Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

25 de febrero de 2010

Convirtiendo la fortuna en desgracia. [Sobre el sentimiento de angustia].

[Original: Junio/2008]

Los noventa minutos de esa clase solo fue un sueño, apenas recuerdo algo de lo dicho por el profesor, pocos alumnos, un aire enrarecido que me invitaba a cerrar los ojos. Finalmente el sueño me venció. Al salir de la sala no podía mirar directamente el camino a casa, el sol hería mis ojos, apenas podía levantar la mirada, seguí todo el camino con la mirada baja. Solo me quedaba seguir perdido en la angustia que sentía dentro. En algún momento miré las hojas que se acumulaban bajo un árbol, pensé en mí como una planta que pierde sus hojas lentamente, dejando escapar la felicidad con los días. Cada hoja se llevaba la alegría de seguir viviendo por algo en el mundo, eso es todo. Caminé como si nada sucediera, no miraba al frente. Caminé como bajo un hechizo, mirando al suelo, mis pies no se detenían, solo evitaban los obstáculos y me hacían avanzar. No recuerdo bien lo que me llevó a caminar tanto si me sentía muy cansada. Despertaba y dormía a ratos, sobresaltada con pesadillas sangrientas, sentía mi cuerpo débil en aquel sueño horrible, me desmayaba. En la vida real, sobre mi cama, despertaba asustada, casi sintiendo ese mareo horrible que en el sueño me hizo caer. Cuando ya pasaron cuatro días de despertares violentos, me decidí a no dormir la noche siguiente. En la noche pude pensar mejor todo aquello que sentía. La sexta noche pude dormir sin pesadillas porque mi mente estaba exhausta por la noche en vela. La angustia seguía allí cuando desperté.

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