Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

11 de junio de 2010

Maestro errante

Leímos que nuestros escritores favoritos escogieron a sus maestros, entregaron cuerpo y alma a esa persona que admiraban, aprendieron de ellos y luego siguieron su tormentoso camino. Hay quien escogió maestros muertos, así llegaron a sus libros y se regocijaron con miles de páginas que les enseñaron a escribir. Imitar algún estilo es común en los primeros años, luego leemos poesía y queremos escribir poesía, leemos un cuento e intentamos “armar uno”. Y después aparecen los iluminados que le dicen al mundo “me salió a la primera” “comencé a escribir desde muy pequeño (y más encima soy re-weno)” ¿cómo puedes jactarte de ser bueno si a duras penas has leído diez libros en toda tu vida? ¿cómo puedes ponerte a la altura de un sujeto que lleva cincuenta años escribiendo?. Hay quien dejó de crear porque sintió que los escritores eran inalcanzables, sintió que ofendía a los grandes con su humilde hoja subrayada y apenas corregida. ¿Qué sucede si abandonamos el oficio? ¿nos convertiremos en lectores empedernidos y desaparecerán los poetas bohemios? ¿ya no se editarán libros? ¿jamás recibiré una carta? ¿nunca podré contestarlas? ¿perderemos todo interés?. Quiero escribir y lo hago, no soy buena y lo reconozco. Cuando hay mucha gente el nerviosismo no me permite pensar claramente y actuo de acuerdo a ese malestar. Ocasionalmente sientu odio y maldigo. Me siento importante y alguien me dice que no es así. Pase lo que pase sigue escribiendo, quizás los primeros diez años no puedas hacerlo bien, pero cuando creas que no vale la pena, recibirás una señal que te dará ánimos suficientes para seguir (o quizás nunca nadie crea en ti, don´t try).

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