Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

11 de mayo de 2011

El insano ritual de cada noche I

*Cigarrillos liados a mano.
El humo de aquellos cigarrillos es particularmente denso. Siempre la mirada perdida intentando seguir el humo que sale de su boca. El contenido de cada inspiración debe llegar a tu boca, todo lo que alcances a guardar sin distorsionar para ello tus mejillas, el contenido debe introducirse a tus pulmones llenándolos, un resto quedará alojado en tu boca. La nariz permitirá que tus pulmones evacúen el humo, no sin antes botar el humo de tu boca formando círculos, rostros, mujeres; esta es la sustancia pura y densa con la que puedes jugar a ser un animal, las rutas que toma el humo te da una idea de la velocidad y dirección del viento. El humo que te conecta con el verdadero vicio se calienta en tus pulmones, queriendo salir por alguna vía produce un ardor en la garganta, detrás de la nariz. Un leve mareo llega a tu cuerpo en lo que el humo sale a través de la boca, las piernas temblando como a continuación de un orgasmo. La última calada más caliente que las predecesoras y con el sonido del papel quemándose dentro de la boquilla, la inquietante sensación de que necesitas liar otro. El silencio, la noche, la contemplación de todo lo que jamás habías notado.

1 comentario:

F... dijo...

fumar alimenta el alma y ayuda a respirar. es interesante que al leer este texto me acordé de un poeta no muy conocido que es genial!, con tintes del romanticismo y la vanguardia: Sam Shepard. En todo caso, a veces pienso que Cortázar y sus instrucciones pasean por aquí...