Me encontré con un sujeto gay, uno que no
me había dado señales de serlo –aunque pude imaginarlo apenas le vi la primera
vez–, entre vaso y vaso con vino, llegué a su lado y le sugerí algunos
temas. Youtube es una herramienta maravillosa, en segundos encontré música que
hacía mucho tiempo no escuchaba. Bailé sin importar nada, las conversaciones,
la seriedad, la casa ajena y la vecina “sapa”. Sonreí porque las cosas iban
bien, había bebido, había conversado, le grité a un tipo que caminaba
tambaleándose ¡enfermo! (aquel sujeto, meses antes, me había alborotado el
cabello sin mi permiso). Conversé con esa persona, me enrolló su bufanda en mi
cuello, bailé. Me gustó, disfruté como hacía tiempo, me reí, me moví (ni
siquiera me preocupaba de bailar bien) ¡a la mierda la vergüenza! Me gustaría
volver a salir y bailar, reír hasta ahogarme, gritar, recordar las canciones
con las cuales crecí. [Sonrisa]
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