Oh, otro año en que no puedo dejar pasar la oportunidad de saludar a una de mis cinco personas favoritas. Mi madre ha sido alguien especial entre los "especiales", está en el número 2 en mi lista de personas que jamás odiaría. Se me aparece tibio el recuerdo del pan con mantequilla que te gusta tanto, por eso tuesto pan esperando que su aroma me traiga recuerdos de ti. Recuerdo mil cosas que hiciste, mil palabras que dijiste con afecto y otras mil imágenes de ti sonriéndome a pesar de todo. Me retaste por no mostrarte las cartas de mi "pololo", me enojé porque te metiste en cosas que intentaba ocultar. Ahora, y para mi desgracia, hablamos de cosas tristes cada vez que nos vemos, me dices cosas como "cuando termines de estudiar, lo primero que vas a hacer es irte lejos y nunca más me volverás a ver", "lo único que quieres es largarte", "quieres deshacerte de nosotros", no me gustan esas conversaciones, lamentablemente son lo único que recuerdo de ti en estos momentos, a pesar del olor a pan tostado. Mis gatitos me acompañan "por mientras", lo prefiero así, aunque mi papi me diga "te condenaste", me pregunto si diría lo mismo si en vez de gatos fueran guaguas, me pregunto si tu piensas lo mismo. Si algún día me voy muy lejos ten presente que no te olvidaré, aunque pase algún tiempo. Si algún día decido convertirme en vagabundo y marcharme a algún lugar inhóspito no podré olvidarte y quizás algún día vuelva, espero que estés ahí.
No es un "buen saludo", pero son los sentimientos que se me vienen a la mente ultimamente, agravado por una falta de ánimo en general y un desprecio por la vida que hace rato me viene molestando. Ahhh ¿que haré?. Sé que no sirve como excusa, pero quizás al leerlo percibas la causa.
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