Encontrarnos en aquel local y en las mismas circunstancias fue raro. Pasaron casi dos años y “eso” seguía en mi pecho, palpitando como aquella primera vez. En compañía de esa persona, nunca sé lo que vendrá enseguida. Tuve la sensación de que esa tarde, mi suerte se decidió tirando dados. Mis respuestas eran bastante ambiguas, no estaba allí en aquel momento, mi mente se tambaleaba con las hojas que balanceaba el viento. En un momento estaba esperando a que acabara de comer su completo gigante, luego me senté a su lado y traté de captar todo lo que salió de su boca pues su relato era bastante confuso, más tarde le acompañé hasta su casa, de ahí un rato hablando y luego caminar de vuelta a mi casa. A pesar de haber nada entre nosotros, me hace sentir nerviosa, supongo que eso se siente cuando alguien te agrada y en mi caso, que alguien se acerque con intenciones de compartir palabras.
¿Algo que rescatar?... me dijo algo referido a otra persona y ahí va mi respuesta: Amor, sé bien que él se burlaba de mí a mis espaldas, incluso en mi presencia, pero cuando sientes que posees poco, pasas por alto todo eso y te aferras a lo que encuentres sobre tu camino, aunque lo que te encuentres no valga la pena. Amor, sabes bien que a nadie le gusta la soledad.
Espero que te encuentres bien, te quiero más de lo que quiero al resto de la gente y menos que a mis gatos, siéntete afortunado.
[Original: Martes/1/diciembre/2009]
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