Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

15 de agosto de 2018

Sólo las chicas populares leen en horario estelar.

Bien y tranquila, con trabajo y mala salud. Extrañando a las personas, y más que a las personas, extrañando la sensación de estar con una en particular. 
Hace una semana me invitaron al Festival Feminista Arrebol, se realizaría en el Campus Andrés Bello, en Colina el Pino, La Serena. Como la mayoría de las veces, dije que sí después de preguntar algunos detalles mínimos (fecha, lugar, horario). Si bien podía participar del evento, tenía un pequeño problema: todos los martes me reúno con Los Viajeros del Mary Celeste desde las 18:00 a las 20:00 -en la Biblioteca Regional Gabriela Mistral-, por lo tanto estaría en el Festival desde las 16:00 a las 17:45 y volvería a las 21:00. 
El evento se realizó ayer martes, desde las 16:00 a las 23:00, había un programa cultural con bandas en vivo, lecturas, intervenciones, feria y comida. Llegué a la hora, me instalé en una mesita y comencé a informar acerca de mi proyecto editorial y los libros que tenía a la venta. Pasó un rato y llegó mi hermana, mientras compartía con ella, llegó a hablarme la muchacha que me invitó al Festival y me preguntó si deseaba leer mis "poesías", pues la banda que continuaría animando el evento aún no llegaba. 
Hay dos cosillas que me molestaron bastante y que me vienen molestando hace bastante tiempo. 
Si me conoces y conoces mi proyecto editorial, a Los Viajeros o alguna de mis publicaciones; sabrás bien que jamás he escrito "poesías", sabrás también que no me interesa escribir poesía y no se trata de que odie el género -¿cómo podría odiar la poesía si trabajé durante seis años y un poco más en una revista literaria, en que la mitad de su contenido era poesía?-, sencillamente me agradan mucho más otros géneros, como cuento, novela, ensayo, epístolas; además de haber escogido ser narradora y disfrutarlo mucho. Un concepto más preciso para lo que hago sería "cuentista", pero mis escritos no sólo se remiten a cuentos, sino a otros géneros cercanos al cuento. En lo personal prefiero "narradora", pues todo lo que escribo cabe en el concepto. Una palabra que tampoco me acomoda es "escritora", pues un escritor es una persona que puede escribir y desarrollarse con propiedad en cualquier género literario, y el mío no es el caso. A propósito, el año pasado, en una conversación con una chica ariqueña, me preguntaron qué narraba, si hacía cuentacuentos o algo así; y recién ahí caí en cuenta de que el término "narradora" sirve tanto para quien escribe narrativa como para quien narra oralmente; sabiendo esto, el término "narradora" continúa gustándome. ¡Ah! alguna vez también me hicieron entender que denominarme "narradora" era algo malo, por una parte porque quien denomina es el lector (y, al parecer, el lector es el único con la facultad de determinar si uno es realmente un escritor, poeta o narrador), por otra parte por el ego que, se sabe, tienen mucho quienes escriben; para hacerlo sencillo: no es bueno autodenominarse, pues llamarse a sí mismo "esto" o "aquello", lleva también al problema del ego, de creerse algo o creer que hacemos algo cuando aún no hemos conseguido un sólo texto bueno. En particular me gusta que me llamen por mi nombre ("Pía", no "Piita", ni "Pía Loreto", ni nada parecido; es absurdo usar un diminutivo en un nombre tan breve y ¡me gusta mi nombre!), me gusta que me presenten o me conozcan como narradora y también que recuerden que además de escribir, trabajo con libros: estás características me definen, especifica lo que hago y me hace sentir feliz cuando la gente lo menciona y me trata tal como soy, después de todo escribir y encuadernar son las actividades que más he realizado durante la vida. Aquí va el segundo punto y mis disculpas si me excedí con el asunto de "narradora". 
Llevo mucho más años escribiendo que encuadernando, sin embargo, soy más y mejor conocida por mi labor en Taller Me pego un tiro -o sea, en trabajos de encuadernación, reparación y publicación de libros-. Llegó un alegre punto en mi existencia en que comencé a recibir muchas invitaciones a eventos de todo tipo, especialmente a ferias en distintos lugares y organizados por distintas personas; me encanta ir siempre que puedo, no tienes idea de lo feliz que me hace mi trabajo, tampoco podrías imaginarte lo que siento al pensar que practicamente toda mi vida adulta ha estado relacionada de alguna forma con libros. A pesar de todo lo dicho, prefiero que me inviten por ser narradora -que me busquen para leer- en vez de que me inviten a ferias -o sea, para atender público-. Tengo la misma buena disposición para ambas invitaciones y me preparo para ambas ocasiones, cuando me avisan con tiempo yo programo mis actividades y participo, me gusta ir a eventos, conocer gente y difundir lo que hago. El problema viene cuando no me avisan que leeré, o peor aún, cuando me preguntan "¿puedes leer? es que alguien viene atrasado y weno, tú estás acá". Repito y destaco: ME GUSTA LEER, ahora al punto. Para quien tenga la experiencia: sabrás que el hecho de leer en público es mucho más que tomar una hoja y leer, y si conoces a Los Viajeros, sabrás también que nos dedicamos tanto a la narrativa escrita como a la oral, nos preocupamos mucho de las lecturas que realizamos y siempre demandan preparación. Personalmente, leer en público me destroza los nervios, siempre comienzo a temblar, fumar y decaer en pesimismo, además me ha sucedido que he quedado "pésima" incluso después de hacerlo, hay textos que me han costado la salud de los higadillos y leerlos, significa que debo recrear ciertos estados catastróficos. Aquello que hace años me pasaba -amar leer, esa excitación particular, la emoción brutal, felicidad relampagueante- ya no lo siento, ya no me pasa de buen modo. Cada año me cuesta mucho más leer en público, pues mis textos se han transformado con el tiempo y, hasta ahora, han tomado un carácter desequilibrado. Por lo mismo, prefiero que me avisen si leeré durante la feria o, en su defecto, me inviten sólo a leer; así me preparo mejor, tanto en el texto en bruto como en estado anímico. Por lo demás, sólo hacer la acotación de que si eres "relleno", siempre leerás al principio del evento; mientras que los invitados a leer, lo harán en horario "prime". 
Me parece que en los últimos tres años, me han invitado a leer y me han avisado con tiempo en un solo tipo de evento: "marika/under con fuego y distorsión". Adoro, amo esas oportunidades, incluso la depresión anímica post-lectura, pues siempre es con amigos que me siento a fumar y beber un té, acompañada recupero el aliento y se calman los latidos furiosos de mi corazón.    

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