E Intenté volar con alas de serpentina

Por lo general soy una persona pacífica, no me gustan los sobresaltos. Si: ¡Saturno tiene la expresión de una ameba! …
Me es difícil expresar amor y esas cosas, hasta la semana pasada consideraba que esos “te quiero” o “quiero un beso” era cosa de los mortales (o sea del resto del mundo), pero lentamente me ha golpeado mi torpeza en pleno rostro. ¿Qué quiero decir? pues que soy una persona que a menudo quiere a la gente que hay en su entorno, pero que no las puede amar intensamente, no les puede dar todo porque no siente que le retribuyan. A las 19:43 de un viernes en la tarde, estoy SOLO en mi habitación, escribiendo esto y pensando que mi cabeza no está trabajando bien. Siento en el alma la soledad que ya no debería existir, pero que sigue tan fresca como hace tres años. Me cuesta acercarme, me cuesta mantener ciertas cosas, doy lo que sea por esa compañía en silencio, pero no está la gente que necesito y consigo estar SOLO. Deseo descargar de algún modo toda esa angustia que oprime mi pecho y hace que duela respirar. Cuando libero todo aquello estoy tan SOLO como al comienzo de todo … ¿Por qué no termina todo esto? ¿qué le impulsa a continuar destrozando mi mente?. Aún estoy SOLO.

Me vuelvo a sentir como antes.

Cautivar el capullo prohibido, quizás alcanzar el éxtasis en medio del sueño, existir en la medida que tu placer se haga más grande, en la medida que la vida lo permita. Como la vida misma, has cambiado tu forma de ser, distraída a veces, agresiva en como me fascina. Trato de recordar el momento exacto de la desdicha, no lo puedo ver. Los desechos de la niebla, cada pedazo de mente que se ha enturbiado los últimos segundos tras tu caída. Tengo ganas de derramar la lágrima sangrienta, esa que tiñe tus ojos carmín, la que deja tu ropa rojiza y con desagradable olor metálico. Siento una angustia que no puedo expresar en palabras, mis ojos a momentos se oscurecen de lágrimas. No las puedo expulsar. Cada ciertos minutos mi vida da un tropiezo, uno grande, fatal, un rayo fulminante que apaga mis ganas de modelar mi boca en una sonrisa. Tengo sueño, uno irremediable, sin sueño, pesadillesco, tormentoso. Me expando sobre la mentalidad apesadumbrada, parezco sombra de última luz, larga sobre el pavimento, sufriendo por mi desaparición próxima, mi genial letargo de atardecer. Hace ya demasiado tiempo que me duele algo, la luz marchita quizás sea una premonición, el umbral de desesperación que tanto he esperado. Extraño corazón que te has perdido hace mucho, miserable vida que te lanzaste a correr entre los suburbios. ¿Qué hago sin mi cuerpo?, ¿qué me impide continuar erguido?, solemne, atento, s o n r i e n t e.

Necesito quizás un par de alas, las alas negras que perdí cuando conocí mi límite ¡quiero mis alas de vuelta!. Maldita sea, jodido mundo que no respeta mi diminuto espacio, viola mis pensamientos y los transforma en angustia. ME SIENTO MAL.

No soy capaz de escribir a menudo.

Tengo una opresión enorme en el pecho, desgraciadamente no comprenden mi sentir. No necesito al mundo, no quiero que se entrometan en mi mente, no quiero que me pregunten por cada cosa que hago, quiero descargar mi maldita … Bueno eso … Tengo demasiada pena para continuar con este modo de vida, quizás necesito un buen sedante por la noche, un buen somnífero al despertar, un tranquilizante en la tarde y un veneno al vivir.

¿Estropeo de algún modo la vida?.

No siento tu modo de pensar como compartido, me siento aislado de tantas cosas, vuelve ese sentimiento de desgracia, de poca fortuna, de dolor, de pena, caricia capaz de matar, susurro que es el filo de la espada, miseria que ataca el corazón que intentaba preservar caliente.
Ahora mismo estoy en medio de un trance nervioso, narcótico. Apenas siento la cabeza funcionando.

M E S I E N T O M A L.

Con mi cabeza bajo la luz de luna.

Hace mucho tiempo, se le atribuía la locura a muchas causas. A algunos les llamaban lunáticos. Se creía que la gente al dormir muy cerca de una ventana, le "daba" la luz de luna en la cabeza y los enloquecía. Curioso modo de pensar, pero todo esto no viene al caso, así es que lo dejo hasta aquí.
Luego de ese extraño comentario, comienza el verdadero dilema de hoy. Crecer es algo inevitable y doloroso, a cada año que la gente celebra como si nada se le agregan problemas para dormir, dolores en articulaciones varias, susurros incoherentes de alguna canción que nos representa, sufrimiento por no encontrar un punto neutral. ¿Debemos aceptar todo esto?, con todo aquello que nos ataca, pienso que el mundo tiene algo contra la gente que cumple años.

Arrastrando mis pies sobre el aroma dulce de inicio de primavera.

Sacar a relucir mis dotes de "sujeto enamorado" no me ha hecho las cosas más fáciles, he dicho.

Escuché un suspiro casi orgásmico de una bella mujer durmiendo.

Es increíble lo que puede hacer la edad. Me siento rodeado de una densa neblina de olores, apestando a hormonas, sudando deseo sexual, buscando un ser que refleje mis deseos carnales. Y eso es lo que hacemos todo el tiempo. Alguna gente lo denomina "el llamado de la selva", aquel instante en el cual dejas de pensar con la cabeza y comienzas a calentarte a la mínima provocación. ¿Como aplacas ese impulso?. Ya no sufrimos el amor como antes: con cartas que eran destruidas sin el mínimo cuidado, confesiones que eran ignoradas y las muchachas llorando. Ahora nos duele que no podamos aplacar nuestros deseos. Quizás estoy equivocado, muy errado, pero es lo que siento. Escucho a una mujer llorar por no conseguir sentirse en paz, en el instante que se siente usada y desechada sin delicadeza. Un pequeño capullo de manos suaves que me gustaría estrechar entre mis brazos, dar amor a la bella dama bajo ese cuerpo que es atractivo a pesar de todo, con llanto injustificado, con celos enfermizos, con rabia desencadenada. Me gustaría escribirle a una mujer, digamos, ajena a todos estos desordenes humanos, un ser único, que por supuesto no existe.

Encontrando complemento a la "iluminación".

Sobre el pasto, mirando el medio del cielo (cenit para algunos), me hizo recordar un día martes. La sensación de utilidad, saber que eres útil para alguien es un sentimiento importante. Fuera de ser familia o una persona con la cual tengas un lazo, pertenecer al grupo que te rodea y servir constantemente a un propósito. No he encontrado mi objetivo en la vida y no creo que lo encuentre en un mediano plazo... a cambio de eso tengo un sentimiento de satisfacción, soy necesario, mi existencia es algo que no desaparecerá aunque muera. Me siento feliz de haber descubierto "eso", estoy (por el momento) tranquilo.

Como la vida misma.

Considerando el tiempo que llevo tratando de resolver mi vida y por todo lo que he pasado, he avanzado nada ¿curioso? demasiado extraño para mi gusto. Hace poco una dama me dijo que yo era hermoso, pero que me esmeraba en ocultarme. Me considero bello, a veces. En realidad me cuesta aceptarme, comprender que soy una persona más (común y corriente, sin nada importante que hacer en la vida y que desaparecerá sin pena ni gloria).
Con bastante frecuencia nos auto-compadecemos y somos importantes por algunos segundos, hasta que te topas con alguien que ha pasado por algo peor que tu. Ahí tu tragedia se convierte en un dulce... Me he topado con muchachas así y me gusta. En aquellos momentos que te sientes bien por no estar lamentándose y no tener que depender de la paciencia del resto del mundo. He aprendido a escuchar atentamente, aprender para no caer en el hoyo en que alguien más cayó y ser mejor sin tener que atiborrarme de pastillas o ser psiquicamente dependiente de los psicólogos.

Me voy con varios por delante.

Perdí el control la otra vez. Me desvanecí entre el llanto. Todo por una libreta. ¿Qué tan importante hay allí?, pues la vida misma. Escribo con el nombre de Saturno porque ahora estoy en una etapa de mi vida en que un momento las cosas son claras y al segundo se pierde toda luz. Encontré una especie de equilibrio (lo que llamo “iluminación”), pero aún soy un muchacho inestable emocionalmente.
La razón de abrir un nuevo blog: no soy comunicativo. Prefiero compartir una café con alguna persona del fanclub y escuchar atentamente cualquier cosa que quiera contarme. Escribiré lo que suceda de hoy en adelante, tal como lo viva. Espero ayudar a resolver problemas, situaciones o cosas por el estilo, de mi vida díscola y de los que me rodean, ellos también merecen crédito en todo esto.