Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

13 de marzo de 2009

El feo perro que me ladra y una cuestión fundamental.

Manías de culparse. Me acordé que hace algún tiempo mis padres me decían: "tu no nos vas a pasar la cuenta", no lo entendía entonces y tampoco lo entiendo ahora (por lo menos no en su totalidad). Leí algo sobre drogas y antes de entrar en materia, el autor ponía algunas frases que suelen decir los padres cuando se enteran de que sus hijos consumen drogas, una de ellas era "¿qué hicimos mal?", y otra vez la pregunta ¿por qué se culpan?. Según mi mente (medio trastornada, no se fíen), el tiempo que pasamos junto a nuestros padres es muy poco, consideremos el tiempo que pasamos dentro del sistema de educación, son doce años de ir y venir, conocer gente (por lo general a 35 compañeritos o más) si es que no te cambias de curso y qué hablar de cambiarse de colegio, además que tus padres te metieron en el jardín infantil cuando apenas estabas disfrutando tus primeros años de vida, a lo que voy es que no solo recibimos influencias de nuestros padres, ellos nos enseñaron a caminar, pero no pueden evitar que 35 personas que no conocen se te acerquen y te hablen. Hay muchos asuntos que no conocen tus padres, como el momento exacto en que conociste en persona un cigarrillo o la primera vez que te tomaste una cerveza (quizás ni tu mismo te acuerdes ¿lo sabrán tus padres?). O sea, la culpa es de nosotros mismo, por "meter la pata" y no saber cómo sacarla. De todos modos, allí no termina el asunto. Según el pensamiento crítico que suele seguir mi tío, la culpa viene de los padres cuando no saben detener la situación cuando toma tintes peligrosos. ¿Acaso no se nota cuando algo va mal con los hijos?, supongo que los padres notan cualquier cosa, después de todo se han encargado de ti, en tu corta vida, entonces ¿cómo es que algunas situaciones merecen un reto de proporciones cósmicas, haciéndote llorar cuando es demasiado tarde y diciendo cosas como "no nos vas a pasar la cuenta"?.
Caminé a través del pasaje y miré al perro feo que siempre me ladra ¿será que siente mi olor a gato? ¿será que hay algo más tras sus ojos saltones y su cara de perro idiota?, nunca lo sabré. Llegué a mi casa y casi sin fijarme estaba nuevamente sentada jugando GTA, atropellaba a un montón de gente con un auto que recién había robado, eso me sacó un par de sonrisas y seguí preguntándome el por qué de tanto pensamiento problemático, me prometí no pensar en eso hasta el otro mes, para esas fechas mi padre me visita, para esas fechas su presencia me recordará que no puedo pasarle la cuenta.

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