Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

22 de marzo de 2009

Consecuencias de estar "tocada".

Todo el día enbobada y para mi desgracia, se me nota en el rostro. Ultimamente pienso mucho en cosas que no recordaba, se me vienen a la mente detalles que había olvidado, evoco pequeños actos que en su momento significaron profunda alegría ¿por qué, en este momento, se me viene a la cabeza tanta tontera del pasado? me siento "pava" porque no estoy poniendo atención a mi alrededor, no escucho cuando me hablan, no atino a emitir un juicio inteligente cuando piden mi opinión, no puedo concentrarme en una conversación porque no puedo seguir el hilo del tema.

Me siento un poco tarada entre tanta gente que conversa y se rie, muchas veces no tengo tema en común con la gente que acabo de conocer, por lo tanto mi reacción es quedarme divagando, viendo cómo se mueve una pelusa frente a mis ojos, pensando en el nombre de mi próximo escrito, quizás maquinando alguna escena porno o recordando cómo la rubia me servía "el tecito" como a mi me gusta (inserte risa maniaca aquí), entre pensamiento y pensamiento me quedo callada y allí empiezan a mirarme feo. He ahí otro asunto: más que no poder integrarme (cosa que es parte de mi particular "forma de ser"), me molesta que el resto crea que ando "pal loli" porque me quedo callada, piensan que tomé mucho, que ando colgada o quien sabe qué cosa más. Unos detallitos que quiero que el mundo sepa:
-Si me quedo callada: no toda la gente habla hasta por los codos con un poco de trago.
-Si no participo de la conversación: no es que esté aburrida solo me fascina observar muy bien algo que me gusta, así puedo recordarlo mejor.
-Si no estoy tomando (como el resto): no quiere decir que me estoy muriendo o algo, solo que "estoy en mi propia volá".

Extra: se me olvidaba la experiencia inolvidable de este fin de semana.

Muy cerca de mi pierna envuelta en jean, podía observar el rasgueo sobre las cuerdas de una guitarra, el aire impulsado por aquella acción golpeaba agradablemente mi muslo, sentí cosquillas y una ganas incontenibles de sonreir, los dedos que se movían frenéticos eran de la muchacha del mini-vestido verde (la misma chiquilla que tanto me alegra estas últimas semanas). Podía sentir en mis brazos una familiar sensación fría, me hizo recordar el desierto en la madrugada. Luego de una pequeña introducción al tema, una muchacha delgada comenzó a cantar emocionada, a partir de ese momento su voz fue una marea que inundaba el aire que yo respiraba encantada. Un par de temas y me sentía hipnotizada, estaba perdida en medio de recuerdos que hicieron que mis ojos se cerraran. La sensación de estar en la tierra desapareció, yo flotaba libre en medio de las estrellas que colgaban del infinito, sin rumbo, sin destino, sin recuerdos.

Estar allí me hacía verdaderamente feliz.

[Quizás continúe...]

21 de marzo de 2009

Hasta cuando soportar algo bueno [Parte I].

Si me dicen: "aprovechemos mientras la Pía está contenta" ¿es un cumplido o qué?, la pregunta me pilló de sorpresa y estoy escribiendo al respecto porque prometí escribir cada día del verano [sea para "afinar el talento" o "pulir el diamante"]. Si dicen que floto por el mundo con cara de enojo, disgusto y/o ira, es agradable que de vez en cuando te digan algo lindo como "que bella es tu sonrisa" o "te ves bien feliz", solo que hasta cierto punto, luego resulta molesto porque te están diciendo "no nos gusta que andes con cara de pescado cuando andas con nosotros".

Primero: nunca me enojo porque si.
-La diferencia está en la intencidad el enojo, cuando ando con "la weá", puedo encerrarme por horas o días en mi universo y descargar mis sentimientos en la soledad, cuando ando de buenas el enojo no pasa de unas chuchadas en arameo y algún que otro improperio en voz alta.
-Mi felicidad si que es rara, sonrío sin tener razón coherente con esa sonrisa, me da mucha risa [de esa incontrolable y un poco absurda] por razones bastante ínfimas, por cosas sin sentido, por detalles que a nadie importan.

Ahh, me da sueño, quizás algún día haya segunda parte, hasta entonces:
no es bueno soportar algo bueno, por demaciado tiempo.

[Continuará].
[Escrito original: 15/enero/2009]

13 de marzo de 2009

El feo perro que me ladra y una cuestión fundamental.

Manías de culparse. Me acordé que hace algún tiempo mis padres me decían: "tu no nos vas a pasar la cuenta", no lo entendía entonces y tampoco lo entiendo ahora (por lo menos no en su totalidad). Leí algo sobre drogas y antes de entrar en materia, el autor ponía algunas frases que suelen decir los padres cuando se enteran de que sus hijos consumen drogas, una de ellas era "¿qué hicimos mal?", y otra vez la pregunta ¿por qué se culpan?. Según mi mente (medio trastornada, no se fíen), el tiempo que pasamos junto a nuestros padres es muy poco, consideremos el tiempo que pasamos dentro del sistema de educación, son doce años de ir y venir, conocer gente (por lo general a 35 compañeritos o más) si es que no te cambias de curso y qué hablar de cambiarse de colegio, además que tus padres te metieron en el jardín infantil cuando apenas estabas disfrutando tus primeros años de vida, a lo que voy es que no solo recibimos influencias de nuestros padres, ellos nos enseñaron a caminar, pero no pueden evitar que 35 personas que no conocen se te acerquen y te hablen. Hay muchos asuntos que no conocen tus padres, como el momento exacto en que conociste en persona un cigarrillo o la primera vez que te tomaste una cerveza (quizás ni tu mismo te acuerdes ¿lo sabrán tus padres?). O sea, la culpa es de nosotros mismo, por "meter la pata" y no saber cómo sacarla. De todos modos, allí no termina el asunto. Según el pensamiento crítico que suele seguir mi tío, la culpa viene de los padres cuando no saben detener la situación cuando toma tintes peligrosos. ¿Acaso no se nota cuando algo va mal con los hijos?, supongo que los padres notan cualquier cosa, después de todo se han encargado de ti, en tu corta vida, entonces ¿cómo es que algunas situaciones merecen un reto de proporciones cósmicas, haciéndote llorar cuando es demasiado tarde y diciendo cosas como "no nos vas a pasar la cuenta"?.
Caminé a través del pasaje y miré al perro feo que siempre me ladra ¿será que siente mi olor a gato? ¿será que hay algo más tras sus ojos saltones y su cara de perro idiota?, nunca lo sabré. Llegué a mi casa y casi sin fijarme estaba nuevamente sentada jugando GTA, atropellaba a un montón de gente con un auto que recién había robado, eso me sacó un par de sonrisas y seguí preguntándome el por qué de tanto pensamiento problemático, me prometí no pensar en eso hasta el otro mes, para esas fechas mi padre me visita, para esas fechas su presencia me recordará que no puedo pasarle la cuenta.

8 de marzo de 2009

Una excusa sin mucho sentido.

Me daba vueltas en la cabeza un asunto, ese fue el desencadenante de malos pensamientos que me llevaron (otra vez) a aislarme. Me pasa seguido ahora que soy más adulta. Es raro, me viene una idea a la cabeza, luego se transforma en un asunto que no me deja dormir, después siento que no puedo salir de casa y finalmente me aislo, dejando que el mundo siga su curso sin mi presencia. Me siento mal por abandonar a unos amigos que conocí recientemente, pero no puedo seguir reuniéndome con ellos si me siento mal por dentro, temo que mi estado de ánimo los afecte, no sería justo porque ellos han sido (muy) buenos conmigo. Espero que mi ausencia no se malinterprete, espero que la muchachita del mini-vestido verde no se enfade por mi impertinencia.