Antes de leer alguna entrada de "Cierto personaje acusado de alta traición":

30 de enero de 2008

Saturno embriagado de nube gris en atardecer rojo sangre.

Inquieto es el muchachito desgraciado, pensando en que la paranoia es un mal propio del alter-ego, sugiriendo la muerte de las nubes que corren sobre su caliente cabeza, expresando incansablemente su angustia, gritándole al café con todas sus fuerzas... ¡He osado escribir en contra del mundo que no me deja suspirar tranquilo!, cruzando el desierto, contando la arena que se alza y amenaza destrozar este cuerpo. Ahhh, un salto desde el profundo abismo, hacia arriba, al cielo despejado sin querer algo más. Pequeño Saturno no permites que tu mente se despeje, sigues pensando en el cabello que sentiste entre tus dedos, en el aroma que dejó en tu piel... Olvidas siempre que no debes maldecir, la gente no desea un muchachito malhablado, no quieren saber de un joven que desperdicia su boca en tragos amargos y besos a falsos amores.
No quiere aquella mujer que la bebida opaque tus ojos, que se convierta en tu perdición. Ya no deseo que pierdas el control frente a la noche azulina, ya no quiero que corras como un niño a mis brazos ¡que yo no soy tu madre!. No me busques, no me encuentres, no quiero saber de tu olor a ron barato, no quiero saber de tus delirios por aquella rubia que te tiene hecho un desastre. Mi pequeño Saturno, ya no te pierdas en medio de la noche.

27 de enero de 2008

Mi visión de la maldad de los hijos en frente de sus padres cuando ambos son considerados adultos.

Saturno se apareció en su hogar catorce días después de terminar con sus deberes oficiales, a los adultos, que le llamaban muy de vez en cuando, no les hizo gracia que el "pequeño" Saturno renegara de su vida en el desierto. Cuando por fin se bajó de aquel animalejo que le trajo de vuelta al desierto que tanto odia, se da cuenta que (ya) no necesita los abrazos que tanta falta le hacían cuando era pequeño, ya no quiere un beso de parte de sus padres. Como buen muchacho, Saturno les hace saber a sus padres que es lo que piensa, cual es su estado de ánimo. ¡¡¡Mal muchacho!!! ¡¡¡ya no quiere el amor de sus padres!!! ¡eres un mal hijo!. Saturno de algún modo se sintió herido, no todos los días el hablar conduce a empeorar una situación, recordemos que hablar resuelve muchos de los problemas cotidianos. ¿Entonces que hacer?. Un mal hijo es aquel que desea que su madre no lo recuerde a lo largo del día porque sabe que esos recuerdos la hieren, un mal hijo dice las cosas que siente siempre con la verdad, un mal hijo quiere tener un hogar lejos de su familia porque no quiere ser una carga de por vida. Saturno por un instante se sintió confundido. Finalmente ha llegado a la idea que evita cualquier conflicto: nunca digas la verdad frente a otras personas, decir la verdad te hace un mal muchacho.

Una queja para la gente que pregunta sobre ese asunto que aún no esta dentro de mis pensamientos.

Una duda asalta constantemente mi modo de vida, toda la gente que me rodea insiste en preguntar si tengo algún tipo de relación amorosa con alguien … si, es completamente normal que pregunten esas cosas. Lo extraño, opino yo, es que yo les diga “no, no estoy interesada” o “yo nunca voy a emparejarme”. Claro, cuando una tiene cierta edad, hasta es gracioso escuchar a los niños imaginando una vida sin compromisos ni pololeos, pues todas los niños juegan al papá y a la mamá alguna vez. Cuando vas creciendo, se ríen cuando de algún modo les das a entender que no deseas tener hijos, comienzan a preguntarse si fueron malos padres para que tu pienses que la familia es algo inconcebible en tu vida futura o te dicen que por “karma” (o algo por el estilo) vas a emparejarte y tener malos hijos, fieles copias de ti mismo. ¿Los padres piensas que todas las personas del mundo están destinados a emparejarse y tener hijos?. ¡Maldita sea! ¿Cómo es que no llegué a esta conclusión antes?, la gente tiene grabado a fuego en sus cabezas que el destino del hombre es la reproducción, si no tienes hijos, eres una solterona (amargada). Cuando me preguntan siempre les respondo que no quiero relaciones formales, pero lo que en realidad origina mi seguridad es que aún no me decido por el tipo de relación que deseo o por el género de la persona que tomará ese lugar. Simplemente tengo la seguridad que me da mi inseguridad frente a cosas de la sexualidad. Mmmmm, suena extraño e incoherente, pero así es. ¡No quiero tener pareja, ni hoy ni nunca! Que se joda el karma (por supuesto respetando a los que creen en él), la gente que dice que todo se devuelve y las personas que te hacen arrepentirte por cosas que aún no has hecho. He dicho.

23 de enero de 2008

Nunca le digas a una mujer...

No, pues no soy la adorable niña que dejó la casa hace mucho tiempo. Y como ya me aburrí de toda esa "glamorosa" vida, hoy escribo como Saturno, lo que no me impide quejarme de la vida de una mujer. Supongo que desde siempre se busca algún tipo de equilibrio entre la debilidad y la fuerza. El punto exacto en el que tu vida avanza sin mayores problemas, claro, no se puede satisfacer a todo el mundo, me comporto como alguien fuerte, alguien que tiene su modo de vivir y no tiene planeado cambiarlo por un capricho, soy aspirante a ser un humano útil, características deseables según yo, aún así mi modo de ser molesta a mucha gente... ¿qué demonios piensa la gente?. El problema quizás no sea el comportamiento, ni la forma de decir las cosas, ni la ropa, ni los modales, ni lo que escribo, ni lo que pienso. El ser persona considera que uno se sienta a gusto como es, sin importar que la gente me llame insensible o frío. Percibo algunas palabras como una bala disparada al corazón, al instante esta muchacha desdichada comienza a llorar, no es por la persona que lo diga (puede ser cualquiera), lo que duele es que comportándome tal como soy o aparentando algo totalmente distinto, el mismo calificativo sale de esa boca y el mismo efecto tiene en la muchacha.
Las mujeres son seres sensibles, que guardan los problemas del mundo en sus calzones... ¿es justo que cada vez que pueden, alguien las haga llorar?. Nunca le digas a una mujer que es amarga, no cometas una error irreparable.

13 de enero de 2008

Creo que tengo la respuesta a todos los males del aspirante a agrónomo común o algo así ¿Primera parte?.

Lo expreso aquí, en el abandonado blog de un aspirante a agrónomo porque esto necesita un par de entradas dedicadas a algunos muchachos flotadores, también aspirantes a agrónomos. Espero como siempre que esto sea de ayuda o de entretenimiento, a menudo necesitamos que alguien exprese sinceramente lo que siente y que todo esto sea común a todos los que somos parte de esto.

-Síndrome “estoy en la maldita cima del mundo”: Nos sentimos, de algún modo, libres de decidir nuestro camino a lo largo del día. Vamos de un lado a otro, pensando en donde ir a comer, en donde ir a caminar, en donde ir a pasar nuestras horas libres. Lo que en un minuto eran experiencias nuevas, se convierten en actividades cíclicas, nos (mal)acostumbramos a hacer, muchas veces a la semana, la misma acción, una y otra vez a lo largo de muchas semanas. Acabamos desperdiciando nuestro tiempo en nada. Las consecuencias obvias son los maratones de estudio uno o dos días antes de alguna prueba, dolores de cabeza, malestar estomacal (no precisamente por el nerviosismo) y síntomas varios que terminan afectando nuestro normal funcionamiento. Afecta a la mayoría de los nuevos universitarios (mechones) y prevalece hasta tres años.

-Síndrome del segundo semestre: Sobreviviendo el primer semestre sin muchos sobresaltos, no significa que pasarás el resto de tus días sin preocuparte de estudiar. A menudo los novatos se sienten con la inteligencia suficiente como para sobrevivir al (mortal) segundo semestre. El error es demasiado común, pero es el mal que afecta a más gente en estos días. Un sentimiento de seguridad que se apodera de ti, prácticamente confías en tu ingenio, inteligencia, por último en tu suerte. Ten cuidado, toma precauciones, no es fácil salir del maldito lugar en el que has caído. Lo normal es que sientas que se desmorona tu autoestima, falta de ánimo y prominentes ojeras. No es fácil de solucionar, nunca intentes salir de esto solo.

-Síndrome del aspirante a santo: La clave de todo y la mayor responsable de este común mal es la suerte. Algunos tienen ese toque estelar que les permite pasar las mayores dificultades magicamente. ¿Suerte? ¡si! ese modo de salvarse de caer en el infierno por un giro del universo y que curiosamente es en tu favor. El que cree que todo esto es porque son especiales, adquieren el mal de “aspirante a santo”, no hay mucha ciencia en todo esto, pero en realidad el factor suerte es importante.

-Síndrome “mi extraño entorno conspira en mi contra”: Hermanos, padres, compañeros, novios, novias, todas las personas que están en nuestra vida, parecen conspirar en nuestra contra. Los padres no tienen el dinero suficiente a nuestra disposición, los hermanos nos sobreprotegen y suelen limitar nuestras vidas, los novios esperan que la relación sea satisfactoria en todos los aspectos, las novias desean que la persona que les quita el sueño les pertenezca de por vida. ¡Maldita gente! Llegamos a odiarlos, pero les necesitamos tanto que los extrañaremos de por vida.

¿Delirio o realidad? ¿estoy escribiendo por consumir un yogurt en mal estado? Juzguen y busquen a sus propios santos, están entre nosotros.