Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

25 de noviembre de 2008

Un viejito y la generación esquizofrénica.

Escuché a un viejito (no es por ofender, pero en realidad era un viejito, de esos curcos, que hablan bajito, visten formal y de tono claro), la clase de persona que encuentras en un lugar como un Café Literario. Escuché de esos labios que toda la gente joven pertenecía a una generación esquizofrénica ¿ah?, nos considera enfermos, con nuestras pintas raras, con nuestros rostros de expresión disconforme, con nuestros códigos retorcidos y nuestra música estridente. ¿Acaso no es este el mundo que los viejos construyeron?, las guerras, las revoluciones, el escándalo, la verdadera pelea fue provocada por los viejos que ahora andan flotando por el mundo y nos llaman enfermos, ¿tengo razón?. No tengo la más mínima intención de pelear, de arriesgar el pellejo por algo que ya se hizo, no quiero malgastar energías en algo que ya se inventó ¿qué deseo entonces? ¿qué clase de impulso me mueve a sobrevivir cada día solo para ver el atardecer?. La gente solía morir por defender una causa, yo no tengo causa por la cual morir ¿tiene que ocurrir alguna catástrofe para que quiera pelear con todas mis fuerzas, aunque la vida se me acabe en eso?. Lo que pasó en la historia siempre estará allí, recordando que la gente murió por el mundo que hoy conocemos, recordando que las personas son capaces de revolucionar el mundo. Me pregunto qué guerra ganó el viejito, me pregunto si encontraré la causa de mi vida, me pregunto si mi existencia va más allá del simple hecho de ocupar espacio en la tierra.

16 de noviembre de 2008

Si no quieres pensar en eso, no lo hagas.

La subida de ánimo duró menos que yo en una disco.
Ohhh, me parece que tres días se demoró esa sensación exquisita en comenzar a irse de mi cuerpo, a los siete días definitivamente se extinguió todo vertigio de la felicidad. Estaba sentada frente a una plaza, con gente que disfrutaba de la noche, ellos no estaban solos. Me senté tanto rato allí que las rodillas se me entumecieron y mis dedos buscaban algo en qué ocuparse. Pensé que si algún día yo llamaba a alguien para que me consolara, esta persona aparecería... Desde que la rubia se largó, yo perdí mi lugar para sentirme acompañada, recuerdo que la llamaba y a la hora que fuese, ella me respondía, me acuerdo que iba a su casa y siempre estaba para mi, esa es la razón por la cual nunca me sentí tan mal como a mediados de este año o esa misma tarde, enfrente de aquella gente que disfrutaba de la noche. Pensé que no merecía que la gente me acompañara porque yo misma era una mala persona, que el resto del planeta está ocupado con cosas más importantes porque una persona como yo no vale la pena, en serio deliré con un montón de razones muy rebuscadas, sentí que hacía frío y me fui a comer una papas-chip. Me senté un rato en la avenida, había mucha gente allí. Un tipo medio trastornado me ofreció un cigarro que había recogido del suelo, le dije que no quería, luego me preguntó si iba para arriba (ya que él buscaba locomoción y justo enfrente mio habían colectivos), yo le dije que si, que iba para arriba, pero al cielo, ese tipo trastornado no pareció entender y se fue. Esperé allí sentada un buen rato, hasta que el aburrimiento me impulsó a pararme. Había locomoción a mi casa a esas horas, hacía mucho frío, me dolían las piernas, muchas razones para ir a casa rápido. Preferí caminar, recordé que la oscuridad es algo que me reconforta de alguna manera, me acordé de aquellas veces en las cuales recorrí una o dos cuadras a las cuatro de la madrugada desde la casa de la rubia a la mia, recordé lo feliz que me sentía de haber pasado con ella esas horas. Ese viernes, más o menos un año después de toda esa felicidad, caminaba sola en la oscuridad. No estaba feliz, me sentía llena de angustia, con ganas de comenzar a llorar en medio de ese trayecto empinado que me pone de malas. Volví a mi casa después de caminar hasta que me dolieron los pies, después de sentarme hasta que me dolió el culo, después de maldecir hasta quedarme sin improperios. Pasé el sábado y el domingo encerrada en mi habitación, no puedo ni leer porque no me alcanzo a concentrar en las lineas frente a mi, a duras penas pude hilar y escribir esta entrada. Aún estoy sudando ira, una rabia muy mal contenida que no alcanzo a comprender, me siento triste, sola. Ahhhh ¡¡¡maldita sea!!!.

9 de noviembre de 2008

Este gatito se siente feliz.

-Este gatito:

Cuando las personas descubren cual es su "utilidad", lo comprenden y disfrutan de ello, no hay nada que les impida disfrutarlo, porque los hace felices. Nunca había disfrutado de caminar lejos (o detrás) de un grupo, de hecho lo encontraba un poco deprimente, cuando comprendí que aquellos episodios tenían una razón de ser, me sentí feliz. No tengo que pertenecer a un grupo, simplemente tengo que tomar lo que deseen regalarme. Desde ahora tengo un punto importante en mi vida: toma las cosas como vengan, si vienen chuecas agárralas de otro modo.

-Se siente feliz:

Hace ya algún tiempo que no sonreía sinceramente, hace mucho que no tomaba los asuntos con calma y sin pensar. Fue un flote bastante sin sentido, especialmente por la vuelta tonta alrededor de una cuadra, terminé mi recorrido en donde comencé, pero no importaba, no me interesaba lo que allí acontecía, no me importaba que al siguiente segundo mi vida se desvaneciera, simplemente observaba y me reía, disfrutaba de la brisa nocturna y sonreía, miraba los anuncios luminosos e intentaba descifrar qué querían decir realmente.

6 de noviembre de 2008

Me plantan, me enfado y se me olvida.

No puedo creer que me hallan plantado dos días seguidos, me sentía rara, desde hacía mucho tiempo que esto no me sucedía. Digan lo que digan, que te planten dos días seguidos es bastante chocante, especialmente cuando tienes muchos deseos de ver a esa persona que te plantó o cuando dejas de hacer otra cosa por asistir y pierdes tu tiempo, pues nadie te compensa ese tiempo que perdiste esperando a esa persona que nunca llegó.
Después de flotar un rato por ahí, comprendí que me merecía que me dejaran botada, yo suelo dejar botada a la gente, no por gusto, pero de repente olvido lo que debo hacer durante el día, hay veces en las cuales me siento tan mal que no salgo de la casa en tres días, otras ocasiones en las que simplemente no deseo tener contacto con la gente del mundo exterior, ¿me pueden culpar de eso? yo creo que merezco ser plantada porque no tengo más relevancia que una planta (y no lo digo de mal modo), de todas maneras ya habrán otras ocasiones para ver a la gente, hablar con ella y flotar por las calles sin que nada se interponga en nuestro camino. Ahhh, no me siento con ganas de discutir algo que olvido apenas sucede.