Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

18 de abril de 2016

Carrie - El caso del vestido de graduación

Me topé un día con la película "Carrie", la última adaptación que hicieron; no la había visto ni leí el libro, aunque sabía bien de qué iba (¿quién no?). Decidí verla porque recién había comenzado. Cuando llegaba ese momento en que va a un local comercial a comprar su vestido de graduación, viendo la vitrina y luego, escogiendo una tela preciosa, comencé a recordar mi propio vestido de graduación o la idea que tenía de cómo tenía que verse mi vestido, pues jamás lo tuve ni fui a la dichosa fiesta. Busqué una imagen en internet de Yūko Ichihara, la loquilla de la tienda de deseos del anime "XXXHolic", particulamente el vestido que lleva en la siguiente imagen: 


El primer obstáculo -que me apenó bastante- fue escuchar de boca de mi madre: ese vestido es súper difícil de hacer, no parece ni vestido. Mi respuesta fue: ...pero mamá, no lo quiero tal cual, ni sombrero ni sombrilla, ni tanta tela ni medias caladas, quiero algo que se le parezca; mientras pensaba "quiero algo bonito y único, armadito y coqueto. No esas weás que venden en las tiendas". A la semana había convencido a mi madrecita de comprar la tela y los botones dorados (que yo pagué) y de comenzar a confeccionar el vestido. No había llegado a encontrar la tela negra cuando llegó mi padre y dijo que aquel vestido era ridículo, no permitiendo que mi madre comenzara a confeccionarlo y prohibiendo que yo asistiera a la fiesta. La tela era preciosa, color crudo, transparente, vaporosa y con mariposas bordadas; acabó siendo una falda pantalón estilo indio que hacía juego con la blusa de mangas transparentes y drapeado en el frente. Aquel soso traje lo usé en la cena con compañeros de clase y todos los padres de éstos. Los botones dorados metálicos con un escudo en el centro, acabaron dando color a una chaqueta de cotelé negro: mi madre la hizo y me la envió en 2006, hace un mes la botó a la basura porque el negro se había teñido de rojo de tan vieja que estaba. El traje aún lo tengo, le guardo cierto cariño. Odié mucho tiempo todo lo relacionado con mis años de colegio, incluído por supuesto el jodido chasco del vestido; me dolió no tener ese único vestido, me importó nada no ir a la absurda fiesta.      

No hay comentarios: