Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

19 de febrero de 2011

II. Café azucarado con cabellos canos

Un segundo encuentro fascinante -esta vez con una mujer medio hippie- me hizo recordar que en el momento que menos lo esperas las agradables sorpresas del sexo femenino te hacen estallar de emoción. Tenía un vaso blanco en la mano izquierda, se acercó lentamente a saludarme, nos besamos las mejillas y ella tenía la punta de algunos de sus cabellos humedecidos con café, lo vi y de inmediato le dije que su cabello estaba sucio, quité el café con los dedos de la mano izquierda, arrastrando la espuma del café hasta las puntas de su cabello castaño cobrizo. Ella miró a otro lado y yo me fui a un lugar solitario a oler mis dedos, a lamerlos, a disfrutar del café azucarado de aquella mujer medio hippie.

2 comentarios:

C... dijo...

Hermosa droga es el café

Virgilio dijo...

¡Un relato fascinante! Con personajes que caen en actitudes realmente enfermas, atractivas, misteriosas…
“me fui a un lugar solitario a oler mis dedos, a lamerlos…”
Como Panero cuando deje de escribir poesía:
L.M.P: Cuando deje de arrastrar el malditismo y toso eso, me gustaría dedicarme acariciar las cabezas de los niños autistas arrancándolas de las manos mórbidas de los siquiatras.