Muchas veces he dicho cosas cómo si nada, escribo relatos atroces sobre asuntos turbios y para mi la vida sigue igual. Mi padre siempre me preguntaba de donde venía todo aquello que escribía, nunca supe responderle. Media ficción y la otra mitad son sueños, creo que así se definen mis letras. Colocando un poco de locura en cada frase, contándole al mundo que mi cielo no es azul y que mis ojos no ven más que ilusiones. Ese toque de realidad fantástica, quizás el haber nacido rodeada de desierto me hizo sensible a los detalles, allí en donde una flor es algo que dura un día, mis ojos veían millones de flores bailar con el viento. Recuerdo haber sido feliz en Chuquicamata, especialmente cuando íbamos de "excursión" al cerro. A pesar de estar acompañada la soledad era una conmigo, sentada en la punta del cerro sintiendo el viento cantar en mi oreja y queriendo no bajar jamás. Era un pasatiempo bastante decente. Al bajar íbamos cantando "Help" (de los Beatles), mi amiga Lucía gritaba Help! y yo decía la frase siguiente, a todo pulmón mientras esquivábamos trastos viejos, vidrios y algunas irregularidades del sendero.
¡Socorro! necesito a alguien.
¡Socorro! pero no a cualquiera.
¡Socorro! sabes que necesito a alguien.
Heeelp!.
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