Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

11 de junio de 2015

Cambiando el mundo

Una vez, hace muchos años, conocí a una chica, Mara; ella fue la persona que mayor puntaje sacó al ingresar a la carrera que ambas y 58 jóvenes más estudiábamos. Siempre me pareció una mujer retraída, absurdamente tímida, yo la buscaba con la vista y estaba detrás de un árbol repasando los apuntes para la siguiente clase. Una vez la envidié terriblemente, tanto, que parecía que mis ojos querían quemarla y me dolió, además de avergonzarme al punto de sentir náuseas; aquella vez bebíamos en un bar, muchos de la carrera, un sujeto un par de años mayor intentó “hacerse” el simpático conmigo, yo le rechacé, al rato estaba con Mara, riéndose y besándose. Podrías pensar que sentía envidia por el hecho de que ella lo había aceptado, pero yo no y ahora ambos disfrutaban juntos… lo que a mí me perturbó era el hecho de que ella podía desenvolverse exitosamente en un carrete después de clases sin sentirse miserable; ella amaba estudiar, adoraba la universidad y disfrutaba estando con sus pares. Abandoné la universidad y con ello a todas las personas que conocí, borré de mi vida a todos, los 59 estudiantes que entraron ese año conmigo. Un día, años después, la vi comiendo en un local de comida chatarra en Las Compañías, cerca del lugar en que ella vivió su infancia y cerca de donde yo vivía la etapa más lúgubre de mi vida; me dije ¡esa chica es profesional! ¿qué chucha hace en un local de Las Compañías comiendo chatarra a las once de la noche? la odié en secreto, era evidente que para ella yo era una desconocida y no sacaba nada con hablar sobre ella con mi acompañante. Hace un año o más, leí sobre ella en un periódico local, estuvo involucrada directamente con la limpieza, mejoramiento y maravilloso rescate de parte del canal Jaramillo, comenzando con un “peladero” cercano al hogar donde creció; ella usó su título para ganar un fondo y ayudar a su comunidad, regalando un parque que de seguro disfrutarán sus hijos algún día. No veo egoísmo en todo esto y agradezco que ella usara su “cartón” para esto, lo agradezco porque lo que ella hizo, no lo había hecho nadie más a esa escala. ¿Estamos aquí para cambiar el mundo? 

“La vida de ustedes los seres humanos, es tan insignificante, viven tan poco, que no importa en realidad lo que hagan, no alcanzan a hacer nada, sus vidas no valen”: lo escuché en un programa de dibujos animados y me dije, está bien, es cierto, me resigno a morir sin haber hecho nada. ¡Para tu carro! ¡para el jodido carro! No se trata de ser inútiles, es que bajamos los brazos demasiado pronto, decidimos heredar nuestras esperanzas para que la próxima generación haga algo, solucione lo que nosotros no pudimos.