el asunto Monsanto; todos nosotros le damos dinero y semillas, ellos investigan y las modifican geneticamente (semillas transgénicas), luego nos las venden a un precio estratosférico, también nos venden el plaguicida y anexos. Cuando se generan semillas transgénicas, "salen" homogéneas, son plantas iguales; así deja de existir la diversidad genética. En caso de ataque de insectos o algún fenómeno climático -los ejemplos más simples- todas son resistentes o vulnerables al evento, cuando pasa algo que no esperábamos (lo que está sucediendo con los cambios climáticos, las plagas), perecen todas porque son iguales. Cuando existe la diversidad genética, hay algunos ejemplares que sobreviven mientras otros perecen (lo que sucede naturalmente), la diversidad genética permite a las especies adaptarse, cambiar y tener éxito cuando el medio se transforma, si las semillas son geneticamente homogéneas están condenadas a extinguirse. Reconozco no saber con seguridad sobre el asunto de las cruzas (mezclas por medio de la polinización), aunque imagino dos casos: 1.-El asunto es que si permitimos grandes extensiones de plantaciones trangénicas, en lo que nos bebemos un café, estas plantas se cruzarán con las "no modificadas" y acabarán contaminando todo lo que conocemos; ninguna semilla, por más salvaje que sea, tendrá en su código una parte modificada, por lo tanto todas las semillas serían productos patentados que hay que pagar para tener. 2.-Si esto de las semillas es un negocio -cosa que sabemos-, no es propicio que produzcan semillas entre sí, pues compraríamos una vez y luego no tendríamos que hacerlo. También acabamos perdiendo, en los dos casos es devastador. Llegará un día en que no podremos tampoco cambiar semillas o sembrar lo que queramos porque será ilegal (sí, tan ilegal como jalar), todas las semillas serán patentadas. Eventualmente algunas especies nativas, valiosas y únicas, se extinguirán porque no soportarán los venenos que deben, sí o sí, administrarse a estas nuevas plantaciones. 
Nadie sabe qué clase de repercusiones traiga a la salud el consumo prolongado de transgénicos, pues se necesitan estudios prolongados sobre generaciones completas, aunque a todas luces es algo muy malo; en Monsanto no prepara sus propios productos para el consumo de sus ejecutivos. Sus venenos provocan abortos espontáneos en cualquier etapa del embarazo. 
Me asusté porque no basta con que todos nosotros asesinemos lo que se nos cruza en el camino, sino que ahora todos estamos pagando para extinguirlas. ¿Podré morir en un campo de amapolas?. 

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