Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

15 de diciembre de 2011

No me interesa ver el chocho de otras mujeres

Una pequeña historia para el mediodía: conversaba con una muchacha que acababa de conocer, ella ocupaba el espejo de un baño para maquillarse, yo tenía mi vejiga llena y esperaba el baño para encerrarme y orinar tranquila. ¿Te vas a demorar mucho? -le pregunté-, ella me dijo que "hiciera", pues no le interesaba ver chochos de otras mujeres. Oriné tranquila y con gusto por seguir conversando con ella. La sonrisa por la ocurrencia -¡qué frase más genial!- no se me quitó en todo el día, incluso al recordarlo se me escapa una sonrisa ¿a ustedes no?.

13 de diciembre de 2011

Esos "jodidos" días de Navidad

No, no estoy insultando una celebración tan importante para las familias consumistas y compradoras compulsivas... 
Me es muy grato ver a las familias enviándose paquetes e intentando planear sus fiestas por teléfono, comprando tarjetas que se perderán antes de ser escritas y enviadas, sacrificar su alejamiento voluntario y juntarse alrededor del totem verde; en serio, me gusta la época navideña, aunque tenga las mismas quejas de todos los años, el pan de pascua casero acompañado de cola de mono casero (¿es "la cola de mono" o "el cola de mono"?) le quitan un poco de quejas a estas fiestas.
El motivo de mis quejas este año es un recuerdo de hace más o menos nueve años: ayudaba a mi madrecita a decorar el arbolito, en aquel momento colocaba las luces (ordenadas, que los espirales alrededor estén a la misma distancia, que ninguna luz se toque con otra y mucho menos que toque algún adornito, como solía decir mi padre) y mi hermano impulsado por la envidia se enojó -como todos los años- y me dijo que yo no le permitía hacer nada (ni poner adornos, ni poner las luces, ni decorar como quisiese), yo porfundamente dolida y sabiendo que en dos años debía irme de casa a otra ciudad le dije: solamente vas a tener que soportarme dos años más, después te puedes quedar con todo. Me condené de alguna forma a jamás volver a ayudar a armar el arbolito, le doy la preferencia a mis hermanos, ellos jamás me la dan a mí. Hasta hoy recordarlo me duele, mis hermano quizás no lo recuerda y ahora ni siquiera ayuda a mi madrecita a armarlo, al muy imbécil le da flojera ayudar. [Risas]

11 de diciembre de 2011

Jamás regresar

Estuve revisando las ventajas de desaparecer del "mundillo" literario y probablemente no es tan conveniente como había pensado en un principio. Digamos, por ejemplo, que a partir de este mes no asistirá a ningún evento literario: quizás algunas personas -subrayo algunas- extrañen su presencia. Luego de seis meses simplemente desaparecerá de la boca de todos. Luego de un año nadie recordará que usted asistió alguna vez, sino que se mencionará su triste ocupación actual y no importará lo que alguna vez escribió porque en realidad no era tan bueno. ¿Qué va mal hasta entonces?, pues que aquello que en algún momento le apasionó ahora forma parte de una línea paralela de tiempo, "usted hoy" no es el mismo "usted aspirante a literato" porque ahora no puede tomar un lápiz y escribir con la misma eficacia operativa de entonces. ¡Bingo!... un momento... ¿como es que algunas personas desaparecidas aún están dentro de nuestras cabezas y se les recuerda como hace cinco o diez años?. Desaparece y deja el oficio, condénate a un triste futuro que jamás podrás disfrutar. Desaparece y continúa, siempre recordaremos -amaremos- a aquellos que maduraron y jamás dejaron de hacer lo que les quitaba el sueño (¡no la embarres maldito bastardo, el alcoholismo no te hace mejor, te hace un estúpido imitador de cuarta!). ¿Qué hacer?... [suspiro].

[¿Continuará?]

5 de diciembre de 2011

Odio, envidia

En estos momentos estoy bastante enfadada, miro a mi hermano como a un desconocido y con tanto odio que quisiera estrangularlo, me largo a mi habitación mientras él está en la sala, preparándose despreocupadamente un café, le odio ¡le odio!

Por alguna razón extraña también siento envidia, por estar diluyéndome como una gota de sangre en alcohol dentro del vaso roto que cortó mi dedo, ¿existirá mi nombre en uno o dos años más?...