Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

31 de agosto de 2020

Sobre los deseados y los no deseados [Parte I]

Debate en clases de filosofía y psicología.
Yo estaba en tercero o cuarto medio, el profe siempre nos proponía un tema y nos pedía situarnos a uno u otro lado del aula para saber de qué lado estábamos (a favor o en contra); no me agradaba estar con un puñado de gente que decía estar "a favor" o "en contra" -lo encontraba demasiado sencillo- y solía sentarme al fondo de la sala y decir abiertamente: "estoy en medio" o "estoy sentada acá, pero estoy de acuerdo con tal y tal". Después de elegir un lugar, comenzaban a tomar la palabra para explicar por qué estaban ahí. No recuerdo el tema de cada debate (tengo la impresión de que fueron muchos), pero el del aborto me impactó y aún recuerdo algunas cosas porque quienes hablaron de modo más duro, eran mis amigas. Yo sabía que estaba a favor del aborto, pero no sabía bien la razón: o sea, ni siquiera tenía un buen argumento o alguna razón de peso, tampoco había hablado de eso con nadie abiertamente, jamás había escuchado el término "feminismo" (en serio), incluso me había topado con algunas campañas "pro-vida" sin siquiera sospechar que se trataba de eso -la famosa carta del feto abortado, escrita a mano y leída por todo el curso; el típico trabajo de biología en donde se ven imágenes de fetos mutilados detallando el resultado según qué tipo de aborto se practicaba-, sí sabía qué significaba a nivel biológico, sabía que pasaba de modo natural también (toda madre tiene una historia de pérdida en su vida fértil) y poco más -datos sueltos-, eso era todo lo que sabía del aborto. No importaba mucho si yo hablaba o no, porque, como escribí arriba, poco sabía. Así me dediqué a escuchar atentamente lo que decía el resto (a favor y en contra), yo intuía lo que dirían algunas de mis amigas porque conocía sus creencias religiosas, particularmente de dos que eran mormonas (aunque la única certeza que tenía acerca de esas dos era lo que siempre decían "el plan de Jesús para nosotros es que tengamos familia e hijos"). El profe igual hacía preguntas y algunos respondían según su lado. En algún momento una chica dijo: "una vez escuché que una mujer embarazada odiaba tanto a su bebé y le hablaba de mal modo o lo insultaba, y el bebé nació sordo" (o ciego, no recuerdo con tanto detalle). Ahí saltaron varios dudando de la historia, a mí me dio un poco de risa -pero ni pensar en reírse-. Luego el profe tira otra pregunta: ¿qué pasa cuando la madre no quiere al bebé, qué debe hacer si no lo quiere? Ahí mi amiga mormona dice: "bueno, aunque no lo quiera, debe tenerlo, no tiene que abortar, ya verá si lo regala por último". A mí me dejó impactada y no fui la única. Me parece que sonó muy brusco eso de "regalar un bebé" y, claro, la gente comenzó a pedir la palabra y hablar a lo loco sobre la imposibilidad de "regalar bebés". Yo creo que nadie sabía bien lo que sucedía después de 1.- abortar y después de 2.- parir un bebé no deseado; razón por la cual nadie pudo dar buenas razones en favor o en contra del aborto. Ahora, si lo vemos desde un punto de vista objetivo, nadie cambiará de opinión con un pobre debate escolar; creo que este tema sólo se reflexiona cuando te toca vivirlo (de cerca o de lejos), ahí es donde realmente importa lo que pienses y lo que decidas hacer. 
Cada mujer que desea un embarazo no está pensando en que lo "perderá", hasta que pasa; tampoco piensan que padecerá de alguna enfermedad, hasta que pasa. Cada mujer que se embaraza es quien debe pensar qué quiere con esto, cómo lo toma, qué hace y qué no; se espera que no esté sola, se espera que sea una buena experiencia. ¿Me importa? no. ¿Debo opinar al respecto? no. 
Tuve la buena oportunidad de ser invitada a dos "baby shower" (antes de cumplir los 20) a pesar de todo; digo, la gente suele creer que si no quieres tener hijos, odias a los niños y no te gustaría estar involucrada en esos asuntos. La primera vez fue en el colegio -tercero medio, me parece- y todas las chicas del curso fueron invitadas, menos mi mejor amiga (porque tuvo una rencilla con la embarazada). Esta chica y su madre estuvieron embarazadas casi al mismo tiempo y era súper extraño celebrar un baby-shower en su casa, mientras madre e hija lucían panzas prominentes. Yo estaba en el colegio y, a pesar de haber leído acerca del embarazo adolescente, jamás imaginé que una compañera de curso -a los 17- pariría una guagua; ella perdió el año escolar porque su embarazo fue desagradable, faltaba mucho a clases porque pasaba con náuseas y era evidente que se sentía extraña en clases (los escolares de otros cursos la miraban harto y no de buena forma). En el baby-shower creo que fue la última vez que la vi, tampoco la vi al año siguiente en el colegio. En primer año de u me junté con un grupo de amigas y organizamos un baby-shower doble; dos compañeras de carrera estaban embarazadas, me parece que fue en octubre. Yo no acostumbraba a pensar mucho en embarazo y cosas así, también me impactó saber que esas chicas que no pasaban los 19 estaban embarazadas; pensé que perderían el año y era poco probable que retomaran sus estudios. En el baby-shower nos esforzamos harto para que fuera una celebración agradable y divertida, habían hartas mujeres ahí, casi todas las del curso. Yo la pasé genial y comí harto (como siempre). Ambas nos contaron las circunstancias en que se dio el embarazo: una historia fue lo que yo pensaba "típica" en primer año, sexo a lo loco con alguien al azar y embarazo no deseado; la otra era triste, la chica -un año antes- había perdido un embarazo de ocho meses y ahora deseaba, con todo el corazón, no tener problemas. Yo quedé enferma con ambas historias, sorprendida; por todo el prejuicio que arrastraba, mi opinión era bastante dura en ese momento, pero no la hice pública y seguí relacionándome con una de las chicas, la que siguió con sus estudios.    

Los mitos asociados.
Quizás recuerdes, siendo un escolar, haber leído una cartita que hacía llorar a la mayoría (creo que se la daban sólo a las chicas, pero no me consta): esa carta del bebé abortado. Quizás no te llegó en papel escrito a mano, sino como cadena a través de mail. Comienza enganchando con lo emocional (un feto hablando a su mamá, diciendo que espera nacer luego para conocerla) y lees lo que está sintiendo el feto antes del aborto en primera persona, luego comienza a describirte que le están haciendo daño y terminas llorando porque apela a las emociones y es fuerte; todo el rato usa eufemismos, pero alcanzas a vislumbrar que describe la lenta y progresiva mutilación de sus miembros. Arriba describí también ese típico trabajo de biología sobre el aborto y cómo se ve el feto dependiendo de cada procedimiento médico; mi profe encontró este trabajo bajo su escritorio y lo leyó mientras yo curioseaba también (en ese tiempo yo cursaba séptimo básico), recuerdo las imágenes -fotografías a color- y las descripciones -breves, pero precisas-, también que la profe dijo: "no tenía idea de que así se veía un feto después de un aborto". Yo no leí más sobre el tema y tampoco pensé mucho sobre eso, me parecía de poca importancia y ajeno, tampoco alcanzó a picar mi curiosidad, así es que por mucho tiempo no indagué más, pero en algún momento, cuando tenía un proyecto de cuentos relacionados con la teratogénesis (alrededor de los 25 años) comencé a leer de todo y me topé con varias joyitas de las que no se habla o es incómodo conversar.   

Bebés en cajas de mantequilla: la película (1995). 
Acá te dejo una reseña sobre la historia real, el libro y la película: Butterbox babies, por si no conoces nada del caso. Quizás no te suene de nada, pero yo vi esta película en la tele y no tuve problemas con mi familia (mi madrecita me censuraba las películas que eran "subidas de tono", o sea, en las cuales había sexo explícito o situaciones sexuales varias); en general podía ver películas en donde la gente se mataba, pero no si tenían sexo. En esta película vi algunas cosas que no entendí en el momento, pero que digerí con facilidad; digamos, creí que era una película no más y eran bien triste, pero ok, en esos años qué iba a saber que eso pasó, continúa pasando y pasará en el futuro. Muchos años después recordé la película y la busqué, ahí me enteré de que todo eso estaba basado en un hecho real y se parecía mucho a la opinión de mi amiga sobre el aborto "si no quieres al bebé, regálalo" (no importa qué pase, debes tenerlo igual); esa casa de cuidados para madres embarazadas funcionaba como un orfanato ilegal, quisiera o no la madre, se vendían niños y otros tantos murieron ahí. No me extenderé acá porque ver la película es más descriptivo y al final es para ilustrar un poco sobre lo que estoy escribiendo acá. A pesar de haber digerido bien la película, debió sorprenderme en su momento; yo acostumbraba ver dos películas a diario en la tele, a lo largo de muchos años durante cada día de mi vida escolar, por lo que recordar una en particular, entre cientos de otras, debe significar que algo extraño sentí al verla. 

¿Es aceptable no desear a un niño enfermo? 
Hace un par de años vi a una mujer joven en la tele hablando sobre la sensación de tener a un niño "con problemas" (no recuerdo si tenía síndrome de down o si era autista); ella decía, muy apesadumbrada, que le cargaba cuando sentía que debía responder "es un angelito" cuando la realidad era distinta; igual cuando le decían "es un angelito de dios" o algo por el estilo, porque sabía que nadie decía que tener un niño enfermo era una carga, que era difícil, que era terrible -en algunos casos- y era peor cuando sabes que ese niño jamás encajará en ningún lugar. Hablemos de este país absurdo en donde nadie se hace cargo de una educación apropiada para niños sanos y en plenas facultades físicas y mentales; imagina a dónde van a parar esos niños distintos, esos "angelitos de dios" que son apartados todos los días. Recuerda esos casos que han llegado a ser mediáticos porque los padres reclaman, a viva voz, que se discrimina y margina a sus hijos. Me quedo con la impresión de que en nuestro país el punto es: ya que debes tener a un hijo, pase lo que pase antes, durante y después del embarazo, pues tenlo y ve tú cómo te las arreglas con la guagua, pero debes decir que lo amas porque es inaceptable decir algo malo de los hijos que has parido (jamás será una carga, un problema o un hijo no deseado).
Hay algunas cosillas/artículos (este es uno que resume la idea) que se comentan en rrss sobre países en donde el aborto es legal, eso de que no están naciendo niños distintos (o sea, niños a los cuales se le puede diagnosticar enfermedades mientras se están gestando), la polémica va con grupos ultra conservadores (los que pelean son de países distintos al citado en la noticia) que publican cosas como esta: "Triste verdad. Las noticias celebrando 'la terminación del 100%' de los niños con Síndrome de Down. Los niños con Síndrome de Down deben ser queridos, no terminados". 
Sitúate acá: vives en un lugar en donde el aborto es legal, no hay personas que se opongan al aborto (de parte del estado, de la religión o de las personas), el procedimiento es calificado como algo "regular" (como cualquier intervención médica) y te asegura que no habrá consecuencias físicas para ti; nadie te juzgará, nadie se interpondrá en tu decisión, nadie te dirá nada la respecto; no debieras sentir culpa porque las circunstancias están siempre a tu favor. Imagina que te sometes a un control médico de rutina y te dicen que tu hijo tiene altas probabilidades de nacer con una anomalía cromosómica y te informan de qué se trata y que pronóstico tendrá el niño en caso de nacer. Pregunta incómoda: ¿escogerías parir a ese niño? Otro detalle, si escoges tener a tu hijo, te dan todo el apoyo necesario para que tenga una vida plena y llena de oportunidades, el estado se encarga de asegurar una calidad de vida excelente para cada uno de sus ciudadanos. Al final, en estas circunstancias particulares, quien toma la decisión es la madre. ¿Existen realmente las condiciones para tomar esta decisión de este modo? no. Por cada situación "ideal" que describí arriba, existe una contraparte y, en medio, todos los matices que imagines. La propuesta acá es imaginar distintas situaciones y es necesario que estos temas se hablen más, con tus amigas, con tu pareja, con amigos, con la familia. Me parece interesante que esto sea algo "del día a día" y no de "momentos", no sólo para debates escolares o para juzgar, insultar o atacar a alguien; sea lo que sea que pienses al respecto, habla con tu entorno.
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Llegando a esta parte de la entrada, me di cuenta de que estaba tomando un carácter distinto. Creo que esta entrada, más que cualquier otra, puede servirle a alguien. Ahora mismo me siento inútil, el concepto de "comunidad/comunitario" parece impregnarlo todo y yo me encerré sola; el entorno llama a organizarse, a colaborar, a luchar; yo me encerré sola. Quizás esto no es mucho y quizás tampoco sea una ayuda activa, pero creo que a alguien podría servirle; por eso la continuaré en la misma línea. 
PD: También decidí publicarla en dos o tres partes, se viene larga.       

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